Por Jorge Herrera - Las necesidades de financiamiento del sector público
son menores el próximo año respecto de 2017. Pero aun así y cumpliendo lo que
plantea el Presupuesto 2018, el Gobierno deberá colocar deuda en los mercados
internacionales por aproximadamente u$s25.000 a u$s30.000 millones.
La contracara del financiamiento del elevado déficit fiscal vía la captación de
dólares en el exterior, que pasan de manos del Tesoro al Banco Central (quien
emite los pesos que necesita el Gobierno para afrontar sus compromisos en
pesos, salarios, jubilaciones, etc.), y de la estrategia desinflacionaria del
ente monetario implicará que el stock de Lebac y pases ascienda a niveles
cercanos a $1,8 billones a fines de 2018. O sea, sin ningún giro en la política
monetaria ni en la estrategia de financiamiento del déficit fiscal, el monto de
Lebac más pases crecerá en torno a los $600.000 millones. De modo que el stock
de pasivos remunerados del BCRA se incrementará en más de 3% del PBI con el
consiguiente aumento en el costo anual de dichos pasivos.
Cabe recordar que gran parte de la emisión de Lebac responde a la compra de
dólares al Tesoro (que capta en el exterior), por lo que este endeudamiento
tiene, como le interesa destacar al BCRA, su correlato en un aumento del activo
(crecen las reservas). Ya que otra parte de la emisión monetaria responde a la
asistencia directa al Tesoro vía Adelantos Transitorios y Transferencia de
Utilidades (que en 2018 sumarían $140.000 millones). Este año fueron $150.000
millones, pero en 2018 ahora se suman otros $20.000 millones que le girará el
Banco Nación al Tesoro.
Para el economista Hernán Hirsch, "aunque este incremento del stock de
Lebac tenga probablemente como contrapartida un aumento del stock de reservas,
el riesgo de un BCRA crecientemente apalancado, casi como que fuera un hedge
fund, no es menor. El BCRA está emitiendo pasivos a una tasa de interés del 30%
anual contra activos que rinden 2% más la tasa de devaluación. Este es el costo
de utilizar sólo la política monetaria para intentar desinflar la economía
cuando desde la política fiscal se convalida un déficit fiscal casi récord en
términos históricos y se lleva adelante una política de recomposición tarifaria
relativamente agresiva". Según Hirsch, este año el déficit cuasi fiscal
del BCRA se ubicará por encima del 1% del PBI, siendo probable que su
patrimonio neto se torne negativo (en 2015, el resultado cuasifiscal fue
superavitario en 2,5% del PBI gracias a una devaluación del 52%, que hoy no
luce compatible con un escenario de creciente estabilidad monetaria)".
Además, como señaló días atrás un economista cercano al presidente Macri en una
reunión reservada, el argumento de que las reservas compradas vía Lebac son una
garantía para los tenedores no es tan así ya que las divisas en poder del BCRA
deberán satisfacer tres demandas potenciales (que podrían converger
simultáneamente): la de los propios tenedores de Lebac, la de los ahorristas
que siguen atesorando (o sea, apostando al dólar o ahorrando en moneda dura) y
para afrontar una corrida por una crisis externa (es decir, por motivo
precaución). Claramente el stock de reservas, hoy en u$s55.300 millones, y su
proyección futura no están en condiciones de satisfacer los tres objetivos.
Además, la ganancia potencial del BCRA de haber comprado un dólar a $17 para
venderlo muy por encima de ese valor, cuando ocurre una corrida o un abrupto
aumento de la demanda doméstica de divisas, sólo se concreta cuando se desatan
los contratiempos. Hasta ese momento el cuasifiscal sigue creciendo.
El próximo martes hay licitación de Lebac. Ayer la tasa corta en el mercado
secundario se elevó al 31%.
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