Por Martín Torino - Luego del traspié que sufrió dentro del Congreso y
el caos que se vivió en la manifestación alrededor del parlamento, el
presidente Mauricio Macri evalúa diversas alternativas para sacar adelante la
reforma previsional y hasta analizó la posibilidad de apelar a un decreto de
necesidad y urgencia. El texto del eventual DNU, que hasta fue firmado por los
ministros nacionales y se preveía anunciar mediante un mensaje presidencial
grabado, finalmente quedó anoche casi descartada. La razón fue evidente: apenas
trascendieron el rumor de esa posibilidad, la principal aliada de Cambiemos,
Elisa Carrió, salió a repudiar la medida a través de su cuenta de twitter, al
juzgarla como una "violación grave" de la Constitución.
Con ese telón de fondo, dentro del Gobierno evaluaban al cierre de esta
edición la posibilidad de trabajar fuertemente en los próximos días en la
reconstrucción de la mayoría legislativa necesaria para tratar de convocar a
una nueva sesión el próximo lunes con la apuesta de sancionar definitivamente la
reforma. Otra de las alternativas barajadas en la Casa Rosada insistía en la
posibilidad de anunciar el pago de algún tipo de bono para compensar la pérdida
jubilatoria por efecto de los cambios que promueve el proyecto del ley. Hoy, en
busca de consenso, habrá una cumbre con gobernadores en Casa Rosada.
El presidente Macri estaba furioso ayer cuando le avisaron que el
levantamiento de la sesión en Diputados, señalaron en su entorno. Desde la
Rosada, la cúpula del Gobierno siguió las imágenes de choques de manifestantes
con la policía, la represión a diputados y los empujones dentro del recinto que
derivaron en el final de la sesión.
"Fue un papelón. Parece la 125 de este Gobierno (en alusión al
conflicto con el campo del kirchnerismo). Quisieron sesionar y se dieron cuenta
que no tenían los votos", lamentó un funcionario de Cambiemos. El
Ejecutivo había anunciado públicamente que tenían los votos para aprobar en
Diputados la nueva fórmula con el que se calculan los haberes jubilatorios
basada en 70% de inflación y 30% de suba de los salarios formales (Ripte). El
traspié dejó mal parado a Macri, más allá de la legitimidad social que logró en
las elecciones de octubre.
En plena convulsión, el Presidente convocó de urgencia al ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el vicejefe de
Gabinete, Mario Quintana, para evaluar cómo seguir. La cúpula de Cambiemos
llegó a la conclusión que una posibilidad era sacar la reforma por decreto y
mediante un mensaje presidencial. Para avanzar en ese sentido, el Gobierno
salió a preparar el terreno ante la opinión pública con una conferencia de
prensa del jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El funcionario justificó el revés legislativo en que "una
minoría" impidió el "diálogo democrático" y que el Gobierno está
legitimado por una mayoría que votó un cambio en octubre.
En esa línea, llegó a tildar a los diputados kirchneristas de
"piqueteros" y repudió "la violencia de los grupos minoritarios
que intentan impedir el normal funcionamiento de una institución
democrática". Ante ese escenario, que pone en riesgo el funcionamiento del
Congreso, Peña sostuvo que "no van a entrar en el juego de la
provocación". En consecuencia, el Gobierno evaluó superar la instancia
parlamentaria mediante un DNU.
Pero con el correr de las horas, esa medida pasó de ser
"segura" a "posible", según altas fuentes. En el medio, el
kirchnerismo salió a cuestionarla con los tapones de punta. Luego la CGT alertó
sobre retomar el llamado al paro si se concretaba el decreto.
El riesgo mayor para Cambiemos, no obstante, lo expuso la amenaza de
Carrió que castigó duramente esa posibilidad. "No vamos a romper
Cambiemos", respondió un funcionario de la Casa Rosada ante el temor de
que se aleje Carrió.
En ese marco, el Ejecutivo comenzó a evaluar otras alternativas. La más
factible mencionaba anoche la idea de convocar a una nueva sesión para el lunes
en la búsqueda de reunir el consenso necesario para sancionar la ley. Otras
posibilidades eran patear la discusión para después de diciembre, por temor a
un escenario de mayor conflictividad social cerca de los actos por el 19 y 20
de diciembre. Y finalmente la alternativa del pago de una compensación para los
jubilados.
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