Seis
expertos del mercado analizaron la decisión de Federico Sturzenegger de
recortar en 75 puntos la tasa de interés, tras el cambio de las metas de
inflación anunciado a fines del año pasado. El consenso es que el Banco Central
eligió aplicar gradualismo en la baja de tasas y que este año habrá nuevos
recortes, aunque dosificados.
María Laura Segura, senior
trader de Grupo SBS
La
magnitud del recorte de tasas debiera ser una sorpresa positiva para el
mercado, que esperaba una baja mayor. Este recorte leve, es consistente con el
principio de ser cautos en el proceso de baja de tasas en función de que se
produzca o se observe una reducción consistente de la inflación.
Si
partimos del supuesto de que se va a buscar respetar las metas, hay muy poco
espacio para ser laxos en la política monetaria.
De
hecho, sobre la base de que el primer cuatrimestre del año es estructuralmente
el más inflacionario, no esperaría ver recortes de tasa importantes antes de
mayo.
En
ese sentido, y con la idea de que el BCRA va a manejar la tasa con cautela, es
posible que los recortes al principio sean más bien bajos hasta confirmar que
realmente se está logrando reducir la inflación.
Por
el momento el nivel de la tasa no cambia sustancialmente, y en consecuencia no
debería tener efectos inmediatos sobre el nivel de actividad y de costo del
crédito.
Como
la tasa base sigue siendo nominalmente alta, este recorte de 75 puntos no
representa un gran cambio, y su eficiencia en la lucha contra la inflación no
debería ser distinta que lo que veíamos hasta ahora.
Por
todo esto, si bien es cierto que sigue siendo una buena estrategia posicionarse
en pesos, hay que hacerlo con cierta cautela ya que el dólar está mucho más
volátil y hay que elegir el momento para entrar o salir del carry trade.
Ricardo Dessy, economista jefe
de Citi
La
decisión de ayer simplemente fue una confirmación de que la política monetaria
del Banco Central continúa y que sólo hubo una readecuación temporal. Creo que
la independencia del organismo nunca estuvo en juego y que seguirá con las
metas de inflación y la tasa de interés real positiva. A lo mejor, no será tan
alta, en función de esta readecuación temporal. Es decir que la política
monetaria será un poco menos dura.
Esta
readecuación está diciendo que la lucha contra la inflación no se puede hacer
solo con la tasa de interés. Aunque creo que la nueva tasa va a ser eficiente
para luchar contra la inflación, puede ser que reduzca su crudeza acompañando
el gradualismo del ajuste fiscal y la decisión de no apagar el crecimiento del
crédito. Esto significa que se adecuó la velocidad de las "tres
mangueras" que pueden apagar el incendio de la inflación.
Espero
que este año haya más recortes suaves de tasas, en la medida en que la
inflación siga bajando. En el banco estamos esperando una inflación de 18,5%
para 2018, por lo que claramente va a haber reducciones desde el 23% o 24%
actual.
La
tasa actual puede seguir siendo atractiva para el carry trade, aunque dependerá
mucho de lo que pase con la de Estados Unidos. Por otra parte, la incidencia de
la tasa de interés de cortísimo plazo en el nivel de actividad es nula. La
actividad en Argentina necesita crecer por el lado de inversiones, no por el
lado del consumo, y las decisiones de inversión toman tasas de interés mucho
más largas.
Eric Ritondale, economista
jefe de Econviews
El
recorte de tasa de ayer puede interpretarse simplemente como que el Banco
Central alineó el centro del corredor de pases con la tasa corta de Lebac, algo
que ya había convalidado tras la conferencia de prensa de fines de diciembre. O
sea que el movimiento de ayer fue casi nulo. Algo destacable, en cambio, es que
la curva nuevamente quedó invertida.
Considero
que podría haber otro recorte pequeño como el de ayer en las próximas reuniones
de política monetaria, aunque no espero nada significativo al menos hasta mayo,
luego de las paritarias y los aumentos de precios regulados. Podría haber
cierto relajamiento en la segunda mitad del año, aunque dependerá de la
evolución de las expectativas de inflación.
La
potencia de la tasa de interés como instrumento de lucha contra la inflación
sigue siendo limitada. No obstante, si bien cambiar las metas tuvo un costo,
también le brinda al Banco Central la oportunidad de ganar "eficiencia"
en la orientación de expectativas. Para ello, la política monetaria no debería
relajarse hasta tanto las expectativas de inflación se estabilicen o empiecen a
ceder.
Por
lo pronto, este nuevo enfoque de la política monetaria podría traer un alivio
transitorio para los exportadores, aunque no espero un efecto destacable ni
perdurable sobre la actividad. Por el lado del crédito, en tanto la tasa real
sea menor y las expectativas de inflación no cedan, es posible que haya cierta
rotación a favor de las líneas de crédito a tasa fija, en detrimento de las
indexadas.
Lorenzo Sigaut Gravina,
economista jefe de Ecolatina
La
decisión del BCRA estuvo en línea con la expectativa del mercado de una
relajación del sesgo contractivo de la política monetaria. Pero la magnitud de
la relajación sorprendió.
Que
el recorte haya quedado a mitad de camino es indicativo de dos puntos: i) que
la puja entre el PEN y el BCRA en torno al nivel de las tasas no parece
totalmente saldada y ii) que el BCRA no claudica en el uso de la tasa de
interés como herramienta anti-inflacionaria.
Paradójicamente,
el hecho de haber relajado la meta le agrega mayor exigencia a su cumplimiento,
por lo cual el margen de reducción de la tasa de interés del BCRA se acota.
Pese a esto, no deja de ser cierto que previa a esta decisión, el retorno en
términos reales se ubicaba en niveles récord desde que asumió la nueva
administración (10%) y el rendimiento descontada la expectativa de devaluación
su ubicaba incluso por encima de este guarismo (12%). Independientemente de la
discusión sobre las metas de inflación, tasas de interés real o en dólares tan
elevadas no parecían sostenibles en el mediano plazo.
El
estreno del gradualismo del Central -aplicado ahora a la reducción de tasas-
liberará algo de presión al alza a la que estuvo sometida el tipo de cambio.
Pero menos presión no implica que se modifique la trayectoria.
El
gobierno logró una reducción considerable de la tasa de interés real y el tipo
de cambio trepó un escalón, a costa de una mayor expectativa de inflación.
Federico Furiase, director de
Eco Go
El
BCRA tenía una decisión muy difícil y con la decisión de ayer marca la cancha
de las tasas y trata de reforzar la independencia al sostener que la relajación
del sesgo contractivo estará condicionado a que el proceso de desinflación sea
consistente con la nueva meta del 15%
Hacia
adelante espero una política monetaria sin mucho margen para relajar las tasas
de interés. Pero tampoco veo margen para que las suba.
Me
parece que vamos hacia un proceso de relajación monetaria muy gradual en
cuotas, con parates en el medio frente a una dinámica inflacionaria que le va a
costar converger al 15.
Un
proceso de baja gradual en las tasas de interés que no desacople las
expectativas de inflación y de devaluación puede llevar en el corto plazo a
mejorar el tipo de cambio real de las exportaciones, a bajar la tasa real a la
que se financian las pymes en el mercado local de pesos y a generar cierto
espacio para un desarme muy gradual dese Lebac a bonos del Tesoro en pesos del
tramo más largo de la curva de pesos, permitiendo financiar parte de la brecha
fiscal de pesos con pesos que estaban congelados en Lebac, moderando el crowding
out al sector privado y permitiendo que el crédito siga tirando en un año donde
la carera salario inflación en el mejor de los casos va a estar empatada.
Me
parece acertada la decisión del BCRA de ir "despacito" y con cautela
en la relación de la política monetaria para lograr beneficios y no caer en
riesgos. La nueva tasa ayudará a desinflar, pero a menor ritmo.
Marcos Buscaglia, socio de
Alberdi Partners
El
recorte de la tasa de referencia realizado ayer por el Banco Central constituyó
un signo importante en tanto parecería indicar que la entidad retiene su
independencia operativa. Es decir, si bien se cambiaron las metas de inflación,
el BCRA mantendría su independencia para conducir la política monetaria hacia
ese nuevo objetivo.
De
todos modos, considero que este es el primero de varios recortes porque el BCRA
ya ha dicho que la nueva meta requiere una tasa más baja. Creo que el BCRA va a
esperar a la licitación de Lebac de la próxima semana para ver cómo se comporta
el mercado y decidir el sendero de bajas. Habrá que ver qué decisión toman
aquellos que entraron en Lebac en las últimas semanas y perdieron. Con respecto
a los efectos que los recortes de tasas puedan tener en la actividad o el
crédito, creo que van a demorar porque la experiencia internacional enseña que
la política monetaria tiene rezago para actuar.
Sin
embargo, la tasa que esperábamos para fin de año no varió mucho antes y después
de los cambios: pasó de 22% a 21%. Lo que sí cambió es el sendero porque los
cortes serán más anticipados. Con todo, los fundamentos del carry trade siguen
bastante vigentes aunque habrá que tener en cuenta, por una lado, la mayor
volatilidad del tipo de cambio debido al comportamiento de las tasas en Estados
Unidos; por otro, lo que pueda pasar con el real: si la Corte de Apelaciones
brasileña habilita su candidatura presidencial de Lula (algo que el mercado no
espera) eso podría afectar el nivel del real y, en consecuencia, del peso.
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