Por Javier Blanco -
El Banco Central (BCRA) dio inicio ayer a un largo camino cuyo objetivo final
es recuperar la tasa de interés de corto plazo como principal instrumento de su
política monetaria y, a la vez, comenzar a quitar de la escena sus afamadas
Lebac, siguiendo una táctica convenida con el Gobierno tras aceptar la
flexibilización de las metas de inflación.
A ese giro en su
estrategia respondió el nuevo recorte oficializado ayer en los intereses que
paga por la parte más importante de su pasivo, precisamente constituido por las
Lebac (llegan a $1.142.400 millones, superando incluso al total de medios de
pago -$1.041.346 millones-, sobre obligaciones totales por $3.032.200
millones), para completar la primera etapa de baja en las tasas.
En este sentido
debe interpretarse la poda, de 151 a 340 puntos, que aplicó a los rendimientos
de los títulos más cortos (a 35 días) y largos (a 273 días), los que cayeron de
28,75 y 28,70% a 27,24 y 25,30%, respectivamente, en relación con diciembre.
Sin embargo, las
nuevas tasas "en realidad convalidaron las que ya se estaban operando en
el mercado e iban del 27,20 al 25,40% hasta anteayer; así se confirmó la curva
de rendimientos invertida", explicó Roberto Drimer, de la consultora
Vatnet.
El
objetivo más importante
Al cambio de
estrategia oficial también respondió la expansión monetaria resultante de la
subasta, que excedió en casi 4 veces el faltante en torno de los $15.000
millones en la integración de encajes que tenían los bancos dado que el total
liberado alcanzó los $59.000 millones ($45.600 millones por deuda no renovada y
el resto por intereses).
La menor
preocupación que el BCRA deja traslucir por los efectos monetarios de estas
licitaciones está relacionada con el pacto que selló con Finanzas para
favorecer el financiamiento en moneda local del Gobierno, algo que quedó
explicitado por el reciente surgimiento de las Letras del Tesoro (Letes) en
pesos.
"Ese espacio
estaba muy ocupado hasta aquí por las Lebac y la impresión es que definieron un
nuevo juego de roles según el cual el BCRA deberá concentrarse en instrumentos
exclusivos para bancos y para plazos más cortos. Veremos cómo van armando esa
nueva estructura y cuáles son sus impactos", explicó el economista Hernán
del Villar, de la consultora Alpha. La misma lectura hace Drimer, quien cree
que el BCRA "prefiere intervenir en el mercado monetario a través de las
nuevas Leliq a 7 días, exclusivas para bancos, con las que en 4 ruedas acumuló
un stock de $38.000 millones que ya es mayor al de los pases".
El objetivo final
es quitarles protagonismo a las Lebac dada la polémica que se había generado
con la magnitud que había alcanzado esta deuda y con su costo, dado el espacio
que había ganado en los discursos más críticos de la gestión Macri.
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