Por Julián Yosovitch - Los operadores y analistas del exterior hoy se
muestran más optimistas sobre el futuro de la Argentina que los locales. En un
desayuno organizado por un banco internacional en la City porteña, varios
portfolio manager de fondos internacionales con claro interés en los activos
argentinos lo explicaron: ven una buena película de variables argentinas y no
se concentran únicamente en la foto.
En los últimos años, fue claro cómo cada ajuste de los activos
argentinos era rápidamente aprovechado por inversores del exterior como
oportunidad de compra, mientras los analistas y operadores locales en muchos
casos se mostraban más cautelosos, incluso en la actualidad.
"Es que vemos la película. Estamos abstraídos del día a día, lo que
nos permite tener un análisis más frío y objetivo de la situación. Las
variables que monitoreamos muestran la tendencia que buscamos que tengan y en
la medida en que esa evolución no cambie, los activos argentinos seguirán
siendo atractivos", resaltaba un portfolio manager de un fondo
internacional radicado en Wall Street.
"No nos interesan los desvíos de las variables económicas. Nos
importa que la tendencia sea positiva. Es decir, no miramos que la inflación
este por encima de la meta, sino que la inflación tenga pendiente negativa.
Tampoco nos importa que la Argentina crezca más o menos, sino que crezca
(obviamente cuanto más mejor). Respecto del déficit, no miramos con detalle si
el déficit es mayor o menor a lo esperado, sino que la dinámica del déficit
tenga una pendiente negativa. Vigilamos el consumo, pero más que nada
observamos que la variable tenga una pendiente positiva, de igual modo que el
desempleo muestre una tenencia bajista", detallaba.
Por otro lado, las reformas impulsadas por el gobierno siguen pendientes
de ejecución, pero en marcha, destacaban. Además, el resultado de las
elecciones legislativas les resultó fundamental para generar proyecciones.
Finalmente, y dentro del ámbito político, aunque quizá con menos
consenso, alguno de los inversores presentes en el desayuno veían con buenos
ojos el hecho de que el gobierno se enfrente al sector gremial por un lado y
que haya logrado dividir (producto de los resultados electorales) de tal forma
al peronismo.
En los últimos cuatro meses hemos tenido un rebote en la inflación y un
amesetamiento en las variables macroeconómicas con lo cual existen ciertos
llamados de atención. El optimismo sobre los activos argentinos se mantiene,
aunque las señales de alerta aparecen cuando repasamos las últimas (malas)
colocaciones en el exterior de las acciones argentinas, sumada a la mala
performance de los bonos locales (acompañando el malhumor internacional), que
han sufrido por encima de lo que han sufrido sus pares regionales y con un
Merval que ha detenido su marcha alcista.
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