El brusco
movimiento del dólar le dio un cachetazo al Gobierno tras la difusión,
anteayer, de la inflación de febrero, pero sobre todo del IPC núcleo, que tuvo
su mayor alza en los últimos diez meses.
Sin embargo, el
golpe podría tener un impacto más prolongado del imaginado. El índice de
precios mayoristas, fuertemente atado al tipo de cambio, reflejó en febrero un
alza de 4,8% y acumuló en los dos primeros meses del año un alza de 9,6%. Según
economistas consultados, el alza se sentirá en los precios minoristas de marzo,
aunque la magnitud es difícil de calcular.
Según contaron
calificadas fuentes a LA NACION, el Gobierno proyecta que en marzo
el aumento de los precios se ubicará cerca del 1,7%. Además, admitieron a este
medio que la suba del dólar entre diciembre y febrero ( 17%) fue determinante
para que el alza de la inflación núcleo se ubicara el mes pasado en el 2,1%, el
nivel más alto desde abril de 2017. En particular -esgrimieron las fuentes
oficiales- influyó el aumento de la nafta sobre los alimentos.
En el cálculo
preliminar, el equipo económico esperaba que la inflación del mes pasado se
ubicara en el 2,2% a nivel general (fue 2,4%) y en el 1,7% la núcleo.
Aunque en los
primeros cuatro meses del año se agote la mitad de la meta anual del 15%, el equipo
económico sostiene que en la segunda mitad del año la inflación mensual debería
descender en forma sustancial, ya que para entonces no están previstos más
ajustes en las tarifas. Por otro lado, en el segundo trimestre debería ceder la
presión alcista del dólar, a partir de la liquidación de las divisas del campo.
Un informe
elaborado por First Capital Group, que comparó la situación local con lo que
ocurre en Brasil, Chile y Colombia, afirmó ayer que "la Argentina es el
único país de América Latina en donde las devaluaciones impactan en la tasa de
inflación".
Miguel Ángel
Arrigoni, socio de la consultora, afirmó: "Nos sobran historias de
escaladas inflacionarias luego de cada devaluación, en todos los
contextos".
La firma recordó
que en 2014, con cepo incluido, se devaluó en dos días 16% y anualmente el IPC
llegó a 31%. El resultado luego fue un pico inflacionario que llegó a 38,5%. En
tanto, tras el levantamiento del cepo, el tipo de cambio se depreció el 17 de
diciembre de 2015 en 40% y, sumado a todo lo devaluado en 2016, totalizó más de
60%. Pese a que los funcionarios aseguraban que los bienes ya estaban valuados
al dólar "blue" y no habría traslado a precios, el resultado fue una
inflación de más del 40% anual.
Dos economistas
consultados coincidieron en que el movimiento del dólar en los últimos tres
meses impactará en la suba de precios. Sin embargo, si bien la relación entre
el índice de precios mayoristas y el tipo de cambio es muy estrecha, no está
claro cuánto de un avance en esos índices pueda trasladarse a los precios
minoristas, intermediados por una cadena de valor. Sin embargo, ambos
descuentan que habrá consecuencias.
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