Por Francisco
Jueguen - Las palabras de Bruno Le Maire en la noche del lunes cayeron como una
bomba. El ministro de Economía francés había atrasado la reunión bilateral con
su par argentino por un problema con su vuelo; había aterrizado en el país y se
había reunido con agencias internacionales y medios franceses. Sin haber
participado aún del primer día de la reunión ministerial del G-20 en Buenos
Aires, en la que el plato fuerte había sido la resurrección del proteccionismo
de la mano de Donald Trump, había afirmado que el acuerdo de libre comercio
entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur -la contracara occidental de los
muros que construye la Casa Blanca- estaba literalmente "bloqueado".
"Eso no fue
exactamente lo que dije", se atajó el ministro de Agricultura de Nicolas
Sarkozy en una conferencia de prensa ayer por la tarde en la cumbre. En ella
atacó con dureza la política de aranceles al acero y al aluminio de Trump.
Incluso fue mucho más duro que el propio communiqué del G-20,
que llamó al "diálogo" para tratar las diferencias comerciales. Le
Maire dijo que actualmente no existía una guerra comercial mundial, pero que
las medidas que el empresario impulsaba terminarían por crearla.
Luego, en una
charla con medios locales, aclaró que aún existen "sensibilidades"
-principalmente agrícolas- entre la UE y el Mercosur, pero que eran
solucionables. Sobre si se puede cerrar un acuerdo en los próximos meses,
aseguró: "Todo es posible". Ayer en el Gobierno apostaban si el reto
había llegado desde el Palacio del Elíseo o a través de los comisarios
europeos, que son quienes tienen el mandato para negociar con los países de la
región. Todos coincidían en que Le Maire había hablado haciendo "política
interna".
En tanto, en el
Gobierno confiaban ayer en que en los próximos dos meses podrán hacer un
anuncio sobre el cierre de un acuerdo político UE-Mercosur, negociación que
lleva 20 años y que el gobierno de Macri esperaba clausurar en diciembre en la
reunión que el país organizó para la OMC. Los temas que falta definir tienen
que ver con autos, cuotas en el agro (ya se habrían cerrado los conflictos por
el azúcar, el arroz y la carne aviar) y algunas normas técnicas (reglas de
origen y propiedad intelectual).
El viernes pasado,
en Asunción, el Mercosur consensuó su posición para acordar, contaron los
negociadores argentinos a la nacion. Habrá una nueva reunión entre ambos
bloques en abril. "La mayor preocupación era la carne y ya se
resolvió", contó un negociador, que aseguró que la declaración de La Maire
había sido negativa en el marco del G-20. "Fue un tembladeral",
reconocieron en una de las áreas que llevan adelante el proceso.
El ministro de
Agricultura francés debió también matizar sus dichos frente al ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne, en una reunión bilateral ayer a la tarde. Fue la
última actividad de Dujovne antes de partir hacia una cena en honor de Henrique
Meirelles, ministro de Economía de Brasil y posible candidato presidencial de
ese país. Por las dudas de que ese proceso avance, en esa comida en el Museo de
Arte Decorativo ya se habían anotado Alejandro Bulgheroni (PAE), Marcos
Galperin (Mercado Libre), Ezequiel Carballo (Banco Macro), Eduardo Escasany
(Banco Galicia), Eduardo Costantini (Consultatio), Marcelo Mindlin (Pampa
Energía), Guibert Englebienne (Globant), Cristiano Rattazzi (FCA), Miguel
Gutiérrez (YPF) y Eduardo Elsztain (IRSA).
Antes de irse,
Dujovne también se refirió a las visiones enfrentadas que aparecen hoy en el
concierto global. Lo hizo en conferencia de prensa junto a Federico
Sturzenegger. Fue la primera aparición pública del presidente del Banco Central
(BCRA) en la cumbre ministerial. Tampoco se vio a Natalia Zang, la coordinadora
general de la Unidad Técnica G-20, encargada de la pesada logística y
dependiente de Mario Quintana, coordinador de la Jefatura de Gabinete. Todos
los focos de la cumbre fueron para Dujovne.
"Las
negociación entre la Unión Europea y el Mercosur ya no es llevada adelante por
los países individualmente, sino por los órganos políticos de los bloques.
Reafirmamos nuestra visión optimista para un cierre cercano. Estamos trabajando
para eso. Se van a llevar adelante en abril las próximas negociaciones. Vemos
con optimismo el avance", recalcó en la conferencia de prensa tras la
pregunta de la nacion.
La tensión generada
por Le Maire y su marcha atrás volvía a poner el foco ayer sobre el principal
acuerdo de libre comercio en proceso de negociación en un mundo que discute la
vuelta del proteccionismo con Donald Trump. Todo ocurrió en Buenos Aires.
El país, dijo
Mauricio Macri en un breve paso por el Centro de Exposiciones de la Ciudad
(CEC), no tiene el lugar central de EE.UU., China o la UE. Es todavía
-describió- un "mediador honesto".
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