Por Carlos Lamiral - La balanza de pagos de la Argentina registró en
2017 un saldo deficitario de u$s30.792 millones, de acuerdo con datos
informados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Ese
resultado es producto de un déficit del intercambio de bienes y servicio con el
mundo por u$s15.392 millones y de otros u$s15.906 millones en rentas de la
inversión, es decir, pago de intereses al exterior de activos en el país. De
tal modo, el quebranto se duplicó con relación al 2016.
Por otro lado, el saldo negativo que mostró el país el año pasado, en sus
relaciones con el exterior, es reflejo a su vez de los serios problemas de
estructura que acarrea la economía, marcada por un déficit fiscal elevado, que
se financia con deuda externa , lo que a su vez en un marco de inflación
provoca atraso cambiario.
Por caso, la deuda externa total, según informó el INDEC, cerró el año pasado
en u$s232.952 millones, lo que representó un incremento de 28,5%. La
información oficial indica que la Inversión Extranjera Directa cerró el año
pasado en u$s10.500 millones, en tanto que las inversiones de cartera treparon
a u$s40.062 millones. Por otro lado, el Banco Central logró acumular el año
pasado u$s15.747 millones.
En diálogo con Ámbito Fianciero, el economista Gabriel Zelpo, de Elypsis,
consideró que "obviamente el déficit es significativo". Zelpo explicó
que "si uno puede ver a la balanza de pagos como un déficit con el
exterior, el principal desahorrador de la economía es el sector público. El año
pasado, el sector público registró un quebranto estimado en $600.000 millones o
casi u$s30.000 millones. Pero el economista consideró un punto positivo del
resultado del año pasado es que "el sector privado comenzó a
invertir". Esa cuenta nacional mostró el año pasado un incremento del
11,3% de acuerdo con los datos informados por el organismo estadístico.
"Ese crecimiento no es gratis, de algún lado se financia", explicó
Zelpo, quien señaló "le mejor es que se empieza a producir más".
En tanto, en el cuarto trimestre del año pasado, la balanza de pagos registró
un quebranto de u$s 8.738 millones, poco más del doble del resultado del 2016.
El intercambio de bienes y servicios del país cerró con un rojo de u$s 4.416
millones, en tanto que las rentas de la inversión aportaron otros u$s4.315
millones.
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