• HABLAMOS CON EL PRESIDENTE DE LA BOLSA DE COMERCIO, ADELMO GABBI
Periodista: Adelmo, ¿te sentís responsable de que la Bolsa haya perdido
su rol histórico y el mercado la autorregulación?
Adelmo Gabbi: Pensé bastante en el asunto. Mi posición y la de la Bolsa al
negarnos a la intervención de Papel Prensa y Clarín por el Gobierno anterior
fue lo que disparó todo. En todo caso esto apresuró los tiempos, pero de todas
formas íbamos al modelo actual en que la CNV es la figura central del mercado
de capitales.
P.: ¿Qué pasó con las acusaciones que te hizo Amado Boudou en su momento?
A.G.: Fueron tan disparatadas que nos (se refiere a Esteban Righi) dictaron el
sobreseimiento en 90 días. Creo que es un récord histórico en la Justicia.
P.: Hay un tema del que nunca hablás, el incidente que sufriste por entonces en
el campo.
A.G.: No fue un incidente. Fue un atentado, que nunca se aclaró. Gracias a los
vecinos se evitó lo que podría haber sido un desastre. Pero no quiero hablar
del asunto.
P.: Bueno, hablemos de algo más agradable. ¿De quién fue la idea de que la
Bolsa comenzara a crear escuelas en zonas carenciadas?
A.G.: Hace años que apoyamos una escuelita en Jujuy. La nueva idea fue de un
socio, Ricardo Gamble, y fue aprobada en unanimidad por el Consejo de la Bolsa.
Son $100 millones que invertimos -es inversión y no gasto- en cada una.
Apuntamos a que haya una escuela nuestra en cada provincia, desde la Quiaca
hasta Tierra del Fuego. Acá hay un tema pendiente y es que la Legislatura de
Buenos Aires apruebe que las aulas en la escuela de la Villa Papa Francisco
puedan llevar el nombre de empresarios que han hecho mucho por el país. Más
allá del tema de las donaciones y el justo reconocimiento, esto es también
educar al soberano.
P.: Siempre has sido el primer referente del sistema en hablar y calmar las
aguas cuando surge una crisis. ¿Por qué ahora no?
A.G.: Lo que está pasando no entra en la definición de crisis. Es más que nada
un reacomodamiento de valores, molesto, pero necesario para continuar el camino
del desarrollo. Hay que entender que lo del Fondo es en realidad un compromiso
con los argentinos, no con el Fondo.
P.: Hablemos de ByMA. Cuál es su rol?
A.G.: ByMA tiene que convertirse en el gran financiador del desarrollo
económico Argentino. Tenemos que conseguir que todos los empresarios vean en
ByMA la mejor fuente de financiación, a la tasa más baja y en los mejores
tiempos. Si lo conseguimos, el gran ganador va a ser el país.
P.: A pesar de la reestructuración que marcó la ley, la Bolsa sigue cumpliendo
una serie de funciones centrales dentro del sistema.
A.G.: En tres siglos de historia, nuestra Comisión de Títulos nunca fue
cuestionada. La capacidad y la experiencia técnica de la Bolsa es algo que va a
necesitar años para que pueda replicarse, por lo que tuvimos que celebrar una
serie de acuerdos con la CNV y ByMA, que nos permitieron continuar muchas de
nuestras funciones históricas. De hecho, seguimos incorporando y preparando
gente joven en estas áreas.
P.: Hasta ahora fueron inversores "pasivos" en ByMA. ¿Esto a va
seguir siendo así?
A.G.: Lo dijiste, hasta ahora. En estos momentos estamos soli-
citando a la CNV que nos autorice como accionistas mayoritarios a recomprar
acciones para apuntalar la sociedad; como es el derecho de cualquier
mayoritario.
P.: Cuando Rofex salga a cotizar, ¿van a apoyar la apertura de Capital?
A.D.: Totalmente. Es intención de la Bolsa participar de esa y cualquier otra
iniciativa que haga al sistema bursátil.
P.: La mujer...
A.G.: La mujer tiene un rol fundamental en nuestro sistema que aún no está
suficientemente valorado. Para la Bolsa son claves, nosotros hacemos todos los
años el evento más importante de sistema financiero dirigido a/por ellas. La
única mujer en el directorio de ByMA es representante nuestra.
P.: ¿Te costó no hablar de inversiones?
A.G.: Algo
P.: Una última, ¿qué sentís por Boudou?
A.G.: Te divido las aguas. Como argentino un profundo enojo por el daño que le
ocasionó al país. En lo personal y como cristiano, sigo tratando de perdonarlo,
creyendo que puede arrepentirse y enmendar sus actos. Pero con algunas personas
es muy difícil...
P.: Hasta el próximo desayuno.
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