Por Javier Blanco -
El "plan Caputo", diseñado para poner fin a la corrida al dólar, tomó
forma en las últimas horas. Tanto que hoy mismo se empezará a ejecutar. Lo
primero que cambiará es la puesta en marcha de un sistema de subasta de dólares
que asegurará, al final de cada jornada cambiaria, la provisión de divisas a
los bancos. A su vez, el Banco Central buscará generar un mercado más
balanceado gracias a un nuevo compromiso de liquidación por alrededor de
US$4000 millones logrado con el sector agroexportador para los meses de junio y
julio.
En
paralelo, se pondrá en marcha un torniquete monetario que apunta a que haya
menos pesos disponibles para alentar su demanda de dólares.
Las
medidas, según pudo confirmar LA NACION de numerosas fuentes
confiables, fueron anunciadas por la nueva conducción del Banco Central (BCRA), encabezada por Luis Caputo y
Gustavo Cañonero, a banqueros representantes de entidades locales e
internacionales durante las últimas horas en una serie de reuniones. Casi en
sentido borgiano, no los unió el amor sino el espanto.
Desde el
punto de vista de la oferta de divisas, el plan cuenta con la provisión de al
menos US$300 millones que se comprometieron a volcar por jornada al mercado las
empresas agroexportadoras, algo que ya comenzaron a hacer el viernes. Y para
asegurarse de que no haya faltantes ni que por momentos desaparezca la oferta,
como ocurrió a menudo en las últimas ruedas, el BCRA pondrá en marcha lunes y
martes, una vez cerrada la plaza, un sistema de subasta por precio para que los
bancos puedan reponer los dólares que hayan usado de su posición de cambios
para abastecer al mercado y reequilibrarla. Pasado el feriado, ese sistema, de
ser necesario, lo seguiría el Tesoro con los dólares provenientes del acuerdo
con el Fondo Monetario Internacional (FMI ).
Según la
normativa vigente, los bancos solo pueden comprar hasta 10% de su patrimonio y
el exceso está fuertemente penalizado, por lo que esa demanda se puede decir
que está controlada. Pero el punto central del plan pasa por desalentar la
demanda de divisas restando el principal combustible del mercado: los pesos.
Todo apunta al desarme del enorme stock de Lebac. El equipo de Caputo ya
negoció con los bancos su reemplazo por nuevos títulos públicos a uno y dos
años de plazo que se subastarán hoy pero se liquidarán el jueves (día en que
vencen las próximas letras del BCRA). Se trata de títulos que, para los bancos,
tendrán un atractivo extra: podrán utilizarse para integrar la posición de
encajes.
El
torniquete se completa con una suba de tres puntos este mes -más otros dos
adicionales durante julio- de encaje, esa porción del dinero que los bancos
deben tener inmovilizada por cuestiones técnicas prudenciales. Por ese motivo,
la compra de estos bonos parece asegurada. Vale recordar que los bancos tienen
títulos por casi la mitad de los $ 530.000 millones a vencer esta semana. El encaje
es la porción del dinero que los bancos toman de los depositantes y que tienen
prohibido intermediar (transformar en préstamos). Antes del último supermartes
de Lebac, el ahora extitular del BCRA Federico Sturzenegger llevó a cero esa
obligación diaria durante mayo tras pactar con los bancos que le renovaran la
totalidad de letras que le vencían ese mes y le compraran aún más. Esa ilusión,
vendida en aquel entonces por el Gobierno como un triunfo, duró poco. Con cada
punto de suba se retiraron de circulación unos $25.000 millones, con lo que la
medida restaría al mercado $75.000 millones este mes y otros $ 50.000 millones
durante julio.
El encaje
es la porción del dinero que los bancos toman de los depositantes y que tienen
prohibido intermediar (transformar en préstamos) por prudencia regulatoria.
Antes del último supermartes de Lebac, el ahora extitular del BCRA, Federico Sturzenegger ,
llevó a cero esa obligación diaria durante mayo tras pactar con los bancos que
le renueven la totalidad de letras que le vencían ese mes y le compren aún más.
Esa ilusión, vendida en aquel entonces por el Gobierno como un triunfo, duró
poco. Con cada punto de suba se retirar de circulación unos $25.000 millones,
con lo que la medida restaría al mercado $75.000 millones este mes y otros $
50.000 millones durante julio.
Según el
diagnóstico que comparten altas fuentes del Gobierno, la corrida está fogoneada
por los inversores que huyen de las Letras del BCRA. Se trata de un tercio del
stock total de esa deuda que no está en poder de bancos ni de entes oficiales,
sino en manos de inversores locales y extranjeros (quedan unos US$200
millones), básicamente a través de fondos comunes. De allí salen los pesos que
alimentan la demanda de dólares. La idea es que, de elegirlo, vayan al dólar,
pero de manera más ordenada para terminar de desarmar la "bomba" de
las Lebac y ayudar a sacar pesos de circulación, pero sin influir tan fuerte en
la cotización del billete.
Además, hay
expectativa de que ingresen hoy dólares para comprar el bono "dual"
(se puede suscribir en pesos o dólares) que ofrece el Tesoro a un año de plazo
y saldrá a tasa fija en pesos o 4,5% en dólares. Se trata de un instrumento que
Caputo emitió en México en la década de 1990 bajo circunstancias similares,
luego del efecto Tequila, cuando trabajaba en el JP Morgan, y ayudó a calmar la
plaza.