Por Javier Blanco -
El peso se recuperó ayer frente al dólar apoyado en
las medidas que lanzó el
Gobierno para evitar que siga devaluándose tras una semana nefasta en
la que había perdido más de 11% en esa relación sin siquiera insinuar la
posibilidad de hallar un piso.
Lo hizo en una jornada que cerró -incluso- con una señal auspiciosa
surgida de la primera subasta de dólares para asegurar liquidez en divisas a
los bancos: lo demandaron menos de lo previsto y se lo compraron al Banco Central (BCRA)
a un precio promedio de $ 27,4036, que resultó 0,3% inferior al que había
marcado en el cierre de la rueda el billete, lo que indica que algunos
comienzan a creer que podría retroceder algo más o tender a estabilizarse desde
hoy.
El rebote de la vapuleada moneda local, a juicio de analistas y
operadores, fue posible al quedar en claro que la nueva conducción del
BCRA-encabezada ahora por el exministro de Finanzas Luis Caputo- logró espacio
en los intersticios de las restricciones que trajo consigo el acuerdo con el
FMI para arribar a pactos con operadores de mercado que le permitan mantener
una oferta constante de dólares, mientras -en paralelo- comienza a operar para
reducir su demanda potencial al acelerar la absorción de pesos.
La ingeniería financiera con que se pretende poner fin a una corrida, en
su primer día de aplicación, dejó una baja de 44 centavos promedio (de $28,85 a
28,41) en el precio de venta del dólar al público, que no reflejó adecuadamente
el desplome de 77 centavos que tuvo la cotización mayorista, que pasó de $
28,35 a 27,58 (baja de 2,7%).
Todo tras una rueda de negocios volátil y con bajo volumen (US$489,5
millones) en un mercado que comenzaba a digerir las medidas que tomaron
difusión en la noche del domingo pero oficialmente fueron confirmadas en la
mañana de ayer, y en la que hubo masivos reordenamientos de carteras, algunos
derivados de las nuevas normas pero otros para sacar provecho o cubrirse frente
al nuevo panorama de mercados que se abrió.
Para los analistas la señal más tranquilizadora en lo cambiario la trajo
la novedosa subasta para asegurarle liquidez en dólares al sistema.
Básicamente porque no solo los bancos pidieron menos de la mitad de lo
que el BCRA había ofrecido (podían acceder a hasta US$400 millones y tomaron
US$175 millones), sino porque además los adquirieron a un precio que partió de
$27,35 (23 centavos o 0,85% menor) y promedió los $27,4936, es decir, 8,7
centavos menos o 0,3% inferior al que había registrado al cierre del billete
mayorista. "Todo el paquete de medidas deja un solo mensaje: el Gobierno
no quiere que el peso se siga devaluando. Era un dato que, tras el acuerdo con
el FMI y los reacomodamientos que incluía, no estaba tan claro", indicó
Norberto Sosa, director de Invertir en Bolsa (IeB).
La duda es si la señal de distensión de ayer puede ser una nueva ilusión
óptica o no. "Creo que, en estas condiciones, el dólar se tiene que
amesetar. No creo que baje mucho ni que la idea sea bajarlo mucho, pero
-siempre que no vuele el mundo por el aire- parece todo dado para que se
tranquilice básicamente porque las medidas tienen por objetivo secar la plaza
de pesos", juzgó el economista y director de la consultora EconViews
Miguel Zielonka. "Lo que pudimos ver por fin es un mercado cambiario más
acomodado y no es poco, dado que es el prerrequisito para que luego se
estabilice el resto", valoró Leonardo Chialva, de Delphos Investment.
En paralelo a la señal de mayor tranquilidad cambiaria se desató un
vendaval de arbitrajes que tuvo por eje las Letras del Banco
Central (Lebac), pero también impactó fuerte en la cotización
de acciones y bonos (ver aparte) y en el resto de las tasas (llegaron al 64%
las del call money).
Es que los bancos salieron a vender masivamente las letras (son dueños
de casi la mitad del stock) para suscribir los nuevos bonos por hasta el
equivalente a US$4000 millones que ofrecía el Gobierno tanto duales como en
pesos y a vencer en 1 y 2 años, respectivamente. Esto llevó la tasa de la Lebac
a vencer hoy a quedar en el 75% anual y dejó en el 51% a la que caduca en un
mes."Esto no indica que el BCRA esté dispuesto a validar hoy este nivel de
tasas, sino que revela la dimensión que alcanzó la liquidación de los
bancos", advirtió Sosa.
Ocurre que el bono dual (liquidable en dólares o pesos) les resultaba
atractivo como cobertura cambiaria ahora que les volvieron a achicar la
posición de cambios y el bono en pesos tenía un sex appeal especial, ya que se
lo habilitó para integrar la posición de encajes, una obligación que
habitualmente no es remunerada y que les subirá 5 puntos en los próximos días
(impidiéndoles disponer de unos $100.000 millones), lo que los impulsó a tratar
de constituirlas con estos instrumentos.
Este combo de incentivos ayudó a que la demanda por los bonos supere 25%
la oferta y ayudó a Finanzas a colocar el bono más corto a una tasa del 2,4%
nominal mensual (32, 92% efectiva anual) y al "largo" al 26% anual
(27,69% efectiva), a la vez que le da la posibilidad al BCRA de comenzar desde
hoy, otro "supermartes", a desarmar la "bomba" de las
Lebac, que venía de ser potenciada por las tasas del 40% anual que validó en la
última subasta Federico Sturzenegger.
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