Por Alan Soria Guadalupe - Mientras el tratado de
libre comercio con la Unión Europea (UE) parece estar cada vez más lejos
pese a meses de anuncios y expectativas, la nueva presidencia del Mercosur pondrá
más atención en China , con el objetivo de iniciar las
conversaciones para firmar un acuerdo de reducción de aranceles con Pekín.
Si bien la Argentina mantiene firme su apuesta a la firma del tratado
con el bloque europeo como una prioridad en materia de política exterior, la
influencia de China en la región no escapa de la agenda oficial. El propio
presidente Mauricio Macri mencionó anteayer en una entrevista
que el bloque regional debe aceitar los vínculos con otras regiones del mundo,
entre ellas el gigante asiático. Un día antes, el canciller Jorge
Faurie había dicho que no se podía "negar un
entendimiento" con Pekín.
Macri no participó ayer de la cumbre de mandatarios del Mercosur, que
tuvo lugar en Paraguay. En su lugar, viajó la vicepresidenta Gabriela Michetti , que se sumó a Faurie y a los
presidentes de Brasil, Michel
Temer ; de Uruguay, Tabaré Vázquez , y del país anfitrión, Horacio Cartes , en el plenario donde Montevideo
asumió la presidencia pro témpore del grupo.
Durante la sesión plenaria, Michetti ratificó la necesidad de que el
bloque se convierta en una "plataforma efectiva de integración" al
mundo, bregó por el avance de las negociaciones con la UE y volvió a condenar
la violación de los derechos humanos en Venezuela.
"El Mercosur debe contribuir a nuestra inserción en la economía
mundial. No podemos dejar escapar la oportunidad de cerrar un acuerdo con la
UE. Los líderes del Mercosur y la UE tenemos la responsabilidad histórica de
construir nuestro futuro juntos", señaló la vicepresidenta, quien enfatizó
que "después de casi 20 años de negociación" la región está ante
"la posibilidad histórica de concluir el acuerdo".
La prioridad de la Argentina a la asociación con la UE -en la
Cancillería aún confían en que el tratado se pueda cerrar- se encontrarán
durante los próximos meses con una actitud reticente de Uruguay, que en la
cumbre cuestionó las demoras en las tratativas y su rechazo a firmar un
"acuerdito".
Así lo sostuvo Tabaré Vázquez, que adelantó que la nueva prioridad será
acercarse a los nuevos mercados, como China, porque sería "una
torpeza" dejarlos de lado. "No estamos dispuestos a perder el tiempo
en negociaciones eternas", lanzó el mandatario.
Pese a que en el Gobierno se mantiene el optimismo respecto del acuerdo
con la UE, ya adelantó su posición frente al acercamiento a Pekín. En diálogo
con LA NACION, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la
Cancillería, Horacio Reyser, señaló que "tener diálogo con China no está
mal", pues "es uno de nuestros principales socios comerciales".
Cauteloso, sin embargo, el funcionario indicó que "la forma que
tome ese diálogo no está definida ni está cerca de ser definida, pero no vemos
de acompañar esas conversaciones aunque eso no implique modificar el rumbo de
nuestra agenda".
Las posturas de Uruguay generaron ruido en el último tiempo en la
región, particularmente a principios de mes, cuando ratificó su estrategia no
condenatoria ante la crisis en Venezuela y se abstuvo en la Organización de
Estados Americanos (OEA) cuando se votó una resolución que abría las puertas a
la expulsión del régimen chavista.
Los países del continente aceleraron su embestida diplomática contra
Caracas tras la reciente reelección de Maduro en unos comicios que fueron
considerados ilegítimos por la región y otros países del mundo.
Por su lado, la vicepresidenta expuso una vez más la posición de la
Argentina ante la situación que se vive en ese país. "La Argentina tiene
una profunda preocupación por el avasallamiento de los derechos humanos que
sufren los venezolanos", sostuvo. Y agregó, en relación con la acogida que
los venezolanos tienen en diversos países de la región, incluido el nuestro,
frente a la crisis migratoria: "Cuando la dictadura perseguía a nuestros
compatriotas, Venezuela les abrió las puertas. Nunca nos vamos a olvidar de
eso".
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