Por Juan Bergelin
- Las estadísticas del Banco Central vienen mostrando ya desde algunos meses
que el crédito al sector privado redujo fuertemente su ritmo de crecimiento
-arrastrado en gran parte por el freno en los créditos hipotecarios- y que se
disparó la tasa de interés en las líneas de adelantos en cuenta corriente,
pasando del 25% anual en mayo al 60,76% actual. Ahora, con datos cualitativos
aportados por los bancos, se puede comprobar que ese parate vino de la mano de
un mayor endurecimiento de las condiciones crediticias, ya que las entidades no
sólo subieron las tasas de los préstamos, sino que además muchas acortaron
plazos, redujeron los montos máximos y aumentaron las exigencias de garantía,
sobre todo en el financiamiento a las grandes empresas.
Los datos surgen de una encuesta que cada tres meses
realiza el BCRA a un grupo de bancos que concentra el 90% del mercado
crediticio, de los cuales casi el 30% reconoció que endureció las condiciones
crediticias a empresas en el segundo trimestre del año. Estos bancos, explica
el Central, "señalaron al deterioro tanto de la situación económica
(actual y perspectivas) y al aumento del riesgo de la cartera crediticia, como
los principales factores que las impulsaron a realizar los mencionados
cambios". Este escenario de restricción, agregó el informe, se verificó en
todos los tamaños de empresas y en todos los plazos de financiamiento, con
mayor intensidad en las grandes empresas y en los plazos más cortos (menores a
un año).
La Encuesta de Condiciones Crediticias (ECC)
difundida ayer fue realizada con las respuestas que los máximos responsables
del área crediticia de los bancos aportaron entre el 18 de junio y el 3 de
julio, quienes detallaron cómo evolucionó la oferta de crédito en su entidad,
la demanda y cómo prevén que seguirá en el tercer trimestre.
Más allá de que 6 de los 21 bancos endureció
sus condiciones crediticias, se desprende que las entidades que lo hicieron
tiene peso en el mercado, porque provocaron una baja de 18,2% en el Índice de
Difusión (cuando sube hay flexibilización de las condiciones y cuando baja hay
más restricción), que pondera las respuestas "tanto en función de la
participación de cada entidad en el saldo de crédito así como por la intensidad
de la respuesta". Esta caída en el índice es la más fuerte desde que
comenzó a elaborarse este informe, en el año 2013.
Créditos más caros
El relevamiento detalla además que en las
líneas destinadas al sector corporativo se registró "un significativo aumento
de los spreads sobre el costo del fondeo respecto el trimestre previo". En
otras palabras, los bancos subieron fuertemente la tasa que cobran por sus
créditos, pero prácticamente no modificaron lo que pagan a las grandes
compañías por sus depósitos a plazo fijo. La Badlar, de hecho, en mayo estaba
en el orden del 25% anual, casi en línea con la tasa de los adelantos en cuenta
corriente, y hoy está en el 34%, más de 25 puntos porcentuales por debajo de lo
que cobran los bancos por el descubierto.
Asimismo, "los plazos y los montos
máximos de otorgamiento, así como los requerimientos de garantías también se
restringieron en el margen, aunque con menor intensidad", explicó el
informe y agregó que "las comisiones cobradas y las condiciones contractuales
(covenants) permanecieron sin cambios en el período".
Futuro incierto
El panorama para el corto plazo no es nada
alentador. En rigor, para el tercer trimestre del año, los bancos ya prevén una
leve moderación en la restricción de los estándares crediticios a empresas,
"que se daría con mayor intensidad en las firmas de mayor tamaño". En
cuanto a la demanda esperada, las entidades encuestadas espera una nueva caída
en la demanda crediticia de las empresas, que se reflejaría en todos los
tamaños de empresas y plazos de financiamiento.
Ya en el segundo trimestre los bancos
percibieron una significativa reducción de la demanda crediticia en todas las
líneas, explicada mayormente por el aumento de la tasa de interés.
En cuanto a las líneas destinadas a las
familias, la encuesta revela que en el segundo trimestre prevaleció una
restricción de los estándares crediticios en todas las líneas de crédito a las
familias y detalla que 4 entidades de las 19 entidades encuestadas restringen
créditos mediante tarjetas. Al igual que con los créditos a empresas, el
deterioro de la situación económica (actual y perspectivas) y al aumento del
riesgo de la cartera crediticia fueron los principales factores que explicaron
la mayor restricción.
"Las comisiones cobradas se
incrementaron moderadamente en las tarjetas y los montos máximos de
otorgamiento disminuyeron levemente en las tarjetas", detalla el informe,
aunque reconoce que "los requerimientos de garantías se flexibilizaron
levemente en otros créditos al consumo". Asimismo, la demanda crediticia
de las familias disminuyó, "principalmente por las tasas de interés poco
atractivas y para el tercer trimestre los bancos esperan una nueva disminución
de la demanda en todas las líneas destinadas a las familias".
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