"Aún faltaba definir si la inflación será de un punto más
o uno menos. También están viendo si el crecimiento quedará en cero o si bajará
un punto". Bajo estas últimas dudas que partían anoche desde el corazón
oficialista el Gobierno intentaba sellar, al cierre de esta edición, la letra
del Presupuesto 2019 que aterrizará hoy en Diputados junto al ministro de
Hacienda, Nicolás Dujovne, quien dará una breve presentación de la iniciativa.
El funcionario nacional volverá a la Cámara baja el jueves próximo. Allí
expondrá los detalles finos en la comisión de Presupuesto y Hacienda que
comanda Luciano Laspina, espada económica del PRO en la Cámara baja. El trámite
que sueña Cambiemos marca la firma de los dictámenes correspondientes, en
principio, para el jueves 27 de septiembre.
Las dudas que mantenía ayer el Gobierno sobre algunas cifras macro pincelan el
panorama de incertidumbre en cuanto al año próximo. De allí surge, tal como
planteó la semana pasada Ámbito Financiero, que los legisladores más experimentados
en el Congreso ya reconocieran que los términos del ajuste ya no importarán
tanto a la hora de pelear en comisiones y recintos de ambas cámaras: la batalla
será mucho más simple y consistirá en dar la señal simbólica de contar con una
ley de gastos para el año próximo y en menos de 50 días, es decir, antes de que
finalice octubre próximo. Como plan "b" quedará el 15 de noviembre,
siempre con la meta de tener el proyecto sancionado antes de la cumbre del G-20.
"Algunos términos quedarán merodeando como pasó el año pasado. Sólo basta
revisar lo proyectado y lo que ocurrió realmente estos meses para chequearlo.
No sabremos si habrá un presupuesto para gobernar o no, pero seguramente haya
un presupuesto para mostrar", deslizó la semana pasada un histórico
cabalgador de peripecias legislativas a este diario.
En la preliminar del Gobierno, o al menos lo que hizo circular Dujovne -pese a
que desde su equipo dijeron a Ámbito Financiero que "no tenía números
hasta mañana", en referencia a la presentación de hoy en Diputados-,
Cambiemos estima un aumento en los ingresos del 43%. Esa cifra quedará atada a
la suba de los derechos a las exportaciones, que lo harían en un 161%.
La principal puntada que hará Casa Rosada será en la obra pública, clave para
Mauricio Macri -en realidad, para cualquier gobierno- en años electorales. En
este punto, los denominados "gastos de capital" bajarán un 27% en
relación con el presente año. Es decir que el muy promocionado régimen de
participación público-privado (PPP) deberá suplir la disminución del 0,7% del
Producto Bruto Interno destinado a este campo.
Desde el Gobierno sí se encargaron de promocionar el mayor gasto en
prestaciones personales que habrá el año próximo. Mientras tanto, los meses
recesivos serán cubiertos con más impuestos al sector privado, pese la promesa
de Casa Rosada de ahorrar un 0,2% del gasto operativo con, por ejemplo, los
congelamientos del ingreso de personal que en contadas ocasiones se cumplen.
Mientras anoche buscaban cerrar en qué zona de los cuarenta pesos estará el
dólar promedio para 2019, también se discutía la cifra final de inflación,
ubicada en un optimista 23%-25%. La meta de déficit fiscal cero -el financiero
continuará un par de años, como mínimo- para el año próximo choca con nerviosismos
provinciales -incluso de oficialistas, como María Eugenia Vidal- por falta de
subsidios. Sin embargo, el Gobierno confía en los votos que obtendría de la
oposición en ambas cámaras.
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