El equipo
económico confía en que la recesión durará hasta el primer trimestre del 2019.
A partir de allí, impulsado por las exportaciones, el PBI subirá la empinada
cuesta que le dejará el 2018, hasta ubicarse en diciembre del próximo año con
un ritmo de crecimiento del orden del 5% interanual. Son los números en los que
se basa el proyecto de Presupuesto 2019 que el ministro de Hacienda, Nicolás
Dujovne, presentó al Congreso, al que consideran ya "acordado" con
los gobernadores (ver págs. 2 y 3).
La baja de la actividad prevista para todo el año, de medio punto, es un
promedio y aunque todo indicaría que la salida planteada en esos términos
parece muy optimista, en el Palacio de Hacienda creen que no va a haber un
boom. De hecho, lamentan que los mejores numeros que prevén, se estarían dando
recién hacia el final del año, por lo cual no se podrán aprovechar en octubre cuando
sean las elecciones presidenciales.
Al igual que la salida de la crisis en 2003, el motor de la recuperación van a
ser las exportaciones del campo, que se sumarán a las del sector industrial,
que ya están demostrando dinamismo a partir de la devaluación. El consumo
interno y la inversión van a quedar más relegados. El Presupuesto 2019 presenta
un dólar promedio a 40,10. Los funcionarios del equipo económico justifican esa
proyección en la idea de que el tipo de cambio "ya está supercompetitivo".
Estiman que si el peso devaluara 10% se ubicaría en niveles históricos
similares al 2003 y sostienen que la complicación es que "la nominalidad
de la economía no está anclada todavía".
Fuentes del Palacio de Hacienda indicaron que en el equipo de Dujovne se descuenta
que el contexto internacional desfavorable va a seguir al menos todo el año que
viene.
Para alcanzar el déficit cero, el gobierno ya determinó la extensión de las
retenciones a las exportaciones a todos los sectores. Eso implica un aumento de
ingresos fiscales del 1,3 puntos del PBI, Pero eso no va a alcanzar; será
necesario subir otros impuestos. Se piensa en postergar la reducción gradual
del Impuesto al Cheque, prevista en la Reforma Fiscal, y en cuanto a ésta, se
procurará mantener la reducción gradual de Ganancias para las empresas, pero se
eliminarán exenciones que rigen para empleados públicos y para las cooperativas
y mutuales de crédito. Ese paquete sumaría unos $25.000 millones. Se va a
suspender el ajuste por inflación, mientras que seguirá el esquema previsto
para fin de este año de sumar el impuesto a la Renta Financiera para los
residentes en el país. Otros costos fiscales que se piensan eliminar generarán
conflicto con los docentes. El Fondo de Incentivo en el actual presupuesto se va
a mantener en términos nominales, y se piensa sostenerlo así en los siguientes,
con lo cual habrá un efecto de licuación sobre ese adicional del sueldo que
paga la Nación.
El Ejecutivo también piensa contar con ingresos por $ 15.000 millones de
utilidades del Banco Nación, y privatizará bienes de la estatal ENARSA (se
habla de las centrales Brigadier López y la Central Térmica de Ensenada
Barragán).
El gobierno también estima que entre abril y mayo del 2019 el efecto del
blanqueo de capitales sobre el financiamiento de la Reparación Histórica para
los jubilados va a concluir, y que a partir de entonces ese gasto será
soportado por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad.
Por el lado del gasto público, el Presupuesto prevé una caída del 7,7% a nivel
de la Nación. Eso implica menor obra pública. No obstante, en Hacienda
entienden que las provincias van a subirlo con sus propios fondos, de modo que
el consolidado global quedaría compensado. A eso, le suman los proyectos de
Participación Público Privada (PPP), aunque en ese caso ya prevén que no va a
tener el impacto decisivo que imaginaron antes de que estallara la crisis del
dólar, sumada a la causa de los cuadernos.
Otro componente del gasto son los subsidios. En Hacienda anticipan para enero
una suba de las tarifas de luz del 30% que compensará la inflación del 2018, y
que a partir de allí habrá subas graduales a lo largo del año. En gas prevén un
incremento de igual tenor en octubre, para que luego rija la tarifa plana.
Todo el esquema pensado por Hacienda requerirá el año próximo de financiamiento
por u$s38.000 millones. De ellos, u$s10.000 millones corresponde a la emisión
de Letras del Tesoro (Letes).
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