Por Roberto Cachanosky - En general, en
los primeros 3 años de Gobierno, Mauricio Macri no ha podido dominar la
economía, ni aun tomando el criterio que pidió para que evalúen su
gestión: "cuánto disminuyó la tasa de
pobreza", ya que dudo seriamente que en un año le vaya a
dar positivo el resultado.
El grave error de Cambiemos, y del Presidente en particular, fue creer
que un sistema intrínsecamente ineficiente (el populismo) puede ser
transformado en eficiente con un buen management. Mauricio Macri y sus
principales colaboradores despreciaron la macro y creyeron que podían
gestionar la herencia recibida.
Ese fue el error más grosero que cometieron porque a los problemas
heredados le agregaron otros como el arbitraje tasa versus dólar, primero
con las Lebac y ahora con las Leliq, que constituyen un polvorín en el que
no puede haber la más mínima chispa.
Pero más grave aún, al considerar que no hacía falta un
plan económico porque pensaron que podían administrar el
desastre recibido, mostraron no comprender cómo funciona el
proceso económico. El hecho de que muchos de ellos provengan del
mundo empresarial no los hace conocedores del funcionamiento de
la economía y su estrecha relación con la calidad institucional.
Sobre el tema institucional cometieron otro error, creer que porque
Macri se sentara en el sillón de Rivadavia y Cristina Fernández de Kirchner
se fuera derrotada, iban a llover las inversiones. Otro grosero error de
apreciación.
Sin duda Argentina tiene mucha mejor imagen hoy ante el mundo, pero
no por eso alguien va a venir a hundir una inversión con esta carga
tributaria, esta legislación laboral y este nivel de gasto público alto e
ineficiente.
Nuevamente, sobre el nivel de gasto público parecen no haberse
preocupado demasiado y creyeron que el gradualismo iba a llevar a un
crecimiento sostenido de la economía que, combinado con un gasto público
congelado en términos reales, iba a termina licuando su peso sobre el PBI.
El problema es que nunca dijeron por qué iba a crecer la economía.
Pensaron en la magia de Mauricio Macri como presidente, de otra forma no
se explica lo que hicieron.
Un espejo donde mirarse
Es más, no le dieron mucha importancia al gasto público/PBI si, como
creyeron, en Europa el peso del Estado sobre la economía es similar y tienen un
buen nivel de vida. Basta con ver lo que está ocurriendo en Francia en estos
días para advertir que Europa, o buena parte de ella, está agobiada por el
Estado de bienestar que aquí quieren copiar.
Si uno observa la evolución de la tasa de crecimiento del PBI
por habitante en los últimos 56 años de las naciones que integran
la Unión Europea puede ver una clara tendencia decreciente. De crecer a un
ritmo en la banda del 4/6 por ciento anual, terminaron en el rango del 0/2
por ciento de aumento del PBI por habitante.
Como puede observarse en los gráficos previos, la UE y Francia,
actualmente con serios conflictos en las calles, tienen un dibujo similar de
tendencia hacia el estancamiento y menor tasa de aumento del PBI por habitante,
por lo tanto, no es el mejor ejemplo a tomar para decir que en Argentina el
problema no es el nivel de gasto público sino su calidad y que hay que
administrarlo bien como en Europa.
En Argentina tenemos los dos problemas y Cambiemos creyó que podía
solucionarlo con una buena gestión de un gasto público gigantesco, que impide
todo crecimiento económico porque espanta las inversiones y eso lleva a que
nunca se dé la licuación del gasto sobre el PBI por crecimiento de éste.
Pero, si de instituciones se trata, no es solo que el Gobierno no esté
copado por una banda de delincuentes y corruptos. La calidad de las
instituciones tiene que ver con que el Estado puede transformarse en ladrón
para robarle el fruto del trabajo a quienes todos los días se esfuerzan por
producir para repartirlo entre quienes viven a costa del trabajo ajeno.
El ABC de la equidad tributaria
Como dice el genial Fréderic Bastiat en su ensayo La Ley, refiriéndose a
cómo la ley fue pervertida, "el gobierno ha puesto la fuerza colectiva al
servicio de quienes quieran explotar, sin riesgo y sin escrúpulos, la persona,
la libertad o la propiedad ajenas; ha convertido la expoliación, para
protegerla, en derecho y la legítima defensa en crimen, para castigarla".
Este ensayo, que fue escrito en 1850 tiene total vigencia en la
Argentina actual cuando uno ve a los piqueteros "exigir" planes
sociales y al Gobierno negociar con ellos. El Estado no tiene ningún
derecho a negociar con nadie el fruto del trabajo ajeno.
¿Qué es lo que ocurre en este caso? En vez de que los piqueteros vengan
a robarnos directamente, lo mandan al Estado a robarnos en nombre de la
solidaridad social. Y el robado, que somos los expoliados impositivamente,
pasamos a ser delincuentes si queremos defendernos de la expoliación
impositiva, cuando no somos tildados de insensibles sociales. En
definitiva, el orden jurídico es dado vuelta y el Estado, que tiene el
monopolio de la fuerza para defender el derecho a la vida, la libertad y la
propiedad de las personas, utiliza ese monopolio de la fuerza para quitarle al
que produce y dárselo al que no produce.
Bajo estas condiciones, se va desestimulando la inversión, la
economía genera cada vez menos riqueza y la inseguridad jurídica es la regla
que impera porque el Estado, en cualquier momento, puede recurrir a la
expoliación impositiva o a la confiscación directa para financiar a los grupos
que mayor presión hacen para quedarse con el fruto del trabajo ajeno.
Bajo este sistema, en que los diferentes sectores de la sociedad van a
reclamarle que el Estado le quite a otro el fruto de su trabajo para que se lo
dé al que no le pertenece, es un sistema perverso. Es un sistema que está
basado en el robo de la riqueza y no en la generación de riqueza. Por eso decía
desde el inicio, que Cambiemos cometió el grosero error de creer que un
sistema perverso como este podía funcionar si tenía un buen management.
Ningún sistema económico basado en el robo legalizado, como lo llama
Bastiat, puede funcionar con un buen management. Por definición está destinado
al fracaso. Cambiemos no entendió la relación entre economía y calidad
institucional.
Si Cambiemos logra ganar un segundo mandato y quiere tomar revancha de
estos tres años de malos resultados económicos, va a tener que entender mejor
cómo funciona la economía y su estrecha relación con la calidad institucional.
Gerenciar "eficientemente" un sistema perverso no es el camino para
terminar con 70 años de decadencia.
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