Por Juan Manuel Cocco
- Las
provincias enfrentarán un duro horizonte financiero en 2019, un año electoral
en que la tentación a aumentar los gastos podría poner en jaque su perfil
crediticio y profundizar el deterioro financiero.
De
acuerdo con un informe de Moodys Investors Service, la perspectiva de los bonos
subsoberanos será negativa en 2019, principalmente debido a menores ingresos,
pero también a mayores costos financieros. "Las provincias seguirán
registrando elevados costos de financiación, indicadores de deuda más débiles y
mayores riesgos de refinanciamiento debido a tasas de interés más altas y
exposición a deuda en moneda extranjera", enumeró la agencia.
Pero
no todas las administraciones subregionales son lo mismo. "La situación de
las provincias va a estar muy ligada a lo que ocurra con el Riesgo
País a nivel nacional, en un equilibrio que es muy fino para
los próximos meses", mencionó a BAE Negocios Martín
Vauthier, de Eco Go.
Ese
diferencial de tasa entre los bonos soberanos y similares de los Estados Unidos
se mantenía en torno de los 750 puntos básicos, un nivel tóxico para la deuda
pública nacional y provincial. "Si el Riesgo
País no baja, difícilmente veamos una mejora para las
provincias. Lo mismo ocurre con el nivel de actividad. Si se sostiene la
recesión, el impacto sobre los ingresos puede comprometer los objetivos
fiscales, tanto a nivel nacional como provincial", completó Vauthier.
De
acuerdo con proyecciones del Fondo
Monetario Internacional ( FMI), la economía
argentina caerá 1,5% el próximo año. Precisamente, Moodys destacó que las
transferencias federales automáticas se reducirán porque están basadas en un
régimen de reparto de impuestos mayormente asociados con la actividad
económica. Y las provincias también experimentarán una reducción de ingresos
propios a medida que su propia base económica se contraiga.
Además,
impactarán en las cuentas públicas provinciales las transferencias por parte
del soberano de los gastos asociados al transporte público y de la tarifa
social eléctrica. El Gobierno nacional ahorrará con esa decisión un monto
equivalente al 0,4% del PBI,
un costo que los gobernadores deberán decidir si asumen bajo la forma de
subsidios o si lo trasladan a los ciudadanos en un año electoral.
"La
clave está en distinguir a las provincias según su situación post-acuerdos con
el Gobierno. Hay varias que tienen recursos suficientes como para alcanzar el
equilibrio/superávit primario (Córdoba, por ejemplo), pero otras están en muy
malas condiciones (Santa Cruz). En 2019, sólo las que cuenten con fondos para
expandir el gasto o que puedan conseguir buen financiamiento van a poder
hacerlo", agregó Matías Carugati, de Management & Fit, en diálogo
con BAE Negocios.
De
acuerdo con Moodys, el Gobierno recortará las transferencias discrecionales
para gastos corrientes en un 17,5% en 2019 (vs. 2018), cayendo a 0,4% del PBI desde 0,7%. Pero el
impacto diferirá de una provincia a otra, ya que la dependencia de
transferencias discrecionales representa entre 4,5% y 13% de los ingresos
totales, según cada provincia.
Por
el lado del financiamiento, las provincias tampoco tienen un horizonte
favorable. La combinación de una mayor depreciación del peso y tasas de interés
altas debilitarán los indicadores de deuda subsoberana. Debido a que las
provincias aumentaron su exposición a deuda en moneda extranjera desde 2015,
honrar los pagos aumentará de forma considerable los gastos. El mercado ya
pricea las refinanciaciones.
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