Por Juan Strasnoy Peyre
- De Lebac a Leliq. De una bomba a otra. Así podría graficarse el paso del
esquema de metas de inflación pautado por el Banco Central en
tiempos de Federico Sturzenegger al actual apretón monetario diseñado por Guido
Sandleris y Christine Lagarde, de acuerdo a los datos recopilados en un informe
de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Nutrida por la exorbitante
tasa de interés, en los menos de cuatro meses de vida del actual plan monetario
la bola de nieve de Leliq se duplicó y ya alcanza los $850.000 millones.
El Observatorio de Políticas Públicas de la casa de estudios advirtió
que la aceleración del crecimiento de este instrumento es tal que "ya se
renuevan un promedio de $170.000 millones por semana, 95% más que al inicio del
régimen, lo cual suma presión sobre la hoja de balance del BCRA". Si bien el
stock en Leliq aún es alrededor de 30% menor al pico de las extintas Lebac
($1,2 billones), lo que más preocupa es la tendencia creciente a gran
velocidad.
Las Letras de Liquidez (Leliq) a 7 días son el instrumento monetario
estrella del programa de estabilización, con el que el Gobierno busca salir a
flote de la crisis que se desató en abril de 2018 cuando implosionó la bomba de
las Lebac, el instrumento estrella anterior, y se produjo la masiva corrida al
dólar. Se trata de títulos de deuda en pesos de muy corto plazo, que sólo
pueden adquirir los bancos. Pero en la práctica, el respaldo de las Leliq en
mano de las entidades financieras son los depósitos de plazo de los ahorristas.
Pese a que la tasa se redujo lentamente desde el debut del esquema
monetario vigente (unos 15 puntos desde el 72% inicial), los cuantiosos
intereses con los que el BCRA busca
desincentivar la dolarización siguen ganando volumen. De hecho, afirma el
estudio, ya se devengaron intereses por $119.549 millones para los bancos.
Así, la rentabilidad del sistema financiero aumentó 20,1% en términos
reales durante los primeros 11 meses del año pasado. El gran ganador de una
crisis que pulverizó los salarios y golpeó a los sectores productivos,
castigados por el desplome del costimo y las inaccesibles tasas de interés.
"El costo de estabilizar la macro es una transferencia de recursos
fenomenal desde el BCRA al
sistema bancario", sostiene el Observatorio.
Para dimensionarlo, el informe explica que los intereses por Leliq
equivalen a 2,7 millones de salarios mínimos, 3,2 millones de jubilaciones
mínimas y 16,5 millones de AUH.
"Asimismo, los casi $120.000 millones pagados a los bancos en
intereses superan largamente los presupuestos asignados para programas sociales
de relevancia. Por caso, por cada $100 pagados de intereses de Leliq, se tiene
un presupuesto de $38 para Ciencia y Técnica, de $20,4 para agua y
alcantarillado, de $10,6 para políticas de vacunación, de $10,5 para políticas
alimentarias, de $7,4 para industria y de 80 centavos para construcción de
jardines", concluye la Undav.
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