Por Martín
Dinatale - Un incremento de la pobreza estructural, nuevos hogares
que ya no logran cubrir la canasta básica y un fuerte impacto social por la
inflación o la pérdida de empleo en millones de argentinos. En medio de este
escenario de grave crisis socioeconómica, el Observatorio de la Deuda
Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer los
últimos números de pobreza multidimensional que arrojan resultados alarmantes:
la pobreza medida por diferentes derechos sociales -más allá del índice por
ingreso- aumentó del 26,6% al 31,3% de la población en la Argentina, del 2017
al 2018, lo que implica que hoy existen 12,7 millones de personas con carencias
importantes para su vida.
El enfoque multidimensional
A diferencia del INDEC, que esta semana dará a conocer los nuevos
números de pobreza y que mide las necesidades de la población por
ingreso, el enfoque multidimensional de la UCA realiza una medición sobre
6 dimensiones de carencia humana como son: la alimentación con
indicadores de inseguridad alimentaria, sin cobertura de salud o sin acceso a
la atención médica ni acceso a medicamentos; los servicios básicos, que
incluyen los indicadores de conexión a red de agua corriente, a red cloacal y
acceso a red de energía; la vivienda digna, que comprende hacinamiento,
vivienda precaria y déficit de servicios sanitarios; el medio
ambiente que revela si hay población sin recolección de residuos,
presencia de fábricas contaminantes y espejos de agua contaminada;
los accesos educativos como ser inasistencia, rezago educativo en
escuela media y en escuela primaria; el empleo y la seguridad social medidos
como falta de afiliación al sistema de seguridad social y desempleo de larga
duración.
Así definida la pobreza multidimensional, el estudio, que registró a las
personas que sufren una o más de estas carencias para vivir en la Argentina,
revela que en el 2017 había un 16,7 por ciento de pobres estructurales y
que en 2018 ese porcentaje creció al 18,6, mientras que los pobres no
estructurales pasaron del 9,9% al 12,7 por ciento. Todo ello suma una pobreza
multidimensional del 31,3% en el 2018.
El último informe de la UCA al que accedió Infobae, titulado
"Enfoque de pobreza multidimensional basado en derechos", reveló
además que la población con inseguridad alimentaria severa pasó del
6,2% en el tercer trimestre del 2017 al 7,9% en el mismo período del
2018. Por otra parte, la población con carencias en materia de
atención médica, medicinas y alimentos pasó del 26,6% al 28,2 por ciento.
En otra de las carencias graves que mide la pobreza multidimensional del
informe del Observatorio de la Deuda Social sostuvo que el nivel de
desempleo e inseguridad social se agravó del 33,5% de la población al 34,3% el
año pasado. También aumentó la cantidad de gente que en las zonas urbanas de la
Argentina reside en viviendas precarias, en condiciones de
hacinamiento o con déficits de servicios sanitarios: en este caso el porcentaje
pasó del 26,6 al 27,1.
"El estudio destaca que la pobreza multidimensional por derechos
sociales e ingresos ha experimentado un fuerte crecimiento en el actual
contexto inflacionario y de estancamiento. El aumento se debe fundamentalmente
a la caída en la pobreza por ingresos, por caída del salario, pérdida de empleo
y mayor precarización laboral", explicó a Infobae Agustín
Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.
A la vez, Salvia dijo: "La falta de un trabajo formal y el aumento
del desempleo de larga duración explican también el aumento de la pobreza
estructural, la cual está afectada por múltiples carencias además de los
ingresos. Este segmento de la sociedad, casi el 20% de la población, está
sumergido en la exclusión y la marginalidad, parecen sobrar para este tipo de
modelo económico, solo se los atiende con asistencia monetaria pero no con
políticas efectivas de desarrollo económico, social y humano. Todavía esas políticas
están ausentes del debate político y de la agenda pública".
La pobreza multidimensional en la población de la Argentina
aumentó sustancialmente desde el 2012 (24,4%) pasando por el 27% en el 2015 al
31,3% del cuatro trimestre del año pasado.
Según el informe de la UCA, en la población del conurbano
bonaerense es donde más se profundizaron los incrementos de la pobreza
multidimensional, donde se pasó del 34,9% en el 2017 al 41,1% en el 2018.
En tanto, en la gente que vive en otras áreas metropolitanas pasó del 21,9% al
26,1% mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el incremento de la pobreza
multidimensional fue más leve de un año al otro: se pasó del 7% al 8,6%.
En los sectores medios no profesionales es donde más pegó la crisis
socioeconómica. Se pasó de una pobreza multidimensional en el 2017 de 55,6% a
59,8% en 2018. Y entre los obreros integrados, del 32,7% al 39,2%. No obstante,
hay un núcleo duro del 54,3% de los hogares de trabajadores marginales que se
mantienen en el tiempo desde el 2010 a la fecha.
Hay indicadores de pobreza multidimensional que reflejaron una leve
mejora en la calidad de vida de la gente. Por ejemplo, la población sin
servicios básicos (cloacas, agua corriente y energía) se redujo del 37,7% al
34% en el 2018. En tanto que la población con vivienda precaria disminuyó
levemente del 17,4% en el 2017 al 16,8% en el 2018.
Salvia remarcó en este sentido que esta leve mejora pudo darse por
algunas políticas sociales implementadas por el gobierno para la mejora de
redes cloacales y servicios de agua potable. Sin embargo, el director del
Observatorio de la Deuda Social remarcó que "el núcleo de la pobreza
estructural en la Argentina se agravó en estos últimos tiempos porque hay más
gente con una o más carencias registradas y esto marca que la brecha social
cada vez se va ampliando más en el país".
En este sentido, el informe de la UCA pudo determinar que en el 2018 se
registró el 62,6% de los hogares con una carencia, el 41,9% con al menos dos
carencias y el 26,1% con tres o más carencias.
El informe de la UCA afirma que "la pobreza es mucho más
amplia que la sola falta de ingresos y que tanto la pobreza como las
condiciones de vida que experimentan las personas y los hogares no pueden ser
medidas por un solo indicador". Asimismo, evalúa que no son pocos los
actores sociales que denuncian que las exclusiones sociales incluyen
privaciones en distintas dimensiones, tales como: educación, salud, vivienda,
empleo, empoderamiento, discriminación, seguridad personal, y muchas otras que
difícilmente pueden ser identificadas por el nivel de ingresos.
La encuesta de la UCA mide los conglomerados urbanos con 80.000
habitantes o más de la Argentina; el universo son hogares con población de 18
años o más, mientras que el tamaño de la muestra es de aproximadamente 5.800
casos por año. El dominio de la muestra es de aglomeraciones urbanas agrupadas
en tres grandes áreas según tamaño de las mismas: 1) Gran Buenos Aires:
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Conurbano Bonaerense (30 partidos de Zona Norte,
Zona Oeste y Zona Sur); 2) Otras Áreas Metropolitanas como el Gran Rosario,
Gran Córdoba, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, y Gran Mendoza; y 3) Resto
urbano: Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran San
Juan, Neuquén-Plottier-Cipoletti, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro
Rivadavia y Ushuaia-Río Grande. |