Por Daniel Sticco
- Todos los indicadores de actividad, desde las cuentas nacionales,
estimaciones privadas, y los datos de organismos internacionales que se nutren
de esas fuentes, mostraron en el último año un proceso de generalizada
retracción de la producción y las ventas, y también de los ingresos de los
trabajadores.
En cambio, hubo que esperar a que el Indec difundiera el último
miércoles el resultado de la Cuenta de Generación del Ingreso e insumo de
mano de obra, correspondiente a los últimos 3 meses de 2018 y el promedio
de ese año, para saber cuál fue el real efecto de la
recesión sobre el mercado de trabajo, tanto en lo referente al
empleo, los puestos de trabajo, como a la retribución monetaria que recibió el
promedio de los ocupados en términos de poder de compra.
De ahí surgió que, acorde con la profundización de la recesión
en el último trimestre del año pasado a un ritmo de 6,2% en
comparación con similar período de 2017, se contrajeran tanto el empleo total
proyectado al total país (a 18,8 millones, unas 94.000 personas menos) como los
puestos de trabajo (a 20,9 millones, cayendo en unos 101 mil) pero en una
proporción relativa sensiblemente menor de apenas 0,5% en ambos.
El pluriempleo que practican, en promedio, poco más de 1 de cada 10
ocupados, aproximadamente 2 millones de personas, sea como asalariado, o
cuentapropista, también se redujo levemente en el último cuarto del año: 7.000
personas, equivalente a 0,3% en un año, según se desprende de relacionar la
proyección de los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares que arrojó
un salto de la
tasa desempleo de 7,2% a 9,1% de la oferta laboral, y el total de
puestos de empleo.
"Los puestos de trabajo totales del cuarto trimestre de 2018
ascendieron a 20,9 millones. De ellos, el total de puestos de trabajo
asalariados alcanzó los 15,68 millones y los puestos de trabajo no asalariados
5,2 millones. El total de puestos de trabajo asalariados se distribuye en 10,7
millones registrados y casi 5 millones no registrados", sintetizó el
últimoinforme del
Indec que fuera eclipsado por el anuncio de diversas medidas destinadas a
contrarrestar la aceleración de la inflación y reanimar el consumo de
las familias.
Pero dado que el proceso recesivo del último año fue creciente la
tasa promedio que disminuyó el PBI respecto de la media de los 4 trimestres de
2017 fue menor: 2,5%, estimó el Indec, y en el caso del empleo, por el
contrario se anotó un aumento de 1,9%, y de 1,1% en el caso de los puestos de
trabajos. La diferencia fue el resultado de la reducción en 6,6% del
pluriempleo, por las pérdidas de oportunidades laborales.
En el Banco Central atribuyen ese fenómeno de baja reacción negativa del
mercado de trabajo a semejante recesión al efecto del tipo de cambio flotante,
porque frente a una notable devaluación del peso la variable de ajuste pasó a
ser preponderantemente la caída del ingreso real de los trabajadores, a
una tasa de poco más de 10% en el promedio general.
Esa pérdida de poder de compra de las remuneraciones del trabajo explica
el salto que
volvió a acusar el indicador de pobreza de las familias en
general, y la población en particular, medida por ingreso.
Menor peso en el reparto de la riqueza
Además, la conjunción de destrucción, o, en el mejor de los casos, de
estancamiento del nivel de empleo, como el deterioro del ingreso real de los
trabajadores, propio de los tiempos de aceleración de la inflación, determinó
un quiebre en el comportamiento ascendente de la participación del trabajo
asalariado en la captación de la generación de la riqueza, tras haber alcanzado
un pico de 52,6% en el último trimestre de 2017.
A partir de ahí se observa en la estimación del Indec un sostenido
deterioro en la percepción del ingreso nacional agregado, hasta un mínimo
de 45,5% en el tercer trimestre del último año, aunque se sostuvo levemente por
arriba de la porción que recibieron en conjunto las empresas y los trabajadores
autónomos y monotributistas.
La diferencia fue absorbida por impuestos, subsidios a la producción, y
el saldo contable de las empresas no constituidas en sociedades propiedad de
los hogares, cuyos propietarios o integrantes aportan mano de obra no
remunerada.
Y si bien en los últimos 3 meses de 2018 se registró un repunte de casi
2 puntos porcentuales, a 47,3% del total, se ubicó más de 5 puntos porcentuales
por debajo de la proporción estimada para igual tramo del año previo.
La profundización
de la recesión y aceleración de la inflación en el primer trimestre de 2019habría
vuelto a interrumpir la mejora en la distribución de la riqueza real al
conjunto de los trabajadores, porque todavía la mayor parte de los asalariados
registrados, en particular los vinculados a las convenciones colectivas de
trabajo, no habían recibido aumentos compensatarios, los que se prevé
ocurrirán, parcialmente, a partir de abril.
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