Por Alejandro
Colle - Los ojos del mercado estarán puestos desde hoy en lo que suceda con
el dólar. Es el verdadero precio esencial para el Gobierno. No tiene acuerdo ni
hay pacto de caballeros, pero sin dudas la calma cambiaria será la primera
prioridad del Ejecutivo.
El miércoles, tras el anuncio del Banco Central de congelar hasta fin de
año los límites de la zona de no intervención, el mercado reaccionó con una
baja de más del 2% en el precio de la divisa estadounidense. El porcentaje se
fue recortando y al cierre el mayorista quedó en $41,90 y el billete Banco
Nación, en $42,90. La caída fue del 1,2%.
Pero el alivio duró poco. Porque mientras Buenos Aires estaba cerrado
por el primer día del feriado pascual, en Nueva York el jueves se pudo observar
la primera reacción de los grandes inversores del exterior a las medidas de
alivio del Gobierno.
Los títulos públicos terminaron con caídas de hasta el 2,6% (AY24), se
disparó un 4% el riesgo-país a 854 puntos básicos y los ADR de empresas
argentinas que cotizan en Wall Street mostraban retrocesos de hasta el 8% en el
día. Todo a contramano de lo que ocurría al resto de los emergentes, sobre todo
a los mercados de la región.
El único precio que faltó en ese test del Jueves Santo fue el del dólar.
Recién hoy se podrá saber si la cotización reaccionará acompañando la
negatividad de aquellos indicadores o si, por el contrario, cede ante el nuevo
apretón monetario del BCRA, que retiró del mercado $55.949 millones a través de
la colocación de Leliq. La cifra equivale a unos u$s1.300 millones.
La venta de u$s60 millones diarios del Tesoro y un mayor volumen de
liquidación de cambio de los exportadores de cereales contribuyeron a un
aumento de la oferta de divisas. Resta ver lo que sucederá del lado de la
demanda, un tema que sin duda está signado por las expectativas políticas que
surgen del calendario electoral, pero también por el grado de credibilidad en
la eficacia de las medidas del Central y la confianza en quienes tienen a cargo
la gestión.
Varios son los indicios que aportará el mercado a partir de hoy, son los
siguientes:
1) Renovación de Letes: El Tesoro licita hoy y hasta mañana, una nueva
serie de Letes, a 217 días. Vencen el 29 de noviembre próximo, 5 días después
del eventual balotaje en el que, según dos encuestas, el oficialismo perdería
por 9 puntos ante la opción opositora menos amigable para el mercado. Habrá que
ver el porcentaje de renovación: el Tesoro ofrecerá u$s750 millones, de los
u$s1.215 millones que vencen el viernes. Si colocara el total, el roleo sería
del 62% (4 puntos menos que la subasta anterior).
2) Vencimiento de Bonar 19 (AA19): Hoy vencen u$s2.836 millones de
amortización y renta del Bonar 19. Este título se emitió en 2016 para acordar
con los holdouts, por lo cual cabe esperar un bajo o nulo porcentaje de renovación.
3) Futuros del dólar: Para muchos analistas esta será la clave para
medir la confianza en que el BCRA podrá contener al dólar en 51,45 pesos, en el
caso de que el precio alcance el techo de la banda. El Rofex muestra
cotizaciones superiores desde septiembre, que van hasta $58,50 para fin de año.
El dato a seguir, para calibrar las expectativas del mercado, es si los futuros
caen hasta converger con el tope de $51,45. Eso puede suceder si baja el
contado o la tasa implícita. El miércoles el spot cedió 1,1% y los futuros
hasta el 3%. La tasa recortó 2 puntos (al inicio de la rueda había bajado hasta
6) y quedó cerca de 60% anual para el fin de diciembre.
4) Seguros contra default: Al igual que el riesgo-país, la cotización de
los CDS (Credit Default Swaps) se encresparon el jueves. Están en 950 dólares
para la deuda a 5 años y superan 1.000 para la de 2 años. Esto quiere decir que
quien compra un título que rinde en torno del 16%, y se cubre con un CDS, está
dispuesto a resignar más de la mitad de ese rendimiento para cubrir el riesgo
de un eventual impago. El dato a observar aquí es si comprimen los valores o,
por el contrario, se siguen ampliando.
5) Control de precios: los analistas saben que los controles de precios
son estériles, pero lo que está en juego con las medidas que rigen a partir de
hoy es otra cosa: la capacidad del Gobierno para gestionar. El jueves los
móviles de varios canales de aire demostraban, lista en mano, en los pasillos
de comercios y centros mayoristas, que los precios esenciales son hasta el 30%
superiores a los vigentes que figuran en la página de Precios Claros de
Presidencia.
El nuevo test para el dólar se dará en un clima de escepticismo y
desconfianza, que abarca tanto a inversores sofisticados como a la gente de a
pie.
Los primeros, preocupados porque ven desdibujarse la posibilidad de
cumplir con el déficit cero, debido al costo fiscal de las medidas de alivio
(1,8% del PBI), la eventual mayor carga de subsidios energéticos en caso de que
el dólar se mueva en alza, a lo que se sumó la contingencia de litigios como el
de Burford Capital por la expropiación de YPF, que se traducen en un deterioro
en la capacidad de pago del país. El segundo grupo, resignado ante la falta de
resultados del Gobierno para bajar la inflación y la consecuente pérdida de
poder de compra, que no resolvería lo que hasta ahora parece ser una evidente
chapuza, que caería como un castillo de naipes con una estampida del dólar.
El mercado estará atento al impacto: si se acelera (o no) la caída de la
demanda de dinero y si se apura (o no) el desarme de carteras y la dolarización
de portafolios. Una encuesta realizada ayer por un usuario de Twitter, a la que
respondieron más de 900 traders, economistas y estrategas de mercado en las 4
primeras horas, reveló que quienes prevén un dólar en alza en la rueda de hoy
superan por 55 a 45 a los que esperan una baja.
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