Por Carlos
Burgueño - El Gobierno confía en que alcanzarán los u$s6.000 millones que el
Fondo Monetario Internacional (FMI) autorizó
para contener el mercado cambiario, en cuotas de hasta u$s250 millones diarios.
Al menos hasta algunas semanas después de las Primarias Abiertas Simultáneas y
Obligatorias (PASO) del 11 de agosto. Según la confianza oficial, hasta
bastante después de esa fecha, y quizá hasta cerca de las elecciones del 27 de
octubre, se podrá pelear un precio del dólar cercano a los $51,45. Con este
compromiso, y con la promesa de trabajar durante todo el trimestre para que la
recaudación al menos le empate a la inflación, la segunda misión de 2019 del
organismo financiero internacional que hoy termina su trabajo en Buenos Aires
le dará el aval al país para que en la próxima reunión del board se le apruebe
el giro de u$ 5.400 millones correspondientes al segundo desembolso del año. Y
con esto, el Gobierno de Mauricio Macri ya podrá garantizar que hasta diciembre
tendrá el dinero suficiente para cumplir con todos los vencimientos de deuda
comprometidos. Dicho de otra manera, en su Gobierno, Macri no habrá entrado en
default. Parece una obviedad, pero a un año y un mes del inicio de la crisis de
2018, y gracias a la intervención directa del FMI, el país podrá cumplir con
sus compromisos.
Hoy será la despedida diplomática de los hombres y mujeres que
acompañaron al italiano Roberto Cardarelli en su segundo paso del año en Buenos
Aires. Habrá dos reuniones. Una en el Ministerio de Hacienda y otra en el Banco
Central de Guido Sandleris. En ambos casos se esperan encuentros tranquilos,
con sonrisas y palmadas en los hombros, ya que todo lo complicado de la misión
fue chequeado, mensurado, discutido y definido. Lo más importante de la visita
fue la verificación in situ de los dos principales capítulos que el FMI quería
observar en vivo y en directo. El primer punto era el fiscal. En este terreno
Cardarelli y su gente tuvieron la primicia ayer a la mañana del superávit
fiscal primario logrado por el Gobierno de unos $10.846 millones en el primer cuatrimestre
del año; una cifra que supera la meta negociada oportunamente con los técnicos
del organismo.
El segundo tema que los hombres de Washington quisieron verificar es la
evolución del compromiso cerrado con el FMI para que se puedan utilizar hasta u$s6.000
millones para intervenir en el mercado cambiario si la situación del dólar se
desborda. A diferencia de la primera misión de fines de febrero, cuando
Cardarelli y su gente convivieron con alteraciones importantes en el mercado
cambiario y financiero y el comienzo del malhumor de los mercados que duró
hasta fin de abril, en esta visita el mercado se comportó de manera tranquila.
Y sin la necesidad de recurrir a los dólares del FMI para contener el tipo de
cambio. Verificaron además los visitantes que la oferta de divisas se mantuvo
abastecida, con una demanda controlada. En otras palabras, non hubo necesidad
en los últimos 10 días de misión, de poner en marcha el acuerdo. Los visitantes
tuvieron además una buena impresión en su visita a la Sociedad Rural Argentina
(SRA), donde se les confirmó que aún hay divisas sojeras por desembolsar. Se
sabe que el problema aparecerá tarde o temprano, y que en algún momento entre
la próxima semana y las PASO de agosto habrá turbulencias que deberán ser
atendidas con las divisas del FMI. Cardarelli sólo confirmó a las autoridades
locales que el plan negociado con la directora gerente, Christine Lagarde
(previa presión del secretario de Tesoro Norteamericano Steven Mnuchin), se
mantendrá como un plan de caballeros y que no se necesitarán mayores avales
directos desde Washington. Siempre y cuando se respeten los parámetros
acordados, de ventas no mayores que u$s250 millones, con un tope de u$s6.000
millones hasta que el valor perfore el techo pétreo de 51,45 pesos.
Definido el escenario en la relación hasta la próxima misión pactada
para agosto próximo, ahota sólo resta que Cardarelli firme el informe elaborado
con los datos recogidos en la visita; y que para el 14 de junio los integrantes
del “board” lo tengan en sus escritorios para el momento de volver a evaluar la
marcha del stand by firmado con la Argentina. Se descarta que el análisis será
positivo (en caso contrario deberá volver a intervenir la administración de
Donald Trump), ya que el directorio aprobó en abril el giro anterior cuando
Argentina mostraba peores datos financieros y fiscales que los del segundo
trimestre del año. En total serían unos u$s5.400 millones del segundo
desembolso, con lo que (cuando llegue ese dinero) el FMI habrá enviado al país
desde junio del año pasado, unos u$s44.600 millones. Restarían para completar
el acuerdo unos u$s12.700 millones que, si se aprueban las futuras revisiones,
ingresarían antes de fin de año; completando los u$s57.300 millones del total
del stand-by firmado con el organismo en el 2018. El desagregado incluye unos
u$s15.000 millones en junio del 2018, u$s5.031 millones en octubre y u$s7.619
en diciembre de ese año. En lo que va del 2019 fueron girados u$s10.870
millones en abril. En teoría, aun utilizando los u$s6.000 millones pactados con
el FMI para contener el dólar, al Gobierno le sobraría el dinero para cerrar
sus obligaciones financieras hasta el primer semestre del próximo año. Será
tarea de la próxima gestión, renegociar, o no, el acuerdo firmado en junio pasado
(ampliado y modificado en septiembre de 2018), para eventualmente conseguir
otros u$s10.000 millones y cerrar todo el 2020.
Unos de los capítulos donde más se trabajó para la misión que termina
hoy, es en mostrar que el gap del primer trimestre de más de 10 puntos entre la
recaudación y la inflación; comenzó a recortarse y que para el segundo
trimestre del año habrá equilibrio. Y que desde julio, acompañando una
reducción sustancial del ritmo inflacionario, comenzará a mostrarse una leve
pero sólida mejora.
El aval del FMI para que Argentina pueda usar (con restricciones) el
dinero del stand-by para contener corridas fue un reclamo personal de Macri a
la administración de Donald Trump; que con su mayoría de votos dejó en claro
que puede torcer cualquier voluntad contraria en el directorio del FMI. El
ruego desde Buenos Aires fue responsabilidad de Hacienda sobre el secretario de
Tesoro norteamericano Steven Mnuchin; quién a su vez torció el brazo del número
dos del organismo, David Lipton. Este era el principal escollo para que el
Fondo abriera la compuerta de los dólares para combatir corridas locales. La
posición del economista norteamericano comenzó a cambiar, leve y lentamente,
tras la reunión del 11 de abril pasado en la sede del organismo en Washington,
con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. A partir de ese momento
su visión sobre la realidad cambiaria argentina comenzó a modificarse;
entendiendo que el país y su demanda de dólares no obedece a las reglas
normales que se estudian en cualquier universidad ortodoxa del mundo.
Finalmente, una llamada de Mnuchin, terminó de convencer al hasta allí pétreo
funcionario.
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