Por Liliana
Franco - Un clima de alegría es el que se percibía este jueves en la Casa Rosada. La vuelta
atrás de la Corte Suprema redundó en un beneficio al Gobierno. “La gente con un solo gesto volvió a ver que podría pasar si
nosotros perdemos”, comentaban en el entorno presidencial y en
broma decían “A que Duran Barba contrató a la Corte para
que nos ayude”.
Es que, la acción del alto tribunal fue interpretado por vastos sectores
de la sociedad como un “pacto de impunidad”, comentaban
en la en la Rosada. Es más, “nos reprochaban que no
hubiéramos influido, que no teníamos contactos” actitud que, a juicio
del Gobierno, reafirmó ante los argentinos que el Poder Judicial es realmente
independiente.
El rechazo de la sociedad a la decisión de la Corte Suprema en el
entorno presidencial fue leído como un hartazgo a “que existan hijos y
entenados”. Esta actitud entusiasmó a dirigentes de Cambiemos en el
sentido de rescatar que, a pesar de que la economía no ayuda, la gente sí
valora los valores que intenta defender el gobierno.
Además, si bien saben que la economía no será un factor que ayudará al
momento de votar sin embargo, estiman que las señales indican
que no hay mayores riesgos de una crisis: que la actividad económica ya tocó
piso, la inflación comenzará a descender y hoy el Banco Central cuenta con
herramientas para aventar una corrida cambiaria, se entusiasman.
En este orden, vuelve al centro de la discusión el lograr el acuerdo de
los 10 puntos, con opositores, dirigentes empresarios, sindicales, entre otros.
Al respecto este jueves se vieron con Frigerio referentes del gremio de la
educación y la intención es continuar logrando consensos.
Cabe recordar que este miércoles el clima en la Casa Rosada tuvo varios
estados de ánimo. Comenzó con largas caras de preocupación por la decisión de
la Corte para promediando la tarde trocar a tranquilidad al ver la reacción de
la gente que consideró que la decisión del alto tribunal avalaba la impunidad.
Y terminó el día haciendo sentir el enojo y disgusto al gobernador de
Mendoza Alfredo Cornejo por sus dichos ante empresarios en referencia a la
necesidad de que Cambiemos incorpore Sergio Massa, Roberto Lavagna entre
otros. “Fue más allá al directamente indicar que Macri no es un buen
candidato”, se quejaban en el entorno presidencial.
La reunión que se llevó a cabo anoche con el gobernador mendocino, la
gobernadora María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Rogelio Frigerio y
el jefe de Gabinete, Marcos Peña “fue bastante tensa” pero al final
del encuentro Cornejo, dicen, comprendió la estrategia electoral del Gobierno.
Es más aventuran que durante la Convención Radical que se llevará a cabo
el 27 de mayo “no habrá ruptura” y a lo sumo puede haber “un pedido de algún
radical que pida participar en la interna” aunque esto último no lo
dan como un hecho.
Además, en el entorno presidencial creen que los radicales “no tienen tanto derecho a reclamar” ya que les
cuestionan el haber hecho una mala performance en Córdoba solo por un
tema de “egos”.
Con quien en este momento reina la paz es con la diputada
Lilita Carrio, quien a pesar de sus fuertes dichos, sienten que es una gladiadora defendiendo a Macri.
Campaña
“Ahora
estamos todos concentrados en la campaña” responden y, es común ver en los pasillos de
la Rosada jóvenes que buscan con cara de perdidos las oficinas donde se llevan
a cabo las reuniones.
¿Cuál
será el eje de la campaña?, preguntó ámbito.com “hablar con la verdad” y pasan a explicar.
Una de las acciones que se están llevando a cabo es generar encuentros
con diversos sectores de la sociedad. Estas reuniones con grupos que no excedan
las 30 personas tienen el propósito de escuchar los problemas, reclamos o
disgustos de los convocados.
Se arman grupos que van de sectores muy humildes a empresarios
encumbrados. “Todos se quejan, cada uno con sus demandas
específicas, pero todos se quejan”, reconocen.
¿Cómo
responden a los reclamos?:”Dándoles la razón, cómo negar que la tasa de
interés está alta, que no se vende, que cuesta llegar a fin de mes…”, cuentan
quienes van por el gobierno a poner la cara.
Sin embargo, las reuniones no son un glosario de quejas y palmadas en la
espalda. Los militantes de Cambiemos si bien no niegan la realidad les
recuerdan que “el país estaba quebrado” (hablan de la
herencia); “que íbamos camino a Venezuela” “que fue más complicado de lo
esperado”, entre otros argumentos. En todo momento, dejan en claro que
la alternativa a Macri es Cristina o como suelen decir “volver al pasado”.
Otros grupos más informados cuestionan también acciones específicas del
Gobierno, como el “rol de Marcos Peña”. Aquí la
respuesta pasa por enumerar los éxitos del jefe de gabinete en su estrategia
electoral.
Otro reclamo es “porque no abren más el Gobierno” y
ahí se recuerda que en su momento sugerían que Macri se uniera a Sergio Massa o
a Martín Lousteau (al que algunos aún no le perdonan el desplante que le hizo
al gobierno al renunciar a la embajada de los Estados Unidos) o Lavagna“esto nos desperfila” explican, “dejamos de ser una alternativa”.
Según comentan, con satisfacción, en general luego de hacer la catarsis
correspondiente por el enojo o la decepción los interlocutores pasan a ofrecer su ayuda para garantizar que Macri pueda ser reelecto.
El pedido oficial es bastante simple ya que apelan al boca a boca: “hablen con amigos, vecinos, compañeros de trabajo, convénzanlos”.
Esta estrategia electoral de escuchar a los “decepcionados”
a los que están “frustrados” o con “bronca” se le suma la campaña en
redes sociales y diversos medios de “Defensores del
cambio" donde también se muestran las obras llevadas a cabo.
Asimismo, en el gobierno están convencidos de que, aún con los errores,
este gobierno es “realmente diferente a todos los que gobernaron
en el pasado”.
No temen perder ante Cristina de Kirchner y no creen que el “enojo de
los decepcionados” pueda inclinar el voto a favor de una tercera alternativa.
Es más, ni siquiera postulación de Roberto Lavagna lo
ven como una amenaza y recuerdan que “él estuvo con el gobierno de
los Kirchner”.
La única eventual amenaza a la reelección de Macri sería si CFK no
compitiese, aunque esto ni siquiera lo ven como una hipótesis con ciertos visos
de ser factible.
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