Por Mariano Cuparo Ortiz
- La fuga de dólares pegó un fuerte salto en la previa a las PASO y llegó a US$2.951
millones durante julio. Más que duplicó el nivel del mes anterior. El dato,
publicado ayer por elBCRA,
pone en discusión la hipótesis de que la crisis cambiaria haya ocurrido sólo
por el resultado de las elecciones. Así, la formación de activos externos no
tuvo descanso y durante la gestión Cambiemos llegó a
totalizar una salida de divisas de US$75.184 millones. Se trata de un drenaje
estructural de moneda extranjera, que se descuenta que terminará en agosto con
niveles muy superiores, a los que se les sumó la huida de depósitos por
US$1.944 millones tras las elecciones primarias.
Entre enero del
2018 y julio del 2019, la fuga promedió US$2.161 millones mensuales. En el
total del período 2015-2019 fue de US$ 1.708 millones Así, preocupa a los
analistas el carácter crónico del fenómeno. Al problema se le sumó un escenario
de incipiente corrida bancaria: sólo en la primera semana posterior a las PASO, la salida de
depósitos en dólares del sector privado totalizó US$1.944 millones. Las
reservas caen en forma acelerada y según la consultora PxQ las de libre
disponibilidad ya bajaron hasta US$14.800 millones.
El economista
Estanislao Malic dijo a BAE Negocios: "La salida de dólares,
por fuga, salida de depósitos y pago de deuda externa forman un esquema que ya
es insostenible. Ni siquiera con superávit comercial alcanza. Tenés compromisos
externos con el sector privado en torno a US$12.000 millones durante el año que
viene, sin contar Letes. La fuga en este ritmo promedio te agrega unos
US$20.000 millones más. A la salida de depósitos no la podés frenar ni siquiera
con una devaluación. Seguimos en más de US$30.000 millones al año y esta vez no
hay acceso a más endeudamiento".
Y agregó: "Es
insostenible. Vas a tener que controlar el mercado de cambios de alguna manera.
No hace falta un cepo, hay otras medidas posibles. Y vas a tener que obligar a
los exportadores a que liquiden. Tenés una cantidad limitada de dólares para
repartir entre los que quieren comprar, los bonistas con los que estás
endeudado y los ahorristas que ya tienen depósitos y que quieren sacarlos. La
sábana es corta y la mejor opción de las tres es restringir de algún modo a los
compradores. El ahorrista ya los tiene, tiene contratos, no se los podés
restringir. Al bonista tampoco".
La consultora LCG
realizó un testeo de las posibilidades del BCRA frente a un
escenario de stress de corrida cambiaria, con escaso rollover de vencimientos
de deuda y salida de depósitos en dólares y pesos.
Los números son
fuertes: en lo que queda del año, la salida estimada de dólares es de US$34.700
millones, si se repite el nivel de 20% de renovaciones de la última licitación
de Letes pre PASO y
la corrida bancaria es del 35% de los depósitos. Si a eso se le restan los
dólares que enviará el FMI,
previa aprobación del directorio, queda un drenaje potencial neto de US$28.300
millones. Con todo, en ese escenario, y con el BCRA jugando fuerte
para garantizar la estabilidad cambiaria, las reservas de libre disponibilidad
cerrarían el año en apenas US$4.600 millones.
Lo que salvó las
papas en julio fue el quinto desembolso del FMI, que sumó US$5.396
millones a la cuenta financiera del MULC, que gracias a él cerró con un
superávit de US$2.385 millones. La cuenta corriente, por su parte, dio un
positivo de US$498 millones. Ahí se destacaron los bienes, que sumaron US$2.021
millones, de la mano de la cosecha. Los servicios, principalmente por el
turismo, generaron un rojo de US$529 millones. Los intereses de la deuda
externa fueron la otra gran explicación de la fuerte salida de divisas:
negativo de US$925 millones.
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