Por Jaime
Rosemberg - Un boxeador que bailotea sobre el ring, confiado
por la ventaja que ha alcanzado durante el combate, y solo se cuida de no
cometer errores. A centímetros, un contendiente con magullones evidentes, que
intenta alcanzarlo para conectar ese golpe de nocaut que le dé una victoria
sorprendente en la que pocos creen.
Así se mostraron el
candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, y el presidente Mauricio Macri en la tercera
edición del ciclo "Democracia y desarrollo", organizado
por el diario Clarín en el auditorio del
Malba. Carpeta en mano, el Presidente pidió a sus oponentes -ganadores de
las PASO por amplio margen- que expliquen "con
claridad" cómo harán para cumplir con sus "propuestas", como el
equilibrio fiscal, el apoyo al turismo o la integración en el Mercosur. Pero,
por sobre todo, solicitó de manera directa que Cristina Kirchner "hable",
para saber su pensamiento. "El Frente de Todos tiene integrantes
importantes y los votos son, en su mayoría, de Cristina Kirchner. Es importante
que escuchemos su visión. Hay algo que, desde el silencio, no da
tranquilidad", desafió el Presidente ante sus entrevistados, los editores
Eduardo van der Kooy, Ricardo Roa y Daniel Fernández Canedo.
Una hora antes, a
Fernández lo habían consultado por la influencia de su compañera de fórmula en
un eventual gobierno. "Ustedes vislumbran un problema entre Cristina y yo
que no tiene sentido (...) el Presidente elige a sus ministros, eso le cabe
solo a él, pero tomando en cuenta la coalición", dijo el candidato, que
volvió al criticar de manera enfática algunos hitos del kirchnerismo, como el
cepo al dólar, el programa 6,7,8 o la
intervención de Guillermo Moreno al Indec. También dio una visión diferente
sobre Venezuela. "Hay que ayudar a recuperarla, pero no correr detrás de
los marines", afirmó, en referencia al gobierno de Donald Trump, con quien
-aseguró- "tiene que haber una relación cortés, amable, respetuosa. No hay
que pelearse con Trump, ni con Obama, ni con nadie", enfatizó.
La diferencia de
más de 15 puntos en las PASO fue abordada de formas opuestas. Fernández evitó
asumirse ya como ganador y dijo en la entrevista -a cargo de los periodistas
Silvia Naishtat, Ignacio Miri y Fernando González- que es "solo un
candidato" y que "hay que terminar con esta idea de que las
transiciones son difíciles". Pero no se privó de decir que "en la
sala" estaban sentados eventuales miembros de su gabinete, y confirmó que
Martín Redrado "podría ser" uno de ellos.
Macri también
contestó preguntas sobre su gabinete. "No, no va haber más cambios,
estamos el equipo que estamos, le doy mucho valor al equipo", afirmó. ¿Y
Marcos Peña? "Creo que siempre ha habido críticas al jefe de Gabinete,
pero también es una forma de criticar al Presidente sin criticarlo, ¿no? Lo he
tomado de esa manera y asumo las críticas", afirmó.
También se mostró
optimista en relación con la posibilidad de revertir la historia. "El partido
de Racing (que perdió por goleada con River) ya sucedió, ya se jugó, el nuestro
se juega el 27 de octubre", dijo. "Las PASO las perdí por quince
puntos en el 2015", continuó, aunque esa fue la diferencia que tuvo frente
a Daniel Scioli sin contar los votos que Ernesto Sanz y Elisa Carrió sumaron a
Cambiemos.
El miedo a los
mercados
La crisis económica
ocupó un lugar preponderante en ambas entrevistas, al igual que el
"miedo" del mercado a una gestión kirchnerista. "La Argentina no
tiene ninguna posibilidad de caer en default si soy presidente", dijo
Fernández. Calificó los rumores de no pago de "fantasmas alentados por el
Gobierno" y ratificó el pago a los nuevos bonistas "porque es una
deuda contraída hace dos años por un gobierno democrático". Pronosticó un
acuerdo con sindicatos y empresas, "porque este presente lo padecen
todos" y dejó flotando la duda sobre "qué Argentina nos va a
dejar" el gobierno de su rival.
Macri debió
responder sobre la coyuntura y lo hizo en tono autocrítico. "Claramente fui
demasiado ambicioso en las metas que nos pusimos, subestimando los problemas
ocultos de la Argentina y subestimando la falta de consenso que todavía había,
ahora hay un poco más", contestó sobre la inflación.
Ninguno de los dos
optó por agredir de manera personal a su adversario. Todo lo contrario:
hablaron de "diálogo" y de "buscar los consensos", aunque
en diferente tono. "Está en una actitud de moderación, pero por ahora el
único que habla es él", dijo Macri sobre su rival, en otro tiro por
elevación para Cristina. "Que hablemos en un momento de transición es
razonable", dijo Fernández en relación con sus diálogos con Macri.
Ambos prometieron
terminar con la "grieta", tal vez habiendo escuchado al expresidente
de Brasil Fernando Henrique Cardoso, quien en el inicio de la jornada pidió
"cuidar la democracia (en el continente), porque no está garantizado que
sea el sistema que va a permanecer".
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