Por Jorge Herrera - Flor de apuesta se ha mandado
el Gobierno. Quizás con la anuencia de la próxima administración. Lo cierto es
que, aún restando dos días de estadísticas, entre las últimas medidas
monetarias y otros movimientos,el Banco Central convalidó una expansión de la
base monetaria de más de $106.000 millones a lo largo de octubre. Sin duda, un
movimiento arriesgado teniendo en cuenta que se da en un contexto de una
economía en recesión, aún con alta inflación y con nuevos ajustes tarifarios y
de servicios. Más allá que se despejó la incertidumbre sobre quién comandará
los destinos del país los próximos cuatro años, todavía falta conocer mucho de
la futura hoja de ruta de la próxima administración. Y ello, en medio de una
transición que tampoco aún permite saber si será del todo civilizada y ordenada,
ha mostrado sobre el cierre del mes pasado una aceleración de la salida de los
depósitos privados en dólares y de los plazos fijos en pesos
privados. Para algunos economistas, el solo hecho de apretar aún más el
cepo, o sea, aumentar las restricciones cambiarias para reducir el drenaje de
divisas, es casi suficiente para esperar que semejante expansión monetaria no
impacte demasiado en el dólar ni en los precios. Sin embargo, nada parece
indicar que la demanda de dinero tenga motivos serios para reaccionar
favorablemente en el corto plazo. Esto sería tanto para la demanda con motivos
transaccionales como especulativos. Por el momento, la gente no parece
agolparse demandando más pesos que sólo los necesarios para cubrir sus gastos
corrientes y extraordinarios. Habrá que ver cómo reaccionan de aquí al traspaso
de mando.
En primer
lugar, la base monetaria casi implosiona ante el desarme de las Letras de
Liquidez del BCRA (Leliq). Hasta el día 29 registra un aumento de $106.650
millones (nada menos que un 7,5%). Eso se explica, hasta ahora, por la fuerte
expansión vía la caída de Leliq por $282.842 millones y el pago de intereses
por $70.919 millones. Gracias a la venta de divisas al sector privado, el BCRA
pudo contraer $232.595 millones y otros $47.825 millones vía Pases. Además de
las Leliq, otras operaciones del sector público generaron una expansión de
$46.922 millones.
Un párrafo aparte
merece el cómputo de intereses debido al stock de Leliq. En lo que va del año,
el BCRA ya computa $585.428 millones (casi el equivalente a unos u$s10.000
millones al tipo de cambio actual). Lo que demuestra una vez más que nada es
gratis.
Otra señal que deja
el cierre de octubre es la aceleración en la salida de los depósitos privados
en dólares (argendólares) que venían cayendo a razón de u$s100 millones
promedio diario y pasaron a más de u$s300 millones. En la semana previa a
las elecciones presidenciales los argendólares cayeron u$s652 millones.
Mientras que en las dos primeras jornadas posteriores salieron u$s557 millones.
En el último trimestre la pérdida de argendólares sumó casi u$s12.900 millones
(40% del stock total) y casi u$s13.200 millones desde las PASO. Esto tuvo un
impacto directo sobre las reservas del BCRA que
vía la merma de los depósitos en dólares para integrar los encajes sufrieron
una caída de u$s7.800 millones.
Hasta el día 29 las
reservas caen el mes pasado u$s5.392 millones, de los cuales u$s3.954 millones
son por venta de divisas al sector privado, u$s1.839 millones de sector
público, u$s143 millones por organismos internacionales y u$s622 millones por
caída en los encajes en dólares (más u$s1.166 millones de otros conceptos).
Otro tanto ocurre
con los plazos fijos privados que caen más de $55.000 millones en el mes.
El stock de Leliq
ha caído a sólo $796.760 millones, pero el de los pases pasivos creció a
$312.544 millones (el 44% son de los fondos comunes de inversión). Se ha pasado
así de una deuda a 7 días a una que se renueva diariamente.
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