El presidente
electo, Alberto Fernández,
fue recibido hoy por el jefe de Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y acordaron trabajar juntos para
reforzar los vínculos bilaterales.
La reunión se
inició a las 14:50 en el despacho del presidente mexicano en el Palacio
Nacional, en la Ciudad de México, y el principal foco de conversación fue la
necesidad de relanzar las
relaciones comerciales, para dar un salto cuantitativo.
Concretamente,
desde el lado argentino se esbozó la necesidad de mejorar los términos de intercambio con el país azteca, ya
que en la actualidad arroja un saldo negativo de 900 millones de dólares.
Para revertir ese
balance, la idea es abrir mercados en México potenciando especialmente la
exportación de carne argentina y
también de piezas automotrices.
De esos temas
estuvieron conversando desde muy temprano los economistas que acompañan a
Fernández en la comitiva, Matías
Kulfas y Cecilia
Todesca, con autoridades del Gobierno de México, en el marco de
reuniones donde también estuvo activo Felipe Solá, quien ya comienza a moverse como canciller de
Fernández, pese a la negativa del futuro presidente de confirmarlo en el cargo.
Otro tema que se
habría colado en la agenda de la cumbre sería un pedido de Fernández para que
México tome partido por Argentina en lo que será la dura renegociación de la deuda con el Fondo
Monetario Internacional.
Antes del
encuentro, el presidente mexicano declaró que está predispuesto a ayudar a que
la Argentina supere la crisis.
"Vamos a mejorar nuestras relaciones
económicas y comerciales. Hay muchas cosas que podemos hacer, y que nos
ayudemos mutuamente", dijo López Obrador durante una conferencia de prensa.
La decisión de
Fernández de elegir a México como primer destino internacional luego de su
victoria en las urnas se explica en parte por la apuesta de consolidar acuerdos con una economía fuerte que
a nivel gubernamental se encuentra parada en el eje de los países de
orientación progresista.
La tensa relación
de Fernández con Jair Bolsonaro, el presidente del histórico principal socio
económico del país, obliga a Fernández a buscar aliados de peso en otras latitudes.
Justamente en México se conformó el llamado "Grupo
de Puebla", que agrupa a líderes progresistas de Latinoamérica, en
una suerte de contrapeso del
"Grupo de Lima", donde se reúnen los presidentes de los países
de orientación "neoliberal".
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