Por Andrés
Sanguinetti - Mientras un grupo de referentes políticos y técnicos designados
por Alberto Fernández estudia la estructura gerencial y de negocios que tendrá
la YPF en la era del Frente de Todos, Miguel Gutiérrez
prepara el que será la última operación de la petrolera estatal bajo el
paraguas del actual gobierno de Mauricio Macri.
El
todavía presidente del directorio de la empresa avanza en el proyecto de
exportar gas natural licuado (GNL) a través de un buque alquilado
a una naviera internacional que partirá con la carga este mes desde el puerto
de Bahía Blanca.
Si bien la fecha
del anuncio y el destino de la exportación se mantienen bajo llave,
iProfesional pudo saber que se trata de la operación con la cual el alto mando
de YPF tiene pensado despedirse si es que, como se supone,
el gobierno entrante desembarca con una nueva conducción en la principal
compañía de hidrocarburos de la Argentina.
La
idea es hacer un anuncio oficial para destacar la venta de la primera carga
comercial de GNL producida en la Argentina como parte de un proyecto más
ambicioso que supone convertir a YPF en un importante player en el mercado mundial de
producción de este combustible.
El primer paso será
cuando, durante este mes, zarpe el buque Excalibur desde el muelle que la
empresa Mega, donde la petrolera controla el 38% del capital, opera en la zona
portuaria de Bahía Blanca.
Mega es una de las
principales empresas del sector petroquímico local que también tiene como
accionista a Dow con el 28% y a Petrobras con otro 34% y en su planta se dedica
al fraccionamiento de gas, con una capacidad para procesar cinco millones de metros
cúbicos por día de gas natural. Además, opera otro establecimiento para la
separación de gas en un campo en Loma La Lata con capacidad para
producir hasta 40 millones de metros cúbicos por día del fluído.
Ambas plantas están
unidas por un ducto de 600 kilómetros que une las provincias de Neuquén, Río
Negro, Buenos Aires y La Pampa y su plan es aprovechar el gas de Vaca Muerta para aumentar la capacidad de sus dos
plantas y en ese marco YPF quiere sumar las exportaciones de GNL al proyecto
que comanda el propio Miguel Gutiérrez.
El objetivo es
cerrar el primer acuerdo de venta estos días para poder realizar el anuncio
completo antes de reducir la producción de gas para poder suministrar el combustible durante el
próximo invierno, época de mayor uso en el mercado doméstico.
El
paso inicial es la partida de la nave flotante Tango FLNG, que fue fabricada en
China, tiene una capacidad de producción de 500.000 toneladas anuales y fue
contratada por YPF a la empresa Excelerate Energy.
Pero la barcaza es
una parte del plan más ambicioso que se completa con el envío de excedente
de gas a países limítrofes como Chile, el sur de Brasil y
Uruguay y que finaliza con la construcción de una mega planta de
industrialización de GNL que permita abastecer la demanda interna y exportar el
excedente.
En julio del año
pasado, la petrolera realizó una prueba piloto con un embarque con rumbo a los
Estados Unidos para aceitar la estrategia global. El buque amarrado en el
puerto de la planta bahiense de Mega, recibe gas proveniente de Vaca Muerta, lo procesa y lo traslada
al exterior en una operación de mercado spot, por lo cual todavía no hay
destino ni precio para esa primera partida de GNL de YPF. La operación dura
aproximadamente 45 días y tiene en cuenta que la barcaza posee una capacidad de
exportar GNL por u$s200 millones anuales.
"Una máquina
de dólares"
En la empresa
destacan los beneficios de este proyecto, argumentando que las ventas de GNL al
exterior "son una máquina impresora de dólares", por las divisas que
ingresarían a país a partir de esas operaciones.
Pero la iniciativa
va más allá y plantea un programa a largo plazo con inversiones por cerca de
u$s10.000 millones para industrializar el gas natural que proviene de Vaca Muerta y convertirlo en
GNL para luego venderlo a los principales mercados internacionales.
Es decir, agregarle
valor al gas surgido de Vaca Muerta para vender al mundo los
excedentes en meses de bajo consumo local y así aprovechar el potencial
productor y exportador del país.
El
foco es industrializar el gas de esa región para aprovechar mercados extranjeros
que vienen aumentando sus necesidades de GNL en un sector que hoy demanda 300
millones de toneladas métricas por año y en el que compiten 18 países como
productores y 39 países importadores, entre los que se destacan China y Japón.
Por eso, entre los
ejecutivos de YPF están convencidos de que la iniciativa se mantendrá
durante el próximo gobierno ya que, aseguran, se trata de una estrategia de
negocios a muy largo plazo que debe exceder la coyuntura que plantean la
política y la economía del país.
Esto es, proveer
de gas a los hogares argentinos durante los picos
estacionales de demanda que se generan en el invierno sin la necesidad de tener
que importar gas del exterior, tal como se hizo durante muchos de los
años de gobierno kirchnerista.
De
manera aleatoria, YPF sigue desarrollando la venta de gas natural a los países del Mercosur y, en especial a
Chile, mostrando también un cambio en las políticas kirchneristas que optaron
por comprar a Bolivia en el marco de contratos que luego dispararon varias
causas de corrupción involucrando a altos referentes del gobierno de Cristina
Kirchner.
En
este caso, la idea es comercializar lo que no se usa en el mercado doméstico,
ni para los usos que se le da en la planta de Profértil, también ubicada en el
polo de Bahía Blanca y en la cual YPF participa.
Tampoco en el
sistema de red domiciliario ni en la operatoria de Mega, donde se lo separa, lo
procesa y lo convierte en propano, butano, etano, etileno y poliestileno que se
vende al exterior o se usa en varias industrias locales.
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