Cerca de finalizar
la segunda semana luego de que el Gobierno aumentara los controles en el
mercado de cambios, el dólar bajaba unos 50 centavos en las sucursales del
Banco Nación. En los últimos días había cotizado a $63,50 por dólar y este
jueves su valor para la compra era de $63. En tanto, según el promedio
elaborado por el Banco Central entre distintos bancos y casas de cambio, el
valor de la moneda estadounidense rondaba los $63,25 en el arranque de la
jornada, similar el día anterior.
El índice de Riesgo
País argentino subía hoy 21 puntos básicos y alcanzó niveles máximos en nueve
semanas. El indicador que estima el riesgo financiero de Argentina, realizado
por el banco JP Morgan, registraba 2.352 puntos básicos, niveles similares
a los anotados a inicios de septiembre y muy lejos de los 600 puntos
registrados hace un año.
Según analistas, el
incremento se debe a las persistentes dudas de los inversores sobre el
futuro económico tras la asunción del nuevo Gobierno en diciembre. “A pesar de
que aún no se detectan avances, la reestructuración de deuda al menos
se reconoce que estaría entre las prioridades post ‘10-D’, luego de la asunción
del nuevo Gobierno”, le dijo a Reuters Gustavo Ber, economista titular de la
consultora Estudio Ber.
En tanto, a hora de
la apertura de los mercados, la bolsa porteña registraba en alza impulsada por
“recompras selectivas" de posiciones tras la caída del día anterior,
mientras la plaza continúa a la espera de señales políticas y económicas del
nuevo presidente electo. El índice líder S&P Merval subía un 0,37%, a
35.630,73 unidades, luego de perder un 3,71% el miércoles, cuando hubo menos
negocios por el feriado bancario.
”Este jueves
llegarán algunos balances de empresas argentinas relevantes, donde conoceremos
los estados contables de YPF, TGS, Loma Negra y BBVA, entre
otros", recordó la correduría Portfolio Personal. La mejora bursátil era
encabezada por acciones financieras y energéticas de buena liquidez, según
dijeron a Reuters operadores.
Los mercados se pusieron más impacientes y esperan definiciones del
futuro presidente
Después
de una semana positiva inmediatamente después de las elecciones, las grandes
incógnitas sobre el futuro de la economía volvieron a impactar sobre los
activos argentinos. Ayer se vivió una jornada muy negativa aunque no hubo una
explicación puntual. Más bien se trato de varias razones simultáneas: la
falta de certeza sobre quiénes estarán en los puestos claves para el manejo de
la economía del próximo gobierno, el nulo avance vinculado con la renegociación
de la deuda y las señales algo confusas que dejó Alberto Fernández en
México podrían mencionarse como algunos de los motivos.
La
caída del dólar de la semana pasada pudo haber generado cierta confusión,
dejando una señal de optimismo tras el resultado electoral y la imposición de
controles cambiarios mucho más rígidos. Pero en realidad, el retroceso del dólar informal y del “Contado con Liquidación” obedeció
al millonario volumen que se había adquirido la semana anterior a los comicios,
cuando el Banco Central tuvo que vender una cifra récord de USD 2.700 millones
en una semana. Una porción menor de esos dólares tuvieron que ser luego
vendidos por los inversores para conseguir los pesos para efectuar
transacciones. Pero poco hubo allí de un cambio de expectativas reales.
Los
bonos, en cambio, nunca llegaron a mostrar un repunte claro. En realidad,
siguen pendientes de lo que pueda definirse en relación a una futura
reestructuración de la deuda. Los inversores siguen esperando quitas muy
superiores a las que transmite el próximo gobierno. En el entorno de Alberto Fernández sigue hablando de un canje “amigable”
y de volverse mucho más duros con el FMI en la futura renegociación.
pero hasta ahora no hubo nada concreto sobre la mesa, más allá del diálogo
telefónico del presidente electo con Donald Trump, el viernes a la noche.
La
expectativa incluso era que durante la transición se ganara tiempo avanzando
con las conversaciones con los acreedores. Pero hasta ahora no hubo
contactos y ni siquiera se sentaron a charlar del tema los equipos técnicos del
actual Gobierno y del entrante. Hay razones para apurar todo lo posible esas
negociaciones, ya que la Argentina enfrenta fuertes vencimientos. Sólo hasta
fin de año serán USD 1.500 millones de bonos en moneda dura, pero también
muchos vencimientos en pesos, en particular Lecap y el Bopomo (Bono de Política
Monetaria).
En la
medida que sigan pasando las semanas sin avances, será más difícil afrontar
los vencimientos de los primeros meses del año próximo. Una opción que circuló
es que el nuevo gobierno opte por avanzar rápido con un canje de deuda
local, que representa el 90% de los vencimientos de 2020, para después
concentrarse con más tiempo en los bonos internacionales.
Reperfilamiento
de la deuda pública
La
falta total de certezas sobre la deuda devolvió a los bonos a niveles mínimos,
desde que comenzó al crisis posterior a las PASO. A niveles cercanos a 2.300
puntos, el mercado espera una quita del orden del 50% sobre el valor nominal,
lo que significaría una renegociación muy agresiva.
Tampoco
se supo mucho más del gabinete económico y existen pocos indicios sobre quién
estará al frente del Banco Central. Por el momento, el nombre que más
suena para el Ministerio de Economía es el de Matías Kulfas, pero sin
confirmación. Las expectativas de nombres más “ortodoxos” para el manejo de una
economía en situación crítica se fueron evaporando con el paso de las
semanas. Y aunque puede haber un margen para sorpresas, hasta ahora
ninguno de los nombres que circulan entusiasman a los inversores.
Tampoco
se sabe cuáles son los planes en materia fiscal. ¿Habrá equilibrio primario de
las cuentas públicas e año que viene? No está claro si se avanzará en esa
dirección con rapidez, un dato fundamental para saber cuál podría ser la
propuesta de reestructuración de la deuda.
Las
acciones argentinas que cotizan en Nueva York -vía ADR- sufrieron ayer caídas
abruptas, que oscilaron entre el 3% y 5%. Aunque la rueda también estuvo
influída por ventas de papeles brasileños, los precios continúan cerca del piso
y no muestran reacción significativa. La economía seguirá cayendo en los
próximos meses y algunos sectores estarán más afectados, como los bancos y las
compañías energéticas, que hoy tienen el mayor peso en los índices.
Alberto
Fernández no gozará de la “luna de miel” que tienen la mayoría de los
presidentes ni bien asumen. Al contrario, a medida que se acortan los tiempos
para su llegada al poder mayor será la presión de los inversores que quieren
datos concretos sobre lo que se viene.
Su paso
por México dejó pocas certezas sobre lo que se viene y al mismo tiempo mostró
que al futuro gobierno no le será sencillo manejar la agenda internacional a
partir de un posicionamiento muy diferente al de Mauricio Macri.
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