Este miércoles vence el decreto que congeló por 90 días el precio de los
combustibles y del barril de crudo, y el Gobierno ya tiene la decisión tomada
de no prorrogarlo. De hecho, en la práctica incumplió esa norma con los dos
permisos de subas que otorgó en los últimos dos meses, de 4% y 5%, para
descomprimir la tensión generada con las petroleras y los gobiernos
provinciales que llegó, incluso, a la Justicia.
Los empresarios están a la espera de que venza la norma para definir
nuevos aumentos de precios, ya que todavía mantienen un retraso en torno al
15%, coinciden en el sector. Prefirieron no anticipar cifras, pero la
expectativa es que continúen con la recomposición hasta fin de año, de modo tal
de esperar la llegada del nuevo gobierno mejor parados. En diciembre, de
hecho, la secretaría de Energía dispondrá un nuevo aumento de impuestos (otro
6%) que se trasladará a los surtidores, pero podría haber antes otra suba de
las naftas entre 4% y 5%, dijeron fuentes de la industria.
“Vamos a esperar el descongelamiento y ahí analizar qué hacer. Pero la
idea es aprovechar la ventana hasta el cambio de gobierno para achicar un poco
más la brecha”, dijeron en una petrolera. Del último aumento del 5%,
dispuesto a partir del 31 de octubre, casi 1% correspondió a una suba de
impuestos (treparon 6%) y el otro 4% “se repartió entre los
biocombustibles y las petroleras. Sería lógico que aumenten algo más para
compensar a productores y refinadores y en diciembre vuelvan a ajustar el
impuesto”, señalaron desde la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos
y Afines (Cecha).
Tras las Primarias del 11 de agosto y como consecuencia de la
profundización de la crisis económica, el Gobierno decretó el congelamiento
de los combustibles por tres meses teniendo como referencia los valores al 9 de
agosto, con un tipo de cambio en torno a los $45. Sin embargo, se le terminó
concediendo aumentos de entre 4% y 5% para apaciguar el clima de descontento
con las petroleras.
Luego de 90 días, mañana vence el decreto y será YPF la que tendrá que
mover primero sus fichas, como lo viene haciendo en el último año. Si la
petrolera estatal avanza con un nuevo incremento antes de diciembre, el resto (Axion y Raízen)
seguirá sus pasos. Si bien hubo varios aumentos en este 2019, estuvieron muy
por debajo de la inflación y más aún de la devaluación. Mientras
que en enero el litro de la nafta súper costaba, en Capital Federal, $
38,60, hoy se ubica en $ 47,79, es decir que aumentó 24%, cuando el
dólar subió más de 60% y la inflación se proyecta en 55% para
todo el año.
El gran interrogante es qué hará el nuevo gobierno con el precio de los
combustibles y del barril de petróleo, ya que trascendió de varios
interlocutores la intención de potenciar el desarrollo de Vaca Muerta, pero
para que esto suceda las empresas necesitan que se les garantice “un precio
razonable”, dicen a coro en el sector.
El congelamiento del precio de los combustibles y el barril por 90 días
fue dispuesto mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, luego de no acordar
con las principales empresas del sector. Si bien en un principio, el Gobierno
anunció que utilizaría como base la Ley de Abastecimiento de1974, se
sancionó mediante un DNU que generó una fuerte resistencia por parte del sector
petrolero y de los gobiernos provinciales, que se presentaron ante la Justicia
con diversos amparos. La primera firma que actuó fue Vista Oil & Gas,
cuyo CEO es Gastón Remy, pero luego le siguieron las otras, que presentaron, a
través de la Cámara Argentina de la Energía (CADE), una demanda en reclamo de
la inconstitucionalidad de la norma.
Además, todas las compañías pusieron en stand-by sus
inversiones en la cuenca de petroleo y gas no convencional neuquina y están a
la espera de ver cuáles son las definiciones que adopta el gobierno de Alberto
Fernández en materia energética.
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