Por Juan Gasalla -
El Riesgo País de la Argentina volvió a escalar un 4% este
martes, ante la falta de definiciones concretas sobre el cumplimiento de los
futuros pagos de los títulos públicos. El indicador de JP Morgan trepó más
de 100 unidades al mediodía, para superar los 2.500 puntos básicos, como
ocurrió a comienzos de septiembre, en máximos desde junio de 2005.
Por la
mañana tocó los 2.518 enteros y pasadas las 16 horas, se situó en
los 2.507 puntos que no alcanzaba desde el pasado 3 de septiembre.
En
menos de un mes asumirá un nuevo Gobierno encabezado por Alberto
Fernández, consagrado como próximo Presidente en las elecciones del 27 de
octubre, pero el dirigente del Frente de Todos aún no comunicó quiénes
integrarán su gabinete económico ni brindó pistas sobre la estrategia que
implementará para negociar con los acreedores de la deuda soberana.
La suba
del Riesgo País se traduce en un incremento de la tasa de
retorno implícita para los bonos públicos que se transan en el mercado
secundario. En este caso, los títulos de referencia pagan -en dólares- una tasa
de 25 puntos porcentuales por encima de lo que ofrece el bono del
Tesoro de los EEUU a diez años, hoy en el 1,92% anual.
Una
rentabilidad tan elevada exhibe a las claras la percepción de riesgo de
default que pesa sobre la deuda pública argentina.
En
cuanto a los precios de los bonos argentinos, la tendencia sigue bajista, pues
evolucionan en sentido inverso a la tasa. Por cada 100 dólares
invertidos en el momento de la emisión -mercado primario- hoy se
recuperan uno 40 dólares al venderlos en el mercado secundario.
″Las paridades
de la deuda local se mantienen así en un promedio del 40%, mientras que los de
legislación extranjera superan levemente esto niveles hacia el 41,5%",
puntualizaron los expertos de Portfolio Personal Inversiones.
“Lo que
comienza a generar cada vez mayor incertidumbre en el marco de que algunos
sostienen que no existen definiciones porque no hay plan de fondo, o
porque no tiene equipo. No creemos que estas dos posiciones sean reales,
aunque eso no implica que lo que realmente haya detrás sea algo con el que
mercado se sienta cómodo”, precisó Nicolás Chiesa, director de Portfolio
Personal.
Alberto
Fernández asumirá el 10 de diciembre y se aguarda que defina a su
gabinete, más los detalles de los lineamientos generales de su política.
“Paridades
debajo de 40 centavos de los bonos hablan por sí solas de las dudas que
tiene el mercado sobre la capacidad de afrontar los vencimientos que
vienen. Desde hoy hasta fines de 2020, el Tesoro debe pagar cerca de USD 20.000
millones a acreedores privados, Club de París y FMI”, subrayó Nery
Persichini, gerente de Inversiones de GMA Capital.
Jorge
Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, consideró que
“hay impaciencia en el mercado por la falta de información del
Gobierno que viene”, mientras que “solo se sabe que se están extendiendo
puentes para renegociar la deuda”. Agregó que “antes que eso,
el FMI quiere conocer el plan económico financiero y el mercado, algo
más: también el equipo. La incertidumbre de no conocer absolutamente
nada a dos semanas de haber ganado las elecciones comienza hacer
estragos”.
“Existe
una creciente expectativa sobre el inicio de la reestructuración de
la deuda, ya que los inversores estiman que debería estar entre las
prioridades a fin de evitar caer en default, en vista a los importantes y
próximos vencimientos a enfrentar, dado que un incumplimiento complicaría dicho
proceso y demoraría el acceso al financiamiento a futuro”,
resumió Gustavo Ber, economista del Estudio Ber.
En
tanto, el panel líder S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados
Argentinos) restó más de 1% a una hora del cierre de los negocios,
apenas sobre los 33.000 puntos. Medido en dólares, orillaba los 430 puntos,
según el “contado con liqui”, paridad que deriva de la
compraventa de activos financieros, el nivel más bajo desde julio de 2009.
Este
movimiento también se advertía en las cotizaciones en dólares de los
ADR de compañías argentinas que se negocian en las bolsas de Nueva York,
donde los bancos registraban pérdidas del orden de un 4 por ciento.
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