Por Luis Beldi - “Lo
que ayer nos preocupaba, hoy parece un alivio. De eso se trata la volatilidad”,
explicaba el martes por la tarde un operador. “Festejamos que el riesgo país
haya bajado a poco menos de dos mil cuatrocientos puntos básicos, cuando antes
de agosto nos tomábamos la cabeza si sobrepasaba los ochocientos puntos”,
agregó.
Y la visión es lógica, porque los que operan saben
que lo hacen en un país cercano al default y a la hiperinflación. Los
que asumen riesgos son los cazadores de oportunidades y los fondos que compran
los denominados bonos “basura”. Saben que en algún momento les vas a generar
ganancias extraordinarias.
Cuando los bonos tienen paridades ínfimas donde no
hay diferencia entre los precios de default y los del mercado, aparecen
compradores que, pocos días después los venden más altos o, directamente se
quedan con ellos para que cuando se renegocie la deuda mejoren su valor en
dólares y revenderlos.
El Discount en dólares con ley de Nueva York, que
es el que más incide en el riesgo país, subió 0,80% y fue fundamental para que
el riesgo país baje 4,1% a 2.362 puntos básicos. Los bonos más cortos, que no
entran en la canasta del Embi , el indicador que mide el riesgo país, soportaron
bajas generalizadas.
El dólar oficial por supuesto que contribuyó a esta
imagen de mejor mercado. Al estar restringido el acceso de los compradores, en
bancos y casas de cambio perdió 2 centavos y cerró a 62,90 pesos. En la plaza
mayorista, donde el Banco Central y las entidades oficiales compraron poco más
de USD 100 millones, la divisa subió 1 centavo a 59,70 pesos.
Pero la verdad sobre el humor del mercado, ni
siquiera pasa por el dólar libre que ayer perdió un peso y cerró a 65,50 pesos.
Los verdaderos indicadores del humor de la economía son los dólares
alternativos, que son legales porque es una operación donde se triangulan
pesos, bonos en dólares y dólares billetes. El contado con liquidación,
que se utiliza para girar divisas al exterior, aumentó 1,6% a $76,64 y el dólar
Bolsa o MEP subió 1,15% a 72,38 pesos. Este dólar se utiliza para
viajar porque cuando hay que pagar los gastos de la tarjeta de crédito, el
banco calcula el dólar al precio oficial y el cliente los paga vendiendo dólar
MEP con lo que gana más de $11 por dólar. De esta manera, su viaje se abarata
20 por ciento.
Las reservas se beneficiaron con la compra de
dólares y aumentaron 26 millones a USD 43.531 millones. Pero para el miércoles
dejó una plaza equilibrada porque en la licitación de Letras de Liquidez
(Leliq) captó $139.057 millones a 63%, que equivale a lo que venció en el día.
Lo que llamó la atención, observando las cifras del
miércoles pasado proporcionadas por el Banco Central, es que creció la salida
de depósitos en dólares de los bancos. Ese día se fueron USD 123 millones y no
extrañaría que una parte hayan comprado bonos en dólares para tenerlos cinco
días en su poder y después venderlos en pesos para ganar 20% por la diferencia
de precio.
Esta oferta de dólares, es la que mantiene al dólar
libre, tan cerca del que venden los bancos y casas de cambio.
La Bolsa, tuvo un comienzo vacilante. A las 11.50,
el S&P Merval, el indicador de las líderes estaba 3,50% abajo. Enseguida
aparecieron los compradores de oportunidad que se orientaron hacia los papeles
que más bajaron y comenzó una escalada que lo dejó en los precios máximos del
día. El cierre del S&P Merval fue positivo con un alza de 1,26% con
negocios por $656 millones, un volumen que sigue siendo moderado y muestra que
la bolsa es un coto de caza del que muchos entran y salen con rapidez.
De hecho, Edenor un papel que sufrió una fuerte
baja el viernes, recuperó 7,76%. La cementera Holcim, otro papel maltratado,
subió 5,24% y Banco Supervielle, 5 por ciento.
Los ADR’s argentinos –certificados de tenencia de
acciones que cotizan en Wall Street– que habían sufrido el día anterior, cuando
en la Argentina era feriado, notables caídas, lograron recuperar una parte del
terreno perdido.
Lo mejor fue Banco Superviellle ( 8,03%), seguido
por IRSA ( 7,82%) y Transportadora Gas del Sur ( 6,52%).
La volatilidad del mercado no deja margen como para
tomar esta rueda como un cambio de humor de los inversores. Giran alrededor de
las especulaciones de como se negociará la deuda y cuál será el plan económico.
Si hubiera algún margen de seguridad, los movimientos se volverían más
previsibles y no sería tan exagerado el atesoramiento de dólares.
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