Por Pablo Wende - Martín
Guzmán es un economista platense pero vive hace 11 años en Estados Unidos,
donde trabaja junto al Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Es un
profesional de consulta permanente de algunos integrantes del futuro equipo
económico, como Matías Kulfas. También ha mantenido reuniones con
políticos como Sergio Massa, futuro presidente de la Cámara de Diputados,
y Juan Manzur, gobernador de Tucumán. Ayer habló en una conferencia
que organizó la ONU sobre las posibles salidas para el problema de la deuda
argentina.
La presentación de
Guzmán en Ginebra se tituló: “Crisis de deuda soberana: ¿será esta vez
diferente?" y analiza en detalle cómo llegó la Argentina a la
situación actual en materia de deuda pública y las mejores opciones para
resolver la crisis.
Los cuatro puntos
principales que plantea Guzmán en ese paper son los
siguientes:
- No realizar
pago alguno de la deuda, ni capital ni intereses, por dos años. Esto
significa que los futuros bonos que reciban los inversores que ingresen al
canje no tendrían incorporados pagos en 2020 ni 2021, para comenzar con
desembolsos recién en 2022.
- No se
pedirán nuevos desembolsos del FMI para el pago de deuda a inversores privados. Esta
postura es coincidente con la que ya viene expresando el presidente electo,
Alberto Fernández, quien aseguró que no pide nuevos préstamos del organismo.
- Debe
evitarse a toda costa un nuevo default y negociar de buena fe con los
acreedores. El plazo máximo en el que debería concluír la reestructuración
es marzo de 2020.
- La propuesta
final deberá estar alineada con la necesidad de recuperar la sustentabilidad de
la deuda, es decir que el Gobierno pueda enfrentar los futuros pagos. Y
ésta sería una condición necesaria para recuperar el crecimiento.
Stiglitz mantuvo en
el pasado varios encuentros con la vicepresidente electa, Cristina Kirchner,
cuando ésta ocupaba la presidencia. El Premio Nobel siempre defendió los
enfoques heterodoxos de política económica que se plantearon durante el
kirchnerismo y ha sido un histórico crítico de los planes de ajuste que propone
el Fondo. Su discípulo, Martín Guzmán, apunta en la misma dirección.
La idea de
postergar pagos de deuda al menos por dos años ya había sido esbozada por el
economista en un reportaje que había concedido a fin de octubre a Página 12.
Pero ahora presentó una propuesta más global para la deuda ante un foro
internacional. El planteo principal es que el país precisa un alivio en los
pagos de la deuda como condición para retomar el crecimiento económico. Sólo
los intereses del año próximo ascienden a casi 3,5% del PBI.
Según la visión de
Guzmán, la Argentina “volverá a testear la arquitectura internacional para
la resolución de las crisis de deuda”. Además, en todo momento resalta la
necesidad de evitar un default de la deuda, es decir dejar de pagar en forma
unilateral. También esta postura va en línea con lo que viene expresando el
propio Alberto Fernández, que siempre consideró como algo muy negativo la posibilidad
de entrar en cesación de pagos.
No habla en ningún
momento de quitas de capital ni sugiere la necesidad de hacerlo. Sin
embargo, bancos de inversión y analistas consideran que será inevitable
también avanzar en esa dirección, aunque no sería algo sustancial como sucedió
en la renegociación de 2005.
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