Por Alfredo Sainz - A menos de 24 horas de
la media sanción en la Cámara de Diputados del proyecto de ley de góndolas, en
las empresas ya empezaron a advertir sobre el impacto que podría tener la
medida en los precios y en el empleo.
En los
supermercados y en las compañías proveedoras sostienen que, lejos de impulsar
una baja en los precios, la nueva norma podría tener el efecto inverso, ya que
implicaría mayores costos operativos que, más temprano que tarde, se
terminarían trasladando a los precios al público. En el sector además alertan
que correrían peligro entre 5000 y 7000 puestos de trabajo por el impacto de
los mayores costos en la rentabilidad empresaria.
"No
descartamos ir a la Justicia, porque si el proyecto de ley sale como está solo
alcanzaría a las grandes cadenas de supermercados, que juntas representamos
solo el 30% de las ventas de alimentos y bebidas, y dejaría afuera al otro 70%,
en un claro ejemplo de discriminación", señaló un director de una cadena
de supermercados que quedaría alcanzada por la ley.
En las cadenas
explican que, de aprobarse en el Senado el texto sancionado en Diputados, los
precios podrían tener un incremento de entre 10 y 20% porque aumentarían los
costos de reposición que implicaría mantener bien alimentadas las góndolas con
productos que tienen una mayor demanda, pero que por ley no podrían ocupar más
del 30% del espacio en las góndolas.
Los supermercados
sostienen que, más allá de sus intenciones, tal como está redactado el proyecto
es impracticable. "En nuestro caso estamos impulsando la incorporación de
pymes a nuestra lista de proveedores, pero no se puede hacer de un día para el
otro. Algo así nos pasó con la crisis de SanCor de hace un par de años. En ese
momento nos contactamos con el gobierno cordobés para que nos presentara a
potenciales proveedores lácteos que cubrieran el lugar que había dejado libre
SanCor. Nos dieron una lista de 38 pymes, pero solo pudimos incorporar a dos
firmas porque el resto no cumplían con los estándares de calidad que tenemos en
la cadena", explicaron en Walmart Argentina.
En la industria, el
diagnóstico es compartido. "El texto sancionado ayer [por anteayer] es
impracticable porque por más buena voluntad que haya no alcanza para solucionar
los problemas que tienen las pymes cuando quieren acceder a un supermercado,
como los costos de reposición y los problemas de distribución. Y también es
impracticable porque es muy difícil de implementar: tendría que haber un
escribano en cada góndola", señaló Martín Cabrales, socio de la empresa de
café Cabrales.
La cruzada contra
la ley no es impulsada únicamente por las empresas, sino que también empezaron
a tallar algunas embajadas extranjeras. En las últimas horas trascendió una
carta de Amcham (la cámara que comercio que reúne a las empresas
norteamericanas que operan en el país) en la que advertía que de aprobarse la
nueva norma correrían peligro algunos acuerdos internacionales.
"La eventual
sanción generará en el ambiente de negocios de la Argentina una situación de
intromisión que atenta lisa y llanamente contra la libre oferta y provisión de
bienes, so pretexto de facilitar y garantizar las condiciones de libre
competencia entre los establecimientos de consumo masivo y sus
proveedores", sostuvo la Amcham en una carta firmada por su CEO, Alejandro
Díaz, y que estuvo dirigida a la diputada Marcela Passo.
La entidad además
advirtió que el proyecto "atenta no solo contra garantías básicas, como el
ejercicio de la industria lícita, el comercio, el uso y disposición de la
propiedad -todas ellas consagradas en nuestra Carta Magna-, sino que también
abre la puerta a controversias internacionales por ir contra aquello a lo que
la República Argentina se ha obligado en tratados internacionales de jerarquía
constitucional, que ordenan la relación de nuestro Estado con la Organización
Mundial del Comercio y el Mercosur, resguardo del principio de 'igualdad de
trato' para mercancías importadas respecto de las producidas en el país".
Más allá de estas
amenazas, en el sector no descartan que detrás de este proyecto haya una
intención de parte de las autoridades que asumirán en diciembre de golpear
primero para sentarse a negociar después. "No hay que descartar que el
nuevo gobierno utilice la amenaza de avanzar con este proyecto de ley para negociar
desde una mejor posición el acuerdo de precios que se viene", explicó un
empresario que continúa a la espera del llamado de las nuevas autoridades.
|