Por Martín
Kanenguiser - El deseo del presidente electo Alberto Fernández de no
pedirle más dinero al Fondo Monetario Internacional (FMI) choca con la
limitación de no contar con suficientes recursos para pagar la deuda del 2020.
Dos economistas
consultados por INFOBAE aclararon que los dichos de Fernández en
realidad invierten la situación actual del acuerdo con el Fondo que, en la
práctica, está caído por los incumplimientos del país.
Por lo tanto,
aunque el nuevo gobierno quisiera pedir los USD 11 millones que restan del
acuerdo firmado con el Fondo, debería o cumplir con las condiciones previas o
negociar un nuevo acuerdo, que demandará otras exigencias.
Guido Lorenzo de
LCG dijo que “el acuerdo, en la práctica está totalmente caído: nadie
espera un déficit cero como estaba contemplado y las metas de base monetaria
fueron cambiando continuamente sin hacer caso a la decisión original de
mantener un nivel fijo de base monetaria”.
Además, aclaró, “el
tipo de cambio está fuera de cualquier escenario previsto por el FMI con el
Banco Central interviniendo en lo que se suponía que era una zona de no
intervención”.
En cuanto a la
posibilidad de enfrentar los vencimientos que tiene el gobierno en 2020 sin los
recursos del Fondo, Lorenzo expresó que “con los mercados de deuda cerrados,
sólo se pueden usar las reservas del Banco Central para atender pagos de deuda
y, si bien éstas no son bajas, no alcanzan más que para cubrir 3 o 4 meses
de vencimientos”.
“Algo deberá
renegociarse en ese escaso plazo para ver si la Argentina recupera el acceso a
los mercados”, sentenció.
Por su parte,
Gabriel Gómez Camaño, economista de Ledesma, sostuvo que “con los USD 15.000
millones en reservas que le quedarán al Banco Central el 10 de diciembre, el
Gobierno va a poder pagar parte de los vencimientos en dólares y, con emisión
monetaria, podrá afrontar los vencimientos en pesos”.
“Pero todo el
esquema de pagos depende de la renegociación de la deuda y la mayor urgencia
está en los fuertes vencimientos en pesos del primer semestre, que van a ser
reperfiladas”, aclaró.
Una ilusión repetida
Los dichos de hoy
de Fernández tienen puntos de común con el planteo inicial que hizo el
kirchnerismo, cuando aseguró en 2003 que “no le pediría plata al Fondo”, sino
que se limitaría a pagar la deuda previa, por los excesos cometidos en los 90.
En realidad, tanto
en aquel entonces como ahora, la decisión de no prestar más recursos partía de
la voluntad de Washington. En 2003, tanto el FMI como los países del G7
aceptaron, luego de más de un año de duras negociaciones, refinanciar la deuda
previa, pero sin nuevos desembolsos.
Ahora, la nueva
directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, expresó que está
dispuesta a sentarse a negociar con el nuevo gobierno para reactivar el
acuerdo, aunque aclaró que el país debe mantener el camino de la disciplina
fiscal.
Esto significa que
cuando el nuevo gobierno le presente su esquema para salir del cuadro de
déficit fiscal se hablará de reactivar los desembolsos pendientes o, como
pretende Fernández, de postergar los pagos del país en un acuerdo más largo.
Pero esa será otra historia y, claro está, necesitará del acuerdo de las dos
partes para llegar a un final feliz.
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