Por Claudio
Zlotnik - Es una especie de "pesificación forzada", que nadie eligió.
Pero es real. Se trata de las consecuencias por la implementación del "cepo", en especial al impuesto el último 28 de octubre,
tras las elecciones presidenciales que consagraron a Alberto Fernández.
La prohibición para comprar dólares -existe un tope simbólico de u$s200
y de apenas u$s100 en efectivo- empezó a dar lugar a una dinámica hasta ahora
inexistente. La gente empieza a
preguntarse qué hacer con los pesos sobrantes, y que hasta antes del
"súper cepo" se destinaban a la dolarización de esos ahorros.
Ahora, sin esa chance, hay distintas posibilidades: o insistir en la
adquisición de billetes verdes a través del mercado paralelo; o mover esos
pesos hacia otros destinos.
El que está más a mano de los ahorristas es el depósito bancario en
plazo fijo, cuya renta viene en declive ante la rebaja de la tasa de interés de
referencia.
Es así que, ante la nueva realidad, se están dando otras situaciones,
impensadas hasta hace algunas semanas.
El sector inmobiliario se ubica entre los que
pueden beneficiarse con la "pesificación forzosa". Fue parte de lo
que ocurrió cuando Cristina Kirchner impuso el "cepo versión 2011". En aquel momento, hubo
inversiones que se destinaron a los proyectos desde el "pozo", ya que
son los que pueden financiarse en pesos, en cuotas mensuales, y, una vez
finalizados, se valorizan en dólares.
Por el contrario, tal como sucedía en aquella época, la situación luce
dramática para las inmobiliarias y emprendedores que necesitan vender
propiedades ya construidas. Sin crédito bancario y con la imposibilidad de
comprar dólares, la cantidad de operaciones ha retrocedido al peor momento en
varios años.
El panorama es diametralmente opuesto para los compradores que tienen
dólares en el bolsillo, porque ven aumentar su poder de negociación, al punto
que las pocas operaciones que hoy se concretan llegan a tener descuentos sobre
el precio publicado que superan largamente al 30 por ciento.
Y, en la construcción, se da una combinación de factores
favorable. Daniel Zampone, consultor inmobiliario, dice al respecto:
"Para quien ya sea dueño de un lote, este es un buen momento para
construir. Con los pesos va a levantar una propiedad que será cotizada en
dólares".
El especialista, además, toma en cuenta que el
precio para construir viene retrocediendo en términos de moneda dura.
"Hasta el año pasado, cada metro cuadrado costaba 1.000 dólares. Ahora,
ese costo cayó a unos u$s700 en promedio", afirma en diálogo con iProfesional.
Para tener en cuenta, en una construcción, la mayoría de los insumos
están pesificados. No siguen el precio del dólar (o no deberían). En cambio, los dolarizados son los
menos, aunque -de por sí- costosos. Por ejemplo: los ascensores o las aberturas
(ventanas y puertas).
Del otro lado, entre los insumos pesificados se incluyen la arena, cal,
cemento y la mano de obra, entre otros. Según
el INDEC, los materiales de la construcción aumentaron 48,8% en los últimos 12
meses, un par de puntos menos que el IPC (inflación minorista). La
cotización del dólar, en tanto, escaló 65 por ciento (de $38 a $63).
Sembrar pesos, cosechar
dólares
Por lo pronto, en el campo también ya se aprecian algunos efectos del
"súper cepo". En especial de parte de productores que antes se
pasaban al dólar y ahora ya no pueden (al menos a través del mercado
"oficial").
Algunos productores aprovechan la situación anticipando compras de
insumos para la próxima campaña. Es una manera de
"dolarizarse". Esta dinámica
apareció con fuerza en las últimas semanas, cuando comenzó a trascender que el
próximo Gobierno aumentará las retenciones a las exportaciones agropecuarias.
Una gran cantidad de chacareros aceleraron las liquidaciones de su
producción y, con lo percibido, invierten para las próximas campañas.
Otros, directamente, hacen un "plan canje" de soja por
insumos. "Son los que, ante la falta
de liquidez imperante, prefieren mantenerse líquidos. Canjean lo necesario y se
guardan la producción por si en algún momento necesitan dinero", cuenta el
consultor especializado Salvador Distéfano.
"El temor a que haya una sorpresa climática, por ejemplo, hace que
esos productores prefieran ser muy cautos, prudentes, se quedan con los granos
aunque les convenga vender rápido e invertir en otra cosa", agrega.
Algunos comerciantes también aprecian una incipiente mejora a partir de
la instalación del cepo. Después de un año y medio de caídas constantes, algunas
cadenas de electrodomésticos empezaron a percibir signos positivos.
La clave no debe buscarse en una recuperación del poder adquisitivo de
los clientes. Más bien tiene que ver con
las promos para comprar en 12 y 18 cuotas "sin interés" todo tipo de
artículos para el hogar. Es un fenómeno que recuerda a lo que
durante el cepo de Cristina Kirchner se denominaba "la fuga al
consumo".
La publicidad de una de las principales tiendas de electros no podría
graficarlo mejor: "¡Congela el Precio en Cuotas Sin Interés!",
invitaba a los potenciales clientes a través de correos electrónicos.
En algunos productos, incluso, además de las cuotas fijas se ofrecían
descuentos sobre los precios de lista de entre 8% y 30%.
En las cadenas comerciales todavía no quieren ponerle números a la
recuperación porque "es muy incipiente", pero está claro que la
jugada es terminar el último mes y medio de 2019 recuperando aunque sea algo de
lo perdido durante el año.
Según la consultora Tendencias Económicas, por caso, las ventas de
heladeras y freezers se desplomaron 27,5% en los primeros diez meses del 2019.
Lo que el CyberMonday no pudo, tal vez lo logre
la pesificación forzada. Al menos ésa es la apuesta de los golpeados
comerciantes.
"La recuperación del consumo es una
posibilidad. Hay además consumo postergado (línea blanca y tecnología, por
ejemplo) donde muchos segmentos que dolarizaron sus excedentes pueden volver a
consumir", señala el economista Fabio Rodríguez, socio director de la
consultora M&R.
Que este escenario positivo se mantenga hacia adelante requiere de otras
condiciones. "Se necesita afianzar la estabilización y contener las
expectativas de devaluación una vez que se conozcan las nuevas medidas. También
habría que esperar si ocurre cierta recomposición de los salarios en el marco
del próximo ‘pacto social’", refrendó Rodríguez.
¿Ahorrar en pesos?
Por lo pronto, el "súper cepo" posibilitó que los plazos fijos en pesos volvieran
a crecer por primera vez desde que se agravó la crisis después de las PASO.
En los 16 días hábiles entre el 28 de octubre y
el martes 19 (último dato disponible), los plazos fijos en pesos crecieron en
$57.409. Un 5,3 por ciento. El stock quedó ahora en $1,41 billón, el nivel
más alto desde el 1° de octubre.
Sin la chance de comprar billetes verdes, una buena parte también se
queda en el sistema financiero. No hay que olvidar que el Banco Central -en ese
mismo plazo- adquirió en el mercado u$s1.800 millones, en su gran mayoría a las
cerealeras que ahora no pueden dolarizarse.
Por fuera de lo que son los plazos fijos en pesos, las otras inversiones
financieras son percibidas como muy riesgosas.
Entre esas opciones, el asesor financiero Christian Buteler identifica a
las acciones americanas en las cuales podría invertirse a través de la Bolsa de
Buenos Aires. También, en ese menú de alto riesgo, incluye a los papeles
empresarios locales.
"Por lo menos, habrá que esperar hasta que se conozcan los detalles
de la futura reestructuración", advierte, en diálogo
con iProfesional cuando se le plantea la posibilidad de comprar bonos
de la deuda.
En la Argentina de la crisis, y tal como sucedió en las anteriores
experiencias, aparecen alternativas de inversión o de consumo que hasta ahora
estaban reservadas exclusivamente al dólar.
"Pero por más que aparezca un veranito,
este escenario no puede sostenerse a mediano o largo plazo", advierte el
economista Pablo Goldin, director de MacroView.
"Se precisa de un plan para darle soluciones de fondo a la
economía. Así como estamos, vamos a bordo de un Ford Falcon. Nos puede trasladar
hacia algún lado pero no nos lleva demasiado lejos. Para salir a la ruta
necesitamos otra cosa. Un auto en condiciones", grafica.
|