Por Salvador Di
Stéfano - Hay condiciones económicas para revertir la caída del 3%
del PBI en 2019. El
déficit fiscal primario es muy bajo, tenemos superávit de balanza comercial y
el tipo de cambio es alto. Si el gobierno toma atajos atrasando el tipo de
cambio estamos en problemas. Hay que resolver el problema de las tres “I”:
inflación, iliquidez, e inversión.
El gobierno electo
ha comenzado a dar definiciones, y las actuaciones de la administración
saliente dan señales de lo que vendrá. A continuación efectuamos
un raconto de las últimas novedades y cómo pueden impactar en el mercado:
1) El presidente
electo no solicitará al FMI el saldo pendiente del crédito otorgado a
Mauricio Macri por u$s57.000 millones, pedirá a cambio facilidades para pagar
la deuda. Esto va de la mano con una negociación rápida con los
bonistas privados que debería finalizar para el 30 de marzo, hasta dicha
fecha se pagarían los intereses y amortizaciones de los bonos.
2) El Banco Central
sigue ganado reservas con el duro cepo que ha instaurado. Al 22 de
noviembre las reservas suman u$s43.589 millones, una cifra muy similar a las
que existían luego de las elecciones presidenciales, sin embargo, al 10 de
agosto de 2019 antes de las elecciones PASO las reservas eran de u$s66.309
millones.
3) En los últimos
12 meses la caída de los depósitos en pesos y en dólares equivale a la friolera
de u$s31.804 millones. El sistema financiero con menos depósitos tiene
escaso margen para dar una mayor cantidad de financiamiento, aunque existe una
gran cantidad de dinero invertido en Leliq.
4) El Gobierno
pretende una tasa de interés negativa contra la inflación, y la conducción
del Banco Central ayuda en ese camino. Para el 11 de diciembre la banca oficial
saldría al mercado con ofertas de créditos a tasas muy bajas y generosos plazos
para que las pymes puedan recomponer capital de trabajo.
5) Dentro del
pasivo del Banco Central, vemos una reducción del stock de Leliq, sin embargo,
suben los encajes no remunerados, lo que generan un costo adicional a la banca.
Los encajes suman $724.000 millones, el stock de leliq $760.000 millones y los
pases a corto plazo $234.682 millones. Si la demanda de crédito creciera, el
stock de Leliq y pases se podría volcar al mercado otorgando más
financiamiento. Este crecimiento de los agregados monetarios también podría
afectar a los precios, de igual forma que una mayor emisión monetaria.
6) En los últimos
12 meses las exportaciones sumaron u$s64.535 millones y las importaciones
u$s50.862 millones, el saldo de la balanza fue positivo en u$s13.673
millones. Este saldo es comprado por el Banco Central que pasa a engrosar
sus reservas vía emisión monetaria. Si luego utiliza los dólares para pagar
deuda pública, y deja los pesos en el mercado, el respaldo de los pesos
circulantes cae, y esto puede generar mayor inflación o suba del dólar
informal.
7) La relación
reservas versus pasivos monetarios totales nos da un tipo de cambio de
$60,90, contra una cotización del dólar mayorista en $ 59,94, o sea casi
están en línea.
8) El dólar de
largo plazo se ubica en torno de $55,00, comparando nuestra moneda con el
índice de tipo de cambio real multilateral, mientras que el dólar mayorista se
ubica por encima de dicha marca en $ 59,94. En diciembre de 2013 el dólar
mayorista estaba en $6,52 y el dólar de largo plazo en $7,95. Esto implica que
durante el cepo que impuso Cristina Fernández el precio del billete estaba por
debajo del precio de la cotización de largo plazo. Alberto Fernández tiene
un tipo de cambio más apreciado, lo que le permite largar con ventaja.
9) El resultado
fiscal del primer año del gobierno de Mauricio Macri dio como resultado un
déficit primario (ingresos menos egresos netos de intereses) de u$s21.701
millones. El déficit primario medido en dólares de los últimos 12 meses, tomando
los resultados de octubre de 2019, nos da u$s2.352 millones, una reducción del
89,2%. Es un buen punto de partida para el gobierno entrante, aunque
debería lograr pasar a superávit, mucho no le falta.
10) El gobierno de
Mauricio Macri pagó el costo de subir las tarifas, en diciembre de 2015 los
usuarios pagaban el 3% del costo de la electricidad y 13% del costo del
gas. En la actualidad, los usuarios pagan el 58% del costo de la
electricidad y el 66% del costo del gas. Queda un camino por recorrer, pero lo
más pesado ya se realizó.
Conclusiones
Alberto Fernández
hereda un gobierno con un buen marco macroeconómico, ya que el ajuste de
tarifas, fiscal y la balanza comercial le dejan un margen de acción para
mejorar en el corto plazo.
La actividad económica
tocó su techo en el año 2017, alcanzó un piso en el año 2018 y durante 2019
logró estabilizarse por encima del piso del 2018, pero será difícil alcanzar
los niveles 2017. Como ejemplo, la venta de supermercados cayó un 13% en
precios constantes desde el máximo de 2017 y la utilización de capacidad
instalada de la industria se ubica en el 57,7% cayendo un 13% desde los máximos
de 2017.
La caída de ventas
y la suba de gastos de estructura dejaron a las empresas pymes con
una gran pérdida de rentabilidad. En el mercado no hay inversión
porque no se gana dinero, y la inexistencia de crédito hace que el mercado
tenga iliquidez. Todo esto se conjuga para tener un presente poco feliz.
El próximo Gobierno
debe combatir las tres “I”, debe sentar las bases para que retorne la inversión
en Argentina. No juega a favor que se incremente el impuesto a las
retenciones, la suba la tasa de bienes personal y que sigan permitiendo que los
balances no se ajusten por inflación. Hay que trabajar para que desaparezca la iliquidez,
para ello se evalúa que el 11 de diciembre se ofrezcan líneas de crédito a
tasas subsidiadas para las empresas. La tercera “I” es la de la inflación, para
ello hay que trabajar en varios frentes, no hay que emitir en forma
descontrolada, hay que incentivar inversiones para que exista más oferta, y
reducir impuestos distorsivos.
No parece, a
priori, que el gobierno de Alberto Fernández trabaje para tener un dólar
recontra alto, todo hará indicar que, con las medidas que se podrían tomar,
están con la idea de planchar el tipo de cambio, algo que favorece a la economía del sector
urbano y perjudica a la economía exportadora, rural y productiva.
El gobierno electo
tiene la gran oportunidad para revertir el escenario económico actual, si
busca atajos con suba de impuestos, planchar el tipo de cambio y emisión sin
respaldo, la recuperación económica tendrá patas cortas. Si piensa en el
largo plazo, reduce el gasto público, baja impuestos y sube el tipo de cambio,
estamos para salir del estancamiento económico que traemos desde 2011.
(*) Analista
financiero
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