Por Mariano
Cuparo Ortiz - La gestión del actual Gobierno finalizará con una caída
del 10% en la inversión productiva, el indicador fetiche de los cuadros técnicos que
lideraban el equipo inicial de Cambiemos. Las señales pro mercado no surtieron
efecto en la búsqueda de una lluvia de inversiones que inundara de dólares
sostenibles a la economía. Y es que, como contrapartida, la pérdida del
salario y la precarización laboral generaron caídas en el consumo y achicaron los
mercados para las empresas.
En los
últimos dos años, la inversión productiva no dio ninguna buena señal, de la
mano de la debacle cambiaria. El último dato privado fue el de Orlando
Ferreres y Asociados de octubre, que registró una caída de
4,5% interanual para
su indicador y otra de 11,4% en los primeros 10 meses de 2019.
En septiembre, el Instituto
de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA) midió otro desplome de 10,8%
interanual. “De mantenerse en ese nivel los últimos tres meses del año, la
inversión caería en torno al 14% en 2019, dejando un nivel 10% menor al de
diciembre de 2015”, señala la entidad.
Además, también sobre el cierre de la semana pasada, el Indec informó
que las
inversiones productivas extranjeras cayeron 37,1% durante el primer semestre del 2019,
en comparación con el mismo período del año pasado: US$3.573 contra US$5.680
millones, respectivamente.
En
ninguno de los dos casos el número de las divisas que llegaron para producir
logra superar al de la fuga de
dólares de
agosto último, que fue de US$5.900 millones. En un sólo mes, la compra de
dólares para atesoramiento se llevó más billetes que un semestre entero de
inversiones productivas de empresas extranjeras.
Desde ITE-FGA reseñaron: “El gasto en
bienes de capital se
encuentra en los niveles más bajos desde la crisis subprime en 2009. La
inversión en equipo durable de producción nacional acumula 23 meses de caídas
consecutivas, lideradas por la siderurgia y los químicos y plásticos, mientras
que el equipo durable de producción importado lleva 17 meses consecutivos de
recesión. Las importaciones
de bienes de capital están alcanzando niveles mínimos históricos”.
Y agregaron: “La actividad de
la construcción no
es ajena al estancamiento económico y presenta 13 meses consecutivos de caída,
registrando en septiembre un descenso de 8,5% anual. Si la construcción se
mantuviese constante en los niveles observados hoy, el gobierno dejaría un
nivel 7,5% menor al de 2015”.
La inversión representa una porción cada vez menor dentro del PBI. Pasó
de 19,6% en 2015 a 16,5% en 2019, según los datos del Indec. En ello jugó un papel
importante el deterioro del consumo. Con el mercado en plena contracción, y una proyección
escasa para sus ventas, las empresas no encuentran incentivo para comprar
maquinarias.
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