Por Liliana
Franco - El ministro de Hacienda, Hernán Lacunza se reunió
con su par Martín Guzmán por más de una hora y media. No es muy
difícil suponer que el dialogo versó sobre los problemas que enfrentará el
nuevo Presidente en materia económica. Como bien señaló en más de una
oportunidad Alberto
Fernández, la deuda externa se presenta como el desafío más urgente que
deberá encarar su administración.
En un contexto de
importantes pagos externos y casi nulo financiamiento, “los problemas en
este frente son urgentes” según Ecolatina. Por su parte, PxQ Consultora advierte
que “los compromisos de pago de capital e intereses de la deuda pública en
moneda extranjera en un contexto de mercado financiero cerrado (riesgo país de
2.400%) son el principal desafío de 2020”.
Una parte
importante de la deuda externa vence en el corto plazo - u$s26.000 millones en
la primera mitad del 2020, prácticamente duplicando a las Reservas netas
actuales-, precisa Ecolatina. Por lo tanto, sostiene que “la renegociación
de estos vencimientos será una de las primeras acciones que deberá llevar
adelante el equipo económico de Alberto Fernández, tan relevante como
inmediata”.
Ambas consultoras
coinciden en enfatizar la complejidad del momento económico. Al analizar los
legados de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri,
Ecolatina sostiene que “las dos herencias serán pesadas”. Sin embargo,
entiende que las urgencias no reposarán sobre los mismos puntos: “Mientras que
antes el bajo stock de deuda pública relevante era un activo,
ahora será el principal pasivo; por el contrario, mientras que en 2015 el rojo
fiscal y el de cuenta corriente eran los principales aspectos para atender, en
2019 serán los encargados de brindar el alivio y de, en el mejor de los casos,
llevarnos a una renegociación exitosa de la deuda”.
El punto de partida
del próximo Gobierno será una economía que acumula 2 años de caída, con
inflación cerca de 60% y capacidad instalada de la industria en 57%, la
más baja desde 2002, según el cuadro que traza PxQ, la consultora liderada
por Emanuel Álvarez Agis (en 2018 se registró una contracción del PIB
de -2,5% y para 2019 se prevé una merma de -3,3%).
Estima que los
sectores que más se vieron afectados por la recesión son la industria y el
comercio, directamente relacionado a la caída del consumo por la pérdida de
poder adquisitivo del salario. Al respecto calcula que entre diciembre de 2017
y septiembre de 2019 el salario real cayó -17%. En el total de la
economía, los asalariados privados registrados son 2,5% menores que en
2015.
Dólar competitivo
Los analistas
sostienen que Fernández recibirá un dólar mucho más competitivo que el que
heredó Macri. Según PxQ, con la devaluación de marzo de 2018 el tipo de
cambio real multilateral quedó en un nivel 63% superior al de diciembre de
2015. Pero si bien el Gobierno entrante se enfrenta a un panorama en el sector
externo con saldo de balanza comercial positivo
(producto de la recesión y salida de capitales frenada por el esquema de
control de cambios), los compromisos de pago de capital e intereses de la deuda
pública en moneda extranjera en un contexto de mercado financiero cerrado son
el principal desafío de 2020. Al respecto, las estimaciones privadas
arrojan un superávit comercial del orden de los u$s15.000 millones para el
año en curso.
Esta consultora
calcula que las reservas netas con que cuenta el Banco Central llegan a sólo
u$s10.500 millones y “le deja poco tiempo a la próxima administración para
una solución en materia de deuda”.
Intereses
En cuanto al frente
fiscal, el panorama para 2020 refleja que con gasto indexado y subsidios
económicos en aumento tras el congelamiento de tarifas deberá hacerse un
esfuerzo para aumentar los ingresos si se quiere evitar que el resultado
primario empeore, sobre todo teniendo en cuenta la situación actual de
estrés financiero y cierre de los mercados, que dificulta el financiamiento del
sector público, evalúa PxQ.
Por otro lado, la
salida de divisas por pago de intereses durante 2015 promedió los u$s500
millones mensuales, mientras que en 2019 el promedio es de 900 millones,
calcula PXq. Estima que si tenemos en cuenta los pagos de deuda en moneda
extranjera para el 2020 deberían abonarse cerca de u$s10.000 millones en
concepto de intereses. En cuanto a la situación ingreso/egreso de capitales, la
formación de activos externos (FAE), el principal factor detrás de la salida de
divisas explicó una merma de -88.000 millones de dólares durante el actual
Gobierno. Pero, con el actual esquema de control de cambios “este factor
no debería representar un problema para el próximo Gobierno”, señala la
consultora. Por otro lado, 2020 tiene vencimientos de capital de deuda en
moneda extranjera 16.600 millones de dólares.
La deuda bruta de
la Administración Central pasó del 52,6% del PIB en diciembre de 2015 a cerca
del 90% en octubre de 2019. La deuda con el Sector Privado, por su parte,
pasó de representar el 16% del PBI al 35% actual.
Vencimientos concentrados
“En principio, el
pago de las letras no parecería representar un compromiso significativo para el
Gobierno, dado que en conjunto entre pesos y dólares representan el 8,6% del
total”, de acuerdo con la evaluación de PxQ. Sin embargo, advierte que “el
problema está en que esos vencimientos se concentran todos en el corto plazo
(entre diciembre de 2019 y mediados de 2020)”. Algo similar sucede con el
préstamo del FMI, cuyos vencimientos se encuentran concentrados en 2022-3
(20.000 millones de dólares por año). Los títulos en moneda local también
concentran la mayor parte de sus vencimientos en 2020-1. Por último, los bonos
en moneda extranjera si bien tiene un perfil de vencimientos un poco menos
comprimido que el resto, concentran el 40% de los vencimientos antes de 2025 y
el 70% antes de 2030.
Así, PxQ concluye
que el problema de Argentina es doble: por un lado, la concentración de
vencimientos en el corto plazo con un mercado de deuda cerrado y, por lo tanto,
con la imposibilidad de refinanciar los vencimientos. De esta forma, señala “se
hace obvia la necesidad de llegar a un acuerdo tanto con los acreedores
privados como con el Fondo para reestructurar la deuda”.
En el mismo
sentido, Ecolatina advierte que la renegociación de la deuda limitará los
grados de libertad en materia de política económica. Por caso, la
situación fiscal primaria -que pasó de un rojo de 4% del PBI en 2015 a la zona
de 0,5% en 2019 en un período donde cayó la actividad
económica y se relajó la presión tributaria- “deberá seguir
corrigiéndose, ya que, sin un sendero consistente, cualquier reestructuración
de los pasivos tendrá pocas chances de éxito”. Por lo tanto, si bien la
consultora fundada por Roberto Lavagna considera que la situación de
las cuentas públicas es mejor que la recibida, “lo cierto es que las políticas
posibles en este frente continúan siendo limitadas: los acreedores obligan a
llevar adelante un sendero fiscal austero, limitando el set de políticas
viables”.
Según PxQ es de
esperar que en los últimos meses del año los gastos crezcan a un ritmo superior
que los ingresos y 2019 termine con un resultado deficitario de entre
-0,8% y -1,0% del PIB. El Gobierno entrante se encontrará con un gasto en
términos del PIB de 18,7% e ingresos de 17,9%. Desde diciembre de 2015 se
redujeron tanto el gasto primario (desde 24%) como los ingresos (desde 20,2%).
Alimentos
Por el lado de los
ingresos, la consultora de Álvarez Agis recuerda que se deberá definir la
alícuota diferencial de IVA que se estableció tras las PASO para los alimentos
de la canasta básica y evaluar las reducciones al impuesto a las ganancias. A
su vez, el actual esquema de retenciones fijas en pesos genera que la alícuota
que enfrentan los exportadores se vaya diluyendo con el aumento del tipo de
cambio.
Además, el impuesto
a los bienes personales perdió participación dentro de los ingresos fiscales
debido a la reducción de la alícuota; en 2019 su aporte será de menos de la
mitad de lo que era en 2015. En cuanto al gasto, advierte que “el esquema
de indexación de las prestaciones sociales determinará un crecimiento de esos
gastos nominal y realmente, y una reducción de la inflación podría afectar
negativamente el resultado primario”.
En cuanto al
problema de la inflación, “la dinámica nominal reclama un acuerdo de
precios y salarios, pero en un marco consistente en materia fiscal (gasto,
ingresos y tarifas) y monetaria (tasa de interés, devaluación y brecha). Sin
acuerdo, la dinámica de mercado puede ser insuficiente para desinflar. Con
acuerdo y sin consistencia, el resultado podría ser aún peor que en 2019”,
puntualiza PXQ.
Ecolatina agrega
que “si bien es cierto que nos acercamos a un esquema más favorable a la
producción, y que se corrigió casi todo el atraso cambiario y tarifario, el
salario real perdió 20% en los últimos dos años”. Por lo tanto, y ante la
llegada de un gobierno cercano a los sindicatos, considera “probable que
los trabajadores demanden una recomposición de su poder adquisitivo -la
máxima que este contexto recesivo y de aumento del desempleo con precarización
de puestos de trabajo permita-” razón por la cual “aunque el set de precios
relativos sea más consistente, el mismo seguirá sufriendo correcciones”.
Por otra parte, la
política monetaria se volvió expansiva en el último mes ya que se redujo el
stock de LELIQ y el BCRA financió al Tesoro vía adelantos transitorios, de
acuerdo con el análisis de PxQ. El financiamiento del BCRA al Tesoro sumó
en menos de 2 semanas 170.000millones de pesos ( 10% de la base monetaria). Es
que la imposibilidad de colocar deuda en el mercado obliga a cancelar
vencimientos con emisión. Al respecto, anticipa que el 12 de diciembre venidero
vencen $ 22.000 millones de LECAP, el 21 de diciembre $24.000 millones de
BOTAPO y el 29 de diciembre LECAP por $18.498millones.
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