Por Martín
Kanenguiser - La directora gerente del FMI, Kristalina
Georgieva, le envió un mensaje por Twitter al presidente Alberto Fernández:
“Felicitaciones a
Alberto Fernández por su toma de posesión como presidente de la Argentina.
Compartimos en forma plena su objetivo de adoptar políticas que reduzcan la
pobreza y fomenten un crecimiento sostenible. El FMI sigue comprometido a ayudar
a su gobierno en este esfuerzo”.
El mensaje se
conoció a las 15:30 de la Argentina, tres horas y media después de que Alberto
Fernández jurara como presidente de la Argentina.
En su
discurso, Fernández mencionó con un tono más moderado al FMI que a los
bonistas del sector privado.
Sobre el organismo
multilateral, dijo que quería tener una “relación constructiva”.
“Buscaremos una relación constructiva y
cooperativa con el Fondo Monetario Internacional y con nuestros
acreedores. Resolver el problema de una deuda insostenible que hoy tiene
Argentina no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la
voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”, afirmó.
Modelo fracasado
En cambio, en
relación a los acreedores privados, afirmó que deben asumir el costo de haber
invertido en “un modelo que ha fracasado en todo el mundo".
“El Gobierno
saliente tomó una inmensa deuda sin generar más producción con la cual obtener
los dólares imprescindibles para pagarla. Los acreedores tomaron un riesgo al
invertir en un modelo que ha fracasado en todo el mundo una y otra vez.
Nosotros queremos resolver el problema y para eso necesitamos que todas las
partes trabajemos responsablemente”, afirmó.
La diferencia
conceptual no es menor, dado que al FMI el Gobierno no le puede aplicar una
quita, mientras que a los bonistas sí.
Lo que sí puede
hacer el nuevo gobierno para repagarle al Fondo en un plazo más largo que el
previsto en el Stand by firmado en 2018 (2021-2022) es firmar otro convenio, de
Facilidades Extendidas, con un cronograma de repago a 10 años, a cambio de
otras condiciones. Esto podría significar, según indicaron
a Infobae negociadores en Buenos Aires y Washington, la necesidad de
incluir el compromiso de asumir reformas estructurales, con determinados
plazos.
De todos
modos, la mayor urgencia en materia de renegociación está en los bonos
bajo ley nacional; luego de pagar el vencimiento del jueves de USD 208
millones (USD 65 millones del sector público) y $19.000 millones en Lecaps
(unos $4.000 millones del sector publico).
Por USD 205
millones en Letes y $17.300 millones en Lecaps -cuyos fondos ya fueron
preparados por el Ministerio de Economía que condujo Hernán
Lacunza hasta ayer- deberá acordar con los inversores institucionales
(nacionales y extranjeros) el estiramiento del pago de estos títulos públicos.
En paralelo, debe
comenzar a negociar con los tenedores de los bonos bajo ley extranjera. Según
declaró antes de asumir Martín Guzmán, designado como ministro de
Economía, a los bonistas se les planteará un plazo de dos años sin
pagarles ni capital ni intereses. Los fondos de inversión aceptarían este
plazo, pero quieren a cambio un bono para recapitalizar el pago de intereses.
|