Por Hernán
Gilardo - Ya es un hecho. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, confirmó que
en sesiones extraordinarias se buscará la aprobación de una nueva Ley de
Emergencia Económica. Y el dato es significativo, porque la norma permitiría
"aumentar los impuestos sin pasar por el
Congreso".
Puntualmente, se
trata de un recurso legal que le da amplios poderes al Poder Ejecutivo para,
entre otras cosas, modificar alícuotas de
impuestos.
Y esto ocurre luego
del claro mensaje que dio este martes el presidente electo Alberto Fernández en
la asamblea legislativa: "Hasta
eliminar el hambre le pediremos mayor esfuerzo solidario a quien tenga más
capacidad de darlo".
La traducción es
clara: ante la necesidad de mejorar el ingreso fiscal para cumplir obligaciones
financieras y, sobre todo, para estimular la reactivación de la producción, la
nueva Ley de Emergencia Económica dará luz
verde para subir los tributos que recaen sobre "los que más tienen".
El incremento de la
carga fiscal, se apoya en principio, en tres ideas que se encuentran ampliamente
consensuadas en el gabinete económico de Alberto Fernández; y serán de
inmediata aplicación.
En primer término,
se elevarán los derechos de exportación. Las polémicas "retenciones" se aplicarían en base a un esquema
escalonado industrial-exportador. Es decir que los productos con mayor
industrialización soportarán menores retenciones.
Si bien se llegó a
hablar de una tasa de 35% aplicable a las exportaciones de soja, el porcentaje
final sería aun menor. El objetivo es conseguir alrededor de u$s2.000 millones
adicionales al año.
Ante la inminente
suba de retenciones, se incrementó la cantidad de declaraciones
juradas de ventas al exterior (DJVE) de la cosecha 2019/2020 para pagar retenciones sin el incremento.
Más precisamente, las DJVE subieron casi
1.000% en soja, 230% en maíz y 53% en trigo en relación al año pasado.
Bienes Personales
El otro pilar de la
suba impositiva refiere al Impuesto sobre los Bienes Personales, cuya alícuota
actualmente se ubica en el 0,75%. Se habla de duplicar dicha alícuota e, inclusive, establecer un nivel mayor para
los bienes ubicados en el exterior. Una propuesta que ya crea polémica entre
los expertos.
"La aplicación
de impuestos extraordinarios sobre Bienes Personales, además de no ser relevante
desde el punto de vista de la recaudación, superará la frontera de
confiscatoriedad establecido por la jurisprudencia actual", advierte César
Litvin, CEO de Lisicki, Litvin & Asociados.
"Este tipo de
medidas terminan recayendo en las Pymes y en la clase media, ya que quienes
tienen un importante patrimonio encuentran la forma de defenderse en la
justicia y de evitar el pago de estos impuestos", indica Iván Sasovsky,
CEO de Sasovsky & Asociados.
Fin del
"Consenso Fiscal"
Además, la nueva
Ley de emergencia Económica permitiría poner un freno a la reducción de
impuestos que estaba prevista en el Consenso Fiscal firmado hace dos años.
El Impuesto a las Ganancias para empresas, por
ejemplo, debía bajar al 25% el año
próximo, pero seguramente no será implementado.
Asimismo, el fin
del pacto fiscal permitiría una reposición del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, pese al compromiso de
las provincias de reducir gravámenes
distorsivos para la actividad productiva.
Quienes critican
esta reforma señalan que sería un retroceso en el sentido de que volvería a
aumentar el peso del Gobierno central en la coparticipación impositiva que, a
modo de compensación, le permitiría a los gobiernos provinciales un mayor
margen de determinación de impuestos en el ámbito local.
"Suspender el
Consenso Fiscal es regresar al aumento del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, el peor tributo; y
también Sellos. Ambos impuestos son de épocas medievales, que han aumentado
groseramente en los últimos 20 años", asegura de manera categórica Litvin.
"Es como rociar con veneno la actividad económica", sentencia el
reconocido tributarista.
A fin de reforzar la idea, Litvin señaló que suspender el Consenso Fiscal
"es pulverizar todo el esfuerzo para
bajar la desbordante carga de los tributos provinciales y municipales.
Los fondos que recibieron las provincias por su compromiso para reducir los
impuestos deberán ser devueltos".
De acuerdo con el
índice de Remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (Ripte),
el alivio en el Impuesto a las Ganancias (actualización del mínimo no
imponible y demás deducciones) debería ser de 44,28% a partir del 1 de enero
próximo.
Sin embargo, el alivio va a ser un 20% menor. Esto
es así, ya que la suba del piso del impuesto se adelantó en igual porcentaje en agosto
pasado, a través del decreto 561, como una de las medidas de alivio que aprobó
el gobierno saliente luego de la derrota en las PASO.
Por lo tanto, al 44,28% debe descontarse un 20% del anticipo efectivizado este
año.
Más allá de estos
tres proyectos ya consensuados, el gabinete económico de Alberto Fernández
evalúa múltiples iniciativas para incrementar la presión fiscal:
- Impuesto ecológico al glifosato.
- Aplicación de
impuestos extraordinarios por dos años: mediante una alícuota especial de
Bienes Personales, a los activos reales y financieros radicados en el exterior;
a las utilidades del sector financiero, aplicable sobre la rentabilidad sobre
los activos (ROA) y sobre los fondos propios (ROE) de cada entidad; a la compra
venta de divisas.
Advertencia de
expertos
Mientras esperan
las confirmaciones oficiales para las modificaciones impositivas que han
circulado durante las últimas semanas, los principales referentes en temática
tributaria han dado a conocer su predisposición negativa a muchas de las
propuestas. En algunos casos, observan que habría implicancias legales,
mientras que en otros creen que traerían resultados contraproducentes en
materia de recaudación fiscal.
Por caso, Sebastián
Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios,
considera un error pretender gravar con un impuesto -se entiende que sería Ganancias- a la
compra-venta de divisas, hoy por hoy exenta para personas humanas.
"Una persona
ahorra en dólares para protegerse de la inflación y los problemas económicos. Y
cuando venda los dólares deberá pagar Ganancias, incluso sobre rentas nominales
no ajustadas por inflación", alerta el experto.
Entre las medidas
en evaluación, figuran:
-Redefinir la
estructura de los impuestos internos para alcanzar efectivamente y de modo
diferenciado a las manifestaciones de consumo suntuario y superfluo.
-Incorporar
un impuesto sobre las transacciones financieras con tasas
diferenciadas, según los objetivos de política económica, que reemplace al
actual impuesto al cheque.
-Mejorar
el gravamen sobre las rentas financieras para darle mayor progresividad
al impuesto a las ganancias. No debe ser cedular: debe integrarse al resto de los ingresos
computables.
-Crear
un impuesto de alcance nacional sobre la propiedad inmueble, articulado y coordinado con el
inmobiliario provincial.
Al respecto, Carlos
Roca, CEO de Croca Consultores, asegura que un impuesto nacional a las propiedades "quedará inoperante por pactos fiscales, por distribución
de potestades tributarias en la Constitución Nacional y por la violación del
principio tributario de la doble imposición".
En tanto, Sebastián Domínguez destaca la superposición: "No sólo se
encuentra alcanzado en Bienes Personales, sino con otro impuesto (impuesto nacional a la propiedad), además de que se debe
tributar el impuesto inmobiliario provincial correspondiente".
"Es decir, pagar tres impuestos por la tenencia de un inmueble",
alerta Domínguez.
"No hay margen para la creación de más impuestos. Los inmuebles ya tributan el inmobiliario provincial y el impuesto sobre los Bienes Personales. Todas
estas propuestas tienden a ser confiscatorias y harán deprimir todavía más el
castigado mercado inmobiliario", indica Diego Fraga, socio del estudio
RCTZZ.
- Recrear un Impuesto al Enriquecimiento Patrimonial a Título Gratuito
(impuesto a la herencia nacional).
"La propuesta
de crear el Impuesto a la Herencia a nivel nacional resulta contraria
a la Ley de Coparticipación y totalmente incompatible con el Impuesto a los Bienes Personales, porque expone a una
multiplicidad de gravámenes a un mismo patrimonio", advierte César Litvin.
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