Miguel Pesce,
presidente del Banco Central, afirmó que el precio del dólar debe estar dentro
del acuerdo social y seguir a la inflación, dijo que con cepo “no se necesitan
tasas superlativas”, y trazó una hoja de ruta con baja de tasas, créditos para
capital de trabajo y regulación a fintech.
En una entrevista
que brindó hoy al diario Perfil, remarcó que el gobierno de Mauricio
Macri cometió dos errores. “El primero fue creer que era fácil bajar la
inflación. El segundo fue suponer que sobraban dólares. Ante procesos así,
sostenidos, aparece la inercia inflacionaria y se requiere muchísimo tiempo y
muchísima recesión para poder bajar la inflación inercial con tasa de interés u
otros instrumentos monetarios”.
El economista
explicó lo que se debe hacer para bajar la inflación y dijo que el camino es
“el acuerdo social que planteó el Gobierno”. En este sentido, remarcó que es
necesario que el Estado “se siente con los empresarios, con los trabajadores y
dar el primer paso”.
“También en aquello
de revisar el tema de tarifas, abandonar la idea de que las tarifas tienen que
estar atadas a alguna referencia externa al propio balance de las empresas. Así
vamos a lograr el proceso de desindexación. Esto es urgente. Estamos en una
situación social crítica”, advirtió.
Y agregó: “Llevamos
dos años de recesión, veníamos alternando uno de escaso crecimiento con uno de
recesión y ahora vamos a tener dos años de caída del producto”.
Sin cambios en el
cepo, el nuevo presidente del Central dijo que “las reservas son suficientes
para los próximos meses bajo este marco regulatorio cambiario”
Cuando le
consultaron sobre si el esquema de emisión de pesos por déficit y compra de
divisas con cepo funciona con niveles de tasas altas o bajas, Pesce sostuvo que
“se necesita tasa de interés más bajas que las que hubiera sin restricción de
acceso al mercado cambiario. Las tasas tan altas primero buscaron un carry
trade, que vinieran capitales de afuera al sistema financiero para aprovechar
estas tasas de corto plazo. Fue lo que ocurrió en los primeros años del
gobierno con esta tasa descomunal, con el objetivo de enfriar la economía y
mantener algo de los ahorros, o del capital financiero en el mercado local.
Puesta la restricción al acceso al mercado de cambios, no se necesitan tasas
superlativas”, explicó.
Por último, dio su
visión sobre el momento que viven los bancos frente a las fintech. “Hoy tenemos
el banco en nuestro celular. Y esto se va a potenciar cada vez más. Pronto
tendremos nuestra tarjeta de crédito en el celular también. Todo lo vamos a
manejar con instrumentos electrónicos. Ahí hay un desafío. Ya están en
operación los cheques electrónicos. Es un cambio muy fuerte que incide en la
estructura de empleo. Disminuirá el empleo en cuanto a atención al público”,
señaló.
En cuanto a la
regulación de las fintech, dijo que los únicos que pueden hacer intermediación
financiera en Argentina son los autorizados por el Banco Central. “Eso hay que
cumplirlo. Si alguien quiere realizar un sistema de crédito con su capital
propio o conseguir capital en la bolsa y prestar, puede hacerlo pero no a
través de depósitos electrónicos o tradicionales. Ahí vamos a ser cuidadosos.
La gente tiene que tener perfectamente claro qué está sucediendo. En un caso y
en el otro, el dinero va a lugares distintos. El dinero de las cuentas
electrónicas tiene que estar depositado en un banco, en la cuenta corriente de
un banco”, advirtió.
“Me río, porque el
money market hace diez años era una cosa sofisticada y hoy está cargado en un
celular. Pero debe realizarse a través de regulaciones de la Comisión Nacional
de Valores y en fondos regulados. Hay cuestiones también impositivas: las
personas tienen que pagar cuando tienen una cuenta corriente en un banco o las
empresas débitos y créditos bancarios. Hay que respetar las regulaciones para
no generar un precipicio fiscal”, concluyó.
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