Por Ximena Casas
- La idea había asomado durante la campaña electoral y este fin de semana el
Gobierno lo terminó de confirmar: habrá un aumento en las alícuotas del Impuesto
a los Bienes Personales. No se modificará el piso a partir del cual se paga el
tributo —a pesar de la inflación— y se sumará una “alícuota diferenciada”
para los que tienen cuentas, propiedades y otros bienes en el exterior.
Pero desde que se
conocieron las primeras versiones, los argentinos que tienen dinero fuera del
país comenzaron a aplicar distintas estrategias de protección frente a una suba
extra del impuesto y crecieron las consultas a contadores y brokers sobre cómo
amortiguar el impacto.
Especialistas
detallaron a Infobae algunas estrategias que están siendo usadas,
entre ellas, la creación de un trust (o fideicomiso irrevocable), que permite
transferir los bienes pero, al mismo tiempo, es una herramienta muy sofisticada
y costosa que, en general, utilizan individuos que cuentan con montos
superiores a USD 1 millón fuera de la Argentina.
Pero en las últimas
semanas también se sumaron consultas de personas con ahorros más pequeños —de
USD 50.000 en adelante— que este año decidieron por primera vez enviar sus
fondos fuera del país frente al temor a dejarlos en el sistema financiero
argentino, luego de la fuerte salida de depósitos posterior a los resultados de
las elecciones primarias de agosto. Ahora dudan si deben o no traerlos de
vuelta a la Argentina, aunque son pocos los que están realmente convencidos de
hacerlo.
Con todo, un
especialista relató —off the record— que también recibe consultas de clientes
que buscan crear “cuentas espejo”: abrir una nueva cuenta donde transferir
los fondos que estaban declarados a la espera de conocer cuál será realmente el
valor de la alícuota. En este caso, la maniobra es ilegal ya que su objetivo es
engañar al fisco alegando que los fondos de la primera cuenta se gastaron,
siempre y cuando no se trate de un monto irracional.
“La solución para
los que quieren evitar el aumento del impuesto es la constitución de una
estructura de fideicomiso irrevocable, pero no es para todos. Tienen sus costos
y tiene que estar constituido antes del 31 de diciembre; ya no hay mucho
tiempo. Lo puede soportar alguien que tiene un patrimonio alto, o al menos por
encima de los USD 800.000, y que además no va a necesitar hacer uso de ese
dinero en al menos dos años”, explicó Mariano Sardans, CEO de la
gerenciadora de patrimonios FDI.
Según Sardans, a
medida que aumenta el temor por el impuesto extra también baja la aversión al
riesgo argentino. Muchos empiezan a pensar en la tenencia de algunos bonos
emitidos por el Estado argentino, que está exenta de bienes personales. “Los
argentinos, en general, por no pagar impuestos pueden bajar su temor a ciertos
instrumentos. Hay casos que están pensando en pasar al menos una parte del
patrimonio a bonos argentinos. Ya te empiezan a hablar de eso. Aunque Argentina
claramente va hacia una reestructuración. La voracidad puede matar a la
aversión”, comentó.
El
consultor Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios, también
destacó que hay incluso casos más extremos donde planean directamente una
mudanza del país. “Algunos están analizando directamente irse antes del 31 de
diciembre. Lo más fácil es Uruguay. No se aplica el criterio de residencia si
no el de domicilio. Pero tiene que ser una mudanza real, no sirve si la
persona vuelve el 15 de enero. Si el domicilio está fuera del país, no paga por
los bienes en el exterior y solo lo hace por los bienes en la Argentina, a
través de un responsable sustituto”, explicó.
Según lo que
trascendió este fin de semana de las fuentes oficiales, en el país se
mantendría el mínimo a partir del cual se tributa el impuesto, que hoy es de $2
millones, unos USD 31.700, y subirían las alícuotas de 0,25 al 0,5 en el primer
escalón y luego sucesivamente. “Va a pegar de lleno en la clase media, que está
en los primeros escalones. En Europa, el único país donde hay un impuesto
similar es en España, pero con un piso de 700.000 euros. Habrá que ver a cuánto
llega la alícuota con los cambios”, indicó César Litvin, CEO en Estudio
Lisicki, Litvin & Asoc.
“Hace 10 años, en
el exterior se podían obtener rendimientos de 10% o 15% con carteras moderadas.
Hoy es difícil que pueda rendir más del 3%. Todo lo que pasa la frontera de un
2% sobre el patrimonio puede considerarse confiscatorio en algunos activos —hay
que ver cada caso— porque son muy pocos los que pueden rendir más que eso”,
agregó el especialista.
“Con estos rumores, que vienen de hace dos
tres meses atrás, luego de las PASO y que se reforzaron desde octubre en
adelante, los grandes inversores que quieren tratar de bajar a carga impositiva
están haciendo lo que se puede hacer, cambiar de residencia fiscal, que no es
fácil por temas legales y de practicidad; y lo segundo es tratar de
beneficiarse a través del texto de la ley, cuando se lo conozca. La opción
de traer el dinero cuando les digan que van a tener algún beneficio. Los
inversores y ahorristas con dinero fuera del país están bastante preocupados
porque es una señal muy negativa”, resumió Gustavo Neffa, director de
Research for Traders y Fin Guru.
Domínguez también
detalló que algunas personas comenzaron a hacer donaciones de bienes a sus
familiares, tanto por el impacto de bienes personales como de un nuevo impuesto
a la herencia. “Al pasar de padres a hijos, cada uno puede tributar, pero a una
escala menor. Pero tampoco es algo tan simple porque tiene ciertas
limitaciones. El padre deja de disponer de sus bienes en el futuro y los hijos
se deben comprometer a pagar gastos. Pero cuando hay confianza, se buscan
opciones de donación”, indicó. Pero aclaró que en el caso de que a donación se
haga con reserva de usufructo, no está exenta del pago de bienes personales.
La discusión sobre
a partir de que alícuota el impuesto a los bienes personales puede ser
considerado confiscatorio es larga. “Hay que ver si la sumatoria de alícuotas a
lo largo de los años absorbe una parte sustancial del patrimonio. No va a haber
una alícuota que sea directamente confiscatoria en este año, pero si la
acumulación del impuesto de varios años. Más si se suma un impuesto a la
herencia. Pero habrá que ver qué dicen los tribunales”, advirtió.
¿Quiénes pagan hoy este impuesto y por qué?
El tributo se
aplica sobre el patrimonio que tiene una persona al 31 de diciembre de cada
año. Se declara al año siguiente —en junio de 2020 se deben declarar los bienes
de 2019— y se van pagando en cinco anticipos anuales. Están comprendidos bienes
como propiedades, vehículos, inversiones y objetos personales y del hogar, en
la Argentina y en el exterior. Mientras que quedan excluidos los títulos y
bonos emitidos por el Estado (Nación, provincias y municipios) y los depósitos
en pesos y moneda extranjera en cajas de ahorro y plazos fijos en el sistema
financiero argentino.
Las fuertes
devaluaciones del peso en los últimos años hicieron que cada vez más gente, de
sectores de clase media, comiencen a pagar este tributo. Cuando el impuesto se
estableció originalmente, en el año 1991, el monto a partir del cual se pagaba
era USD 100.000, hoy está apenas por encima de los USD 31.000.
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