Por Liliana Franco - “Nadie quiere que Argentina caiga
en default”, señaló a Ámbito una analista de uno de los principales fondos
que tienen en su cartera bonos del país, desde su oficina en
Nueva York y por esta razón, anticipo que “el acuerdo entre los acreedores
y la Argentina está más cerca de lo que parece”. Algunos especialistas en
Wall Street estiman que para abril podría llegarse a un acuerdo.
Un factor que
coopera para que los acreedores estén interesados en acordar rápidamente con
Argentina se explica por las noticias provenientes de Estados Unidos que
coinciden en que, en un mundo en el que reinan las bajas tasas de interés –en
muchos casos negativos– existe margen para lograr un entendimiento dentro
de los próximos meses entre el equipo que comanda el ministro de Economía,
Martín Guzmán.
Se calcula que unos
16 billones de dólares de los bonos actualmente emitidos “pagan” rendimientos
negativos - cerca del 30% de los activos con renta fija que se negocian en
el mundo-. Es que el exceso de ahorros lleva a que el Bono del Tesoro de
los Estados Unidos a 10 años ofrezca una rentabilidad menor a 1,9% anual. Peor
aún es el caso de la deuda soberana de países como Alemania
o Suiza en donde los rendimientos directamente son negativos. Aunque parezca un
contrasentido, quien hoy invierta en deuda del gobierno alemán recibirá en 30
años menos euros de los que depositó.
En estos momentos
la deuda argentina tiene un rendimiento de 7% anual o más, de donde aunque
se produzca un recorte en los intereses, igual seguiría siendo un buen negocio
para los tenedores, siempre, claro está, que el país honre sus compromisos.
La primera reacción
de los mercados a los anuncios efectuados por el gobierno de Alberto Fernández
en materia fiscal fue favorable, al punto que después de meses el riesgo
país se ubicó por debajo de los 2.000 puntos básicos. “Desde el punto de vista
fiscal, el paquete de Guzmán fortalece las cuentas públicas y mejora la
situación financiera del Fisco. Aunque la actividad económica sufra, más allá
de algunos “aliviadores sociales” que se establecen. Justo al revés de los que
se esperaba, dada la campaña” señaló el economista Fausto Spotorno. La
eliminación del ajuste automático de las jubilaciones es “clave”, según el
economista Lorenzo Sigaut Gravina ya que este rubro es el principal componente
del gasto público.
Las cifras no son
exactas, pero entre los economistas privados se calcula que el paquete de
medidas enviado al Congreso representa una mejora entre 1 y 1,5 puntos del PBI
en los ingresos del Estado. De esta forma se estaría cumpliendo con lo señalado
por el ministro Guzmán en sus primeras declaraciones, no se lograría un
superávit fiscal relevante, pero tampoco se abandonaría la disciplina en esta
materia, es decir la señal que esperan los acreedores para seguir apostando a
la Argentina.
Por otra parte,
para los fondos de inversión que tienen deuda argentina es importante que el
país evite el default, ya que en este caso cambiaría la condición de las
acreencias. “Los gerentes tendríamos que dar más explicaciones y enfrentaríamos
más dificultades para obtener el bono de fin de año” explicó, no sin una cuota
de humor, un manager.
FMI
En cuanto a la
relación con el Fondo Monetario Internacional, también parecería ser que es
posible llegar a un entendimiento. El principal impulsor del apoyo a la
Argentina fue Estados Unidos y en momentos en que el presidente Donald Trump
está siendo juzgado por el Congreso, no parece el mejor momento para “levantar
olas” sobre un paquete de asistencia que fue un fracaso a todas luces.
Por esta razón, se
estima que Argentina podría obtener los plazos de gracia que solicita para así
tener la posibilidad de equilibrar las cuentas públicas y dar sostenibilidad al
tema de los pagos externos.
En suma, las
noticias que vienen del exterior se presentan favorables para el logro de un
acuerdo en plazos relativamente cortos, tal vez sobre fines del primer
trimestre según aventuran los más optimistas.
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