Por Leandro
Gabin La mejora en el mercado de bonos siguió este miércoles en el mercado financiero. El riesgo país, después de haber
caído 7,5% el martes, anotó otra baja del 4%. En dos días recortó poco más del
10% y se estacionó en torno a los 1.900 puntos básicos. Otra vez se vieron
alzas en los títulos públicos de hasta el 6% entre los más negociados.
Más allá de las señales de "sensatez" fiscal que desplegó el ministro
de Economía, Martín Guzmán, en la presentación de sus medidas el día anterior,
lo que le dio aire a los inversores fue que el Gobierno les garantizó el pago
de la deuda en el cortísimo plazo.
El
hecho de haber explicitado que tomará u$s4.600 millones de las arcas del Banco
Central para pagar deuda en dólares fue suficiente. "Te asegura que el
bonista cobra uno o dos cupones más y muestra disposición a pagar mientras se
negocia toda la deuda", comentó a iProfesional un banquero desde
Nueva York.
Desde otra entidad grande de Wall Street acotaba que el hecho de que puedan
tomar los u$s4.600 millones del BCRA es positivo en el corto plazo desde la perspectiva
del tenedor de la deuda ya que muestra la voluntad de pago del país.
"Sin embargo, en el mediano plazo debería
ser negativo, ya que empeora el balance del BCRA y eso podría desplazar la
disponibilidad del Central para abastecer de dólares al mercado, incluídos los importadores, empresas y gobiernos
provinciales que tienen que pagar deuda", advirtió en comentario enviado a
un selecto grupo de clientes.
Según se dice en Nueva York, el reaseguro de los dólares el Central no es menor
para los que apuestan a los seguros contra default (CDS). Que Alberto Fernández
les haya garantizado los dólares para la deuda hace que esos contratos también
bajen de precio (a más riesgo de incumplimiento, más caros).
Hace mucha
diferencia si creés que paga en marzo y quizás no en abril. En el corto plazo
el riesgo se va yendo y eso mejora los precios de los bonos", indicó el ejecutivo desde
Manhattan.
En los bancos de inversión, no obstante, no están seguros que el plan Guzmán
sea sustentable. "Es arriesgado pensar que vas a crecer con esta presión
impositiva que están proponiendo. Porque ahogas al sector privado. En una primera instancia quizás el consumo por la recuperación del poder adquisitivo
traccione algo, pero en el mediano/largo plazo no es sostenible eso. Argentina
no puede anclar un plan económico a la asfixia fiscal sobre los privados, eso
no existe en ningún lado", remarcó otro banquero de Wall Street en
diálogo con este medio.
La palabra "sostenible" es lo que marcará si el repunte de los bonos,
que estaban priceando una quita importante, tiene una fecha de
vencimiento más o menos cercana en el tiempo.
Para eso es que
está trabajando la unidad de la deuda en manos de Daniel Marx, un experimentado
negociador en la historia económica argentina. La idea del ex funcionario es
que la deuda local y la externa tenga un tratamiento similar. Marx, en algún
paper que presentó, proponía una poda del 20%. Pero claramente la decisión
política es la que decidirá cuánto y cómo.
"Creemos que el discurso para los bonos sigue
siendo bastante tranquilizador, o al menos no agresivo con negociaciones que
estarían avanzando, aún cuando falta una propuesta. Fiscalmente incluso se
estarían tomando algunas medidas que apuntarían a, al menos evitar un default,
de corto plazo garantizando el pago de la deuda hasta que llegue una propuesta",
dice Santiago Abdala, director de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
El mejor clima provocó que haya cierto repunte de los títulos que en términos
de paridades o precio en dólares estaban en niveles de 2001.
"Las medidas
que se están conociendo sugieren racionalidad en un canje de deuda. El mercado funciona con las expectativas y estas apuntaban a
que el gobierno iba a ser más agresivo, especialmente, por el silencio que
había y el mercado leyó una situación más racional que la que se
proyectaba", agrega Abdala.
Pero aclara que si bien este rally puede
generar la impresión de que todo está resuelto, claramente no lo está. "La
consigna es la extrema prudencia, hasta que no se conozca el plan de
reestructuración o la negociación con los acreedores, tanto con el
Fondo, como con los privados. Habrá que moverse en el ámbito de las
expectativas, lo que hace arriesgado el tomar una posición determinante",
asegura.
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