Por Mariano
Cuparo Ortiz - La versión más dura del cepo
cambiario anuló la fuga de dólares, que en noviembre fue de apenas US$144 millones. La
medida oficial, aplicada el 28 de octubre por el ahora ex ministro de Hacienda,
Hernán Lacunza, revirtió así lo ocurrido en el trimestre agosto-octubre, que
tuvo un promedio mensual de US$4.349 millones. Y las consecuencias se vieron en
el balance final del mes: por primera vez desde marzo, sin contar meses en los que el FMI
realizó desembolsos, dio positivo.
Así, en
noviembre ingresaron más dólares de los que se fueron y las reservas aumentaron
US$420 millones. Dejando de lado las veces en las que los desembolsos del FMI salvaron las papas, la última vez en la que se había
dado un resultado positivo había sido en enero-febrero.
Además, la cantidad de personas que adquirió dólares para ahorrar volvió
a niveles usuales. Octubre había batido el récord y trepado en forma insólita.
En septiembre, 1.690.000 personas compraron divisas para atesoramiento, en
octubre saltó a 2.556.000 y en noviembre volvió a 1.770.000 millones. Aún así,
sin contar el número extraordinario de octubre, sería récord.
La inflación,
que cerrará en torno a 55% durante el 2019 y que acumuló más de 300% durante
2016-2019, es la principal explicación al fenómeno de la compra de dólares para
ahorro, que en lo que va del año trepó a US$27.019 millones. Quedó así al borde
del récord de US$27.230 millones, ocurrido en 2018. El tercer lugar del podio
histórico fue en 2008: US$23.098 millones. El 2017 permanece cuarto, con
US$22.148 millones.
En la cuenta corriente se observó aquello que los economistas llaman el ajuste por las malas: se vio en el efecto de la devaluación, que moderó el impacto de las
importaciones. Así, el balance de bienes del mercado cambiario dejó un positivo
de US$2.759 millones. Los servicios, por su parte, moderaron el rojo y dieron un negativo de US$259
millones. De esa forma, incluso con los crecientes intereses de la deuda externa, que agregaron un drenaje de US$1.171
millones, la cuenta corriente aportó US$1.350 millones a la economía.
La cuenta financiera restó pero no tanto. La inversión productiva por parte de extranjeros
continuó con un moderado aporte de US$166 millones y la financiera quedó en
cero, tal como venia ocurriendo en los meses previos. Con fuga moderada, lo que más restó fueron las
cancelaciones de capital de deuda por US$822 millones. Así, la cuenta
financiera se llevó US$944 millones.
Este jueves mismo el Indec publicó también la balanza de pagos. Ahí también se observó el
"ajuste por las malas". Durante el tercer trimestre el rojo de cuenta
corriente, que suma balanza de bienes, servicios e intereses de la deuda,
registró un resultado negativo de US$1.052 millones. Muy menor a los US$7.442
millones del mismo período de 2019.
|