Por María Julieta Rumi - Desde antes de que se
enviara el proyecto de ley de emergencia económica -que se aprobó el sábado
pasado a la madrugada-, técnicos del Banco Central (BCRA)
realizan simulaciones para entender cuál es la situación de los tomadores de créditos UVA, y, según sus cálculos,
actualmente el promedio de las familias dedica mensualmente entre un 28 y un
29% del sueldo al pago de la cuota (en el origen del sistema se partió de una
relación que podía llegar a un máximo del 25%), lo que no constituiría a su
entender una situación dramática.
Pero, más allá de
esto, hay 70.000 familias de las 115.000 que tienen estos préstamos que, si se
mantuviera el régimen vigente, tendrían un salto en la cuota del 20% en enero,
cuando cese el congelamiento que estableció en agosto pasado el entonces
presidente Mauricio Macri. De allí que se espera que el directorio del Banco
Central tome próximamente una decisión política, que podría ser que bancos y
deudores se distribuyan el costo del aumento de la inflación, por ejemplo, a
través del establecimiento de una cuota intermedia entre el ajuste por UVA
(equivalente al aumento de los precios) y el que hubiera resultado de aplicar
el coeficiente de variación salarial (CVS).
Esto sería
consistente con lo que estableció la ley de emergencia, que encomendó al
Central a realizar "una evaluación sobre el desempeño y las
consecuencias" del sistema de préstamos UVA y a "estudiar mecanismos
para mitigar sus efectos negativos atendiendo al criterio del esfuerzo
compartido entre acreedor y deudor".
Respecto de los
deudores, en el BCRA dicen que hay dos enfoques posibles: uno estrictamente
patrimonial y otro que analiza la relación de la cuota frente al ingreso
mensual. En cuanto a lo primero, dicen que efectivamente los deudores ganaron
en patrimonio por el aumento del valor de los inmuebles medido en pesos,
independientemente de la fecha en que hayan sacado el préstamo.
Pero lo que les
preocupaba era ver en qué estado estaba la relación cuota/ingreso. Y lo que descubrieron
es que si se toma la variación de la remuneración imponible promedio de los
trabajadores estables (Ripte), la relación da entre un 28% y un 29%, lo que no
constituye, a su juicio, una situación dramática.
Sin embargo,
también analizaron la relación entre la cuota y los ingresos para casos de
gremios con paritarias que quedaron muy retrasadas respecto de la inflación y
descubrieron que para los empleados textiles o del transporte el coeficiente
cuota/salario alcanzó el 37% en julio pasado y luego bajó a 31% o 32% cuando
tuvieron algún aumento del sueldo. Sin embargo, incluso en estos casos dicen
que el escenario no reviste gravedad.
"La referencia
histórica es la circular 1050 [en tiempos de la última dictadura militar], en
la que la gravedad de la indexación fue masiva y el Estado tuvo que intervenir
dando una respuesta generalizada para un problema crítico", recordó una
fuente al tanto del análisis. Y agregó: "Ahora en lo técnico no es así. No
sé si desde lo político van a decir algo, pero no es algo masivo",
consideró.
Ante la proximidad
de la fecha establecida como límite, resta esperar a la reunión que el
directorio del BCRA realizará el jueves próximo, en la que podría tomar una
decisión política para morigerar la situación de aquellas 70.000 familias.
Según algunos técnicos, no habría razones de fondo para eliminar el sistema,
más allá de que se pueda retocar el índice de actualización.
En tanto, fuentes
del Colectivo Nacional Hipotecados Uva Autoconvocados mostraron su satisfacción
porque el tema haya sido incluido en la ley, aunque consideraron que "la
lógica del esfuerzo compartido debe contemplar que el sistema financiero
resultó ser un gran beneficiario de las políticas impulsadas por el anterior
gobierno, que le garantizaron a los bancos ganancias extraordinarias". En
este sentido, volvieron a pedir el congelamiento de la UVA para la cuota y el
capital.
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