Por Eugenia Baliño
- El Gobierno de Alberto Fernández arrancará
el 2020 con una premisa urgente: llegar a un acuerdo con los acreedores de deuda para
patear los vencimientos hacia
adelante y evitar que la Argentina caiga nuevamente en default. El arreglo más
apremiante es el que deberá lograr con el Fondo Monetario Internacional (FMI),
no tanto por el monto total adeudado, sino por el peso que tiene el organismo a
nivel mundial. Alcanzar un punto de encuentro con el FMI dejará al país mejor
posicionado a la hora de negociar con los bonistas privados.
El
Ejecutivo ya dio varios guiños al Fondo. La promulgación de la ley de Solidaridad Social y Reactivación
Productiva contuvo múltiples señales, también para los acreedores privados. La
principal, el ataque del frente fiscal.
La suba de impuestos establecida
en la nueva normativa (se podrán subir retenciones y bienes personales, y se
instauró un recargo de 30% a la compra de dólares para ahorro y consumos con
tarjeta en el exterior) generará recursos para el Estado por alrededor del 1,5%
del PBI, según cálculos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF)
"Más allá de los objetivos
con una impronta social y redistributiva, la Ley de Solidaridad Social y
Reactivación Productiva implica un ajuste fiscal de magnitud", confirmaron
desde GMA Capital.
A la par, la autorización
contenida dentro de la ley para que el Tesoro pueda colocar US$4.750 millones de letras
intransferibles al BCRA le
aseguró al Gobierno los dólares necesarios para cubrir la totalidad de los
vencimientos de capital e intereses en esa moneda bajo ley extranjera en 2020.
Se suma la decisión de postergar hasta el 31 de agosto todos los pagos de letras del
Tesoro en dólares, por US$9.000
millones.
Así, los riesgos de default se
fueron diluyendo y, con ello, la
probabilidad de un escenario de reestructuración más agresivo. El cambio de
expectativas se tradujo la semana pasada en un fuerte rally alcista de bonos y
acciones locales, y una sensible caída del riesgo país, que perforó la barrera
de los 1.800 puntos.
Según datos oficiales al tercer
trimestre de este año, en 2020 se debían cancelar unos US$48.868 millones de
capital y otros US$14.838 millones de intereses. El "re-reperfilamiento"
de letras en dólares redujo el total de vencimientos de deuda en el primer
semestre del 2020 de US$21.200
millones a US$16.000 millones. Todas estas señales el Gobierno espera sean
tenidas en cuenta por la misión del FMI que llegará a la Argentina encabezada
por el economista venezolano Luis Cubeddu, quizás la próxima semana. A partir de allí se dará inicio formal a
las negociaciones, aunque se sabe que los contactos entre el ministro Martín Guzmán y los funcionarios que responden a Kristalina Georgieva ya están en marcha.
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