Por Martín
Kanenguiser - Un importante grupo de acreedores llegará a la
Argentina antes de fin de mes para negociar con el Ministerio de Economía una
propuesta que busca una salida “rápida, comprensiva” y que evite la
intermediación de los bancos internacionales.
Así lo señalaron
a Infobae fuentes ligadas al Comité de Acreedores que se formó en
Nueva York, que ratificaron que prevén un rápido y buen acuerdo con la
Argentina para evitar un default total.
El viaje se dará
luego de que el equipo económico termine de recibir las propuestas de bancos de
Estados Unidos y Europa y de una serie de firmas que pretenden actuar como
asesoras. Se trata, en este último caso, del rol que cumplió Lazard en el
diseño del canje del 2005 y que ahora podrían cumplir compañías como Newstate,
Guggenheim, PJT y Rothschild, entre otras.
Para llegar a un
acuerdo rápido y que resulte atractivo tanto para sus propios intereses como
para los del Gobierno, los acreedores le plantearán al ministro Martín
Guzmán y a su equipo un mecanismo que se utilizó, entre otros casos, en el
canje de la deuda de Ucrania del 2015.
Se trata del
“Solicitud de Consentimiento” (Consent solicitation), que consiste en buscar el
voto de los acreedores con bonos argentinos para que acepten cambiar los
términos de esos títulos, respetando las mayorías contempladas en cada serie
por la existencia de las cláusulas de acción colectiva (CACs).
Según los
acreedores, esta opción sería más barata que un canje o un intercambio de bonos
como el que realizó la Argentina en 2005.
“Si bien el
resultado puede ser el mismo, los costos para ambas partes son muchísimo más
bajos en el caso de un voto simple que en el de una operación de mercado dirigida
por bancos globales. Como asesores de los deudores soberanos, tratamos de
proponer la vía del consentimiento en vez del swap cuando legalmente es
posible. Y, en la Argentina, los fideicomisos participantes permiten esa
herramienta", explicó la fuente.
Cabe recordar que
el Comité de Acreedores ya designó también a sus representantes legales (entre
los que figura el estudio Nicholson & Cano de la Argentina, con el ex
funcionario del gobierno de Cambiemos Eugenio Bruno como coordinador)
y al banco UBS para diseñar su estrategia.
Claro está que
posiblemente los bancos desaconsejarán esta alternativa, dado que los dejaría
afuera de la operación de reestructuración y posiblemente el Gobierno los
necesite cuando tenga que salir al mercado luego de cerrar un acuerdo.
En el caso de
Ucrania, el fondo de inversión Franklin Templeton tenía en 45% de la deuda
externa de ese país y, con otros acreedores, aceptó una quita del 20% luego de
una dura negociación con ese gobierno. “Y el costo fue bastante menor que en la
operación argentina, en la que participaron los bancos”, aclaró la fuente.
Habrá que ver qué
sugerencia aporta el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, según su sigla
en inglés), que reúne tanto a los bancos como a los fondos de inversión y de
cobertura.
Más allá de la
forma que adopte la negociación, otra fuente del sistema financiero indicó
a Infobae desde Washington que “el Gobierno ha dado muy buenas
señales al asegurarse más recursos fiscales para pagar la deuda tanto a los
bonistas como al FMI, con la posibilidad inclusive de cumplir con los términos
actuales del programa con el Fondo”.
La fuente,
perteneciente a una influyente institución, sostuvo que tanto el aumento de
impuestos como la habilitación para que el Gobierno utilice las reservas del Banco
Central para pagar la deuda, descomprimieron el clima con los acreedores
privados y con el staff del Fondo, que estaría dispuesto a renegociar el
acuerdo firmado por Mauricio Macri en 2018 por otro más largo.
Del lado del gasto,
dijo que desindexar las jubilaciones también fue “un buen paso”, aunque habrá
que ver cómo se define la nueva fórmula de ajuste, que el presidente Alberto
Fernández prometió presentar a mitad de este año. También, puso en duda el
efecto reactivador del paquete fiscal votado por el Congreso, dado que
incrementará la presión sobre sectores que ya tenían una alta carga tributaria.
Además, advirtió
que el control de capitales aplicado en los últimos meses logró estabilizar el
mercado en el corto plazo, pero, como lo demostraron las experiencias previas
en la Argentina, no estimula el crecimiento económico y, por lo tanto, debería
relajarse parcialmente luego del acuerdo de la deuda". Si se mantuviera
durante mucho tiempo, luego sería complicado salir, como ocurrió en la transición
entre los gobiernos de Cristina Kirchner y Macri, recordó.
Cambios en Economía
Por otro lado, con
la designación de Lisandro Cleri a cargo de la que incluye a la
Unidad de Reestructuración de la Deuda en moneda extranjera, con rango de
Subsecretaría, queda sin efecto formal el comité de asesores que integraban el
economista Daniel Marx (quien seguirá asesorando informalmente sobre
este tema al Gobierno), Adrián Cosentino -designado como titular de
la Comisión Nacional de Valores- y Sergio Chodos, que representará al
Gobierno ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cleri trabajará con
otros funcionarios en la cuestión de la deuda, como el secretario de Finanzas,
Diego Bastourre, además de Ramiro Tosi y Rosana Bebén. Además, se formó una
Unidad de Relaciones Técnicas con el FMI, a cargo del economista Emiliano
Libman, con la colaboración externa de Martín Fiszbein.
“Ambos economistas
argentinos cuentan con experiencia en el campo internacional, a partir de sus
actividades en Massachusetts y Boston, respectivamente. Finalmente, y en
paralelo, próximamente asumirá Sergio Chodos como director ejecutivo por el
Cono Sur ante el FMI. Cosentino, como Daniel Marx, integraron ad honorem la
Comisión de Asesores, como ex secretarios de Finanzas, en las que se abordaron
líneas de acción relacionadas con estas temáticas”, explicaron fuentes del
Palacio de Hacienda.
Curiosamente, se
duplican estructuras (tanto para negociar con los privados como con el FMI)
para resolver cuestiones que deberían resolverse en forma ejecutiva, con el
lógico apoyo del ministro y de la Casa de Gobierno.
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