Por Juan
Bergelín - Forzados por la baja de tasas que motorizó el Central, en las
últimas semanas los bancos comenzaron a recortar, tímidamente, el interés que
cobran por sus préstamos al consumo.
Así,
según los últimos datos del organismo monetario, la tasa de los créditos
personales se ubica en 69,8%, menos de tres puntos por debajo del nivel en que
se encontraba antes del 10 de diciembre, cuando promediaba el 72% anual.
La caída acompañó,
aunque con menor intensidad, el movimiento que viene teniendo la tasa de los
plazos fijos, que en ese lapso pasó de 43% a 39% anual para las colocaciones de
más de un millón y de 41% a 36,8% para los clientes minoristas (de menos de
$100.000).
Pero más allá de que
el recorte en las tasas activas fue menor al de las pasivas, en la City advierten que el spread es prácticamente
el doble del que tenían antes de las PASO, una estrategia con la que los bancos apuntan a hacerse un "colchón" de
rentabilidad, a la expectativa de que anuncien medidas que puedan
impactar en sus negocios.
En concreto, la
diferencia entre ambas tasas hoy ronda los 30 puntos porcentuales, cuando antes
de las elecciones primarias de agosto, el spread era de entre 14 y 16 puntos.
Dos de las medidas que ya se ven venir los banqueros son una menor ganancia por
Leliqs y la obligación a destinar un porcentaje de sus depósitos a otorgar
préstamos subsidiados, similar a la línea de inversión productiva que había
creado el kircherismo.
"Sabemos que
está la idea de que demos más préstamos para capital de trabajo, pero no
sabemos si van a subsidiar las tasas o si nos van a exigir un tope en la tasa",
explica un banquero local. "Algo nos va a
afectar en la rentabilidad, pero no podemos saber en qué magnitud",
agrega.
El director de otra
entidad coincide en que con la baja de tasas se van a reducir las ganancias por las Leliqs, pero
sostiene que la línea de préstamos a capital de trabajo puede llegar a ser
rentable, por los negocios satélites que puede generar.
"No siempre
dan pérdidas esos préstamos. Con la línea de inversión productiva muchos bancos ganaron plata dando cuentas sueldos a las empresas
a las que les prestaban", explica el ejecutivo.
La rentabilidad,
asegurada con las Leliqs
En el último año de
la gestión Sandleris, con el crédito paralizado y las tasas de interés en
niveles elevadísimos, el principal ingreso de los bancos se generó por las Leliqs.
Los
últimos datos del Central muestran que, en noviembre, el resultado por títulos
valores generaba ingresos por el 14,9% de los activos, cuando un año atrás este
ítem en el balance apenas llegaba al 8%.
En las dos primeras
reuniones de directorio, la nueva cúpula del BCRA recortó 8 puntos la tasa de
referencia, hasta llevarla al 55% anual, y dio indicios de que seguirá con esta
tendencia, pero atento a cómo evolucionen otros indicadores de la economía.
El tema ya empieza
a generar ansiedad en la City porteña. "El Gobierno se está quedando
dormido, la baja de tasas fue mínima, tiene que ser mucho más drástica",
comenta Miguel Arrigoni, CEO de First Corporate Finance Advisors, aunque admite
que hay que darle un crédito de 100 días al Gobierno antes de hacer una
evaluación de las medidas.
Para Arrigoni, las
líneas de préstamos destinadas a capital de trabajo contribuyen a la necesidad
de financiamientos de las empresas pero en con un impacto muy limitado.
"Los créditos para la producción no van a reactivar la economía. Es como
una aspirina, no cura los síntomas de fondo", advierte.
En ese sentido, el
viernes último el Banco Central anunció que reducirá encajes a los bancos que otorguen préstamos para capital de trabajo a
tasas de hasta 40% anual, algo que también pueden destinar para financiar el
aumento de sueldos que el Gobierno decidió por decreto.
Si bien la letra
chica de la medida del BCRA se conocerá este jueves, cuando el directorio haga
efectiva la medida, fuentes oficiales aseguraron que la baja de encajes será en
promedio de 2 puntos porcentuales.
A
diferencia de lo que esperaban los banqueros, el Central no los obligará a que
destinen un porcentaje de sus depósitos a estos préstamos sino que los
incentivará con la posibilidad de que puedan computar como encajes una parte
del saldo prestado a capital de trabajo.
"La idea es
que sea como con el programa Ahora 12, donde los bancos pueden computar el 1,5%, o hasta el 2,5% de los
encajes con el saldo de esos préstamos", explica la fuente.
Baja de tasas, sólo
a corto plazo
Por otro lado, el
gerente de préstamos a individuos de una entidad extranjera reconoce que la
baja de tasas en créditos personales fue mínima, algo que
adjudicó a la incertidumbre local.
"El BCRA hizo
caer el rendimiento a corto plazo que les da a los bancos con las Leliqs. Eso impactó en las tasas de
préstamos de corto plazo, como los adelantos en cuenta corriente, pero en
personales, que son más largos, hay más incertidumbre", destaca.
De hecho, la tasa
de descubierto, que son los adelantos en cuenta corriente, acompañó fielmente
la baja del rendimiento de los depósitos y hoy ronda el 54,4% anual.
En los créditos con
tarjeta de crédito, en tanto, lejos de bajar el interés que cobran los bancos fue escalando posiciones en los últimos meses.
Según los últimos datos del BCRA, en
noviembre, el costo promedio de la financiación con tarjeta se ubicaba en
74,08%, por encima del 71,70% del mes anterior y del 70,43% registrado en
octubre.
En ese contexto, la
financiación al consumo sigue en picada. A fines de 2019, el stock de préstamos
personales se ubicaba en $403.895 millones, una caída interanual del 4,25%
respecto a los $421.808 millones del mismo mes del año anterior.
Un dato que muestra
el escaso financiamiento al consumo no sólo en los bancos, sino en el mercado en general es la poca cantidad de
securitizaciones que hay en los últimos meses. Se trata de los fideicomisos
que bancos y cadenas de electrodomésticos suelen armar un con
una cartera con sus créditos como subyacente.
"Pasamos de
tener 30 securitizaciones en un mes a tener 2 en un mes. Ahora recién se está
recuperando y ya está habiendo 5 por mes", aporta Arrigoni, quien cree que
cuando se acelere la baja de tasas va a empezar a recuperarse el crédito al consumo.
El rol de las
comisiones
Otra de las últimas
jugadas que hicieron las entidades para "engordar" sus ganancias fue
aumentar nuevamente las comisiones, algo que comenzó a regir desde el 2 de
enero.
En
rigor, para cumplir con la exigencia del BCRA, hace dos meses la mayoría de
los bancos comenzó a a informar a sus clientes que aumentarán
entre 30 y 40% las comisiones que cobran por sus servicios y productos a partir
de este mes.
Dentro de los
incrementos aparecen el costo de renovación anual de tarjeta, paquetes de
cuenta, mantenimiento de cuenta corriente y cajas de seguridad, entre otros
rubros. Este último servicio, con subas de hasta 50%, fue el que más aumentó,
atento a la mayor demanda que hubo en los últimos meses y a la escasez de
cajas.
En parte, estos
aumentos se explican por una estrategia de los bancos de adelantar la suba de precios al Acuerdo Social,
por el cual seguramente se tengan que comprometer a mantener el valor de sus
comisiones por determinado tiempo. "Así como empresas y comercios se
adelantaron y aumentaron ‘por las dudas’, los bancos también siguieron los mismos pasos", analiza
un economista.
Desde las
entidades, en cambio, justifican este salto en los precios al ritmo de aumento de las paritarias del sector. "Nadie está subiendo más allá del ajuste
salarial. Las alzas de comisiones se calculan generalmente en base a salario
bancario, es para compensar eso", explica el director de un banco nacional.
En ese sentido, las
cámaras del sector habían acordado en julio con el gremio La Bancaria un
aumento del 30% en tres tramos, con una cláusula gatillo. Luego, en octubre, la
disparada de la inflación forzó a reabrir la paritaria y llevaron la
recomposición salarial al 50% desde enero a noviembre, en línea con la
inflación de esos 11 meses.
Lo cierto es que
este aumento de comisiones, de entre el 30% y el 40% de enero, se suma al 25%
que en promedio aplicaron en septiembre y a otro 25% de marzo. Así, en un año,
las comisiones aumentaron entre el 100% y el 110%, casi el doble de la
inflación y bastante por encima de la paritaria con el sector, contando los
premios y beneficios que dan a sus empleados.
Como
sea, los banqueros saben que los tiempos de rentabilidad asegurada que les
otorgó la Leliqs tiene fecha de vencimiento. También intuyen que de una u otra manera el Gobierno les va a pedir
que "pongan el hombro", en el marco de la Emergencia Económica, el
Acuerdo Social y la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
Mientras tanto,
aprovechan el momento y se apuran para tener rentabilidad apoyados en el margen
financiero -pagando menos por depósitos y manteniendo altas las tasas- y en servicios, con un continuo aumento de comisiones.
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